gRANDE TWITTER GRANDE. #1

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JungKook frunció el ceño al ver la publicación de la chica que estaba a nada de descubrir su relación con el cantante.

Iba a decir algo al respecto, pero pensó que el conductor podría escuchar algo de su conversación y decir que Kim TaeHyung estaba con un chico en su carro, así que se aguantó las palabras para cuando llegaran a su destino.

—Tú sí que haces ejercicio. —murmuró TaeHyung, pasando su mano por los muslos descubiertos del menor, ya que este llevaba un short suelto que le llegaban hasta las rodillas.

—¿Huh? —apagó su celular, regresándolo a la mochila que descansaba en su regazo. —Ah, sí, una rutina de diez ejercicios, la hago todas las tardes.

—¿Y hoy ya lo hiciste?

—La hice antes de que vinieras. —rio, acomodando su mascarilla.

El conductor los miró por el retrovisor, también mirando la mano de TaeHyung que descansaba sobre una de las piernas del más bajo. Le restó importancia, siempre tenía clientes que iban de calentones todo el camino, eso no era nada.

Les avisó que ya habían llegado a su destino, a lo que TaeHyung pagó después de una tonta pelea de piedra, papel o tijera para ver quién iba a dar el dinero.

Después de bajarse, JungKook miró a los lados y notó que el Uber los había dejado frente a un parque; frunció el ceño.

—¿No íbamos a tu departamento?

—Sí, está cerca de aquí, nunca doy mí dirección exacta porque después tengo a medio mundo en la puerta de mí edificio.

Esperaron un ratito hasta que el carro desapareció, según el mayor probablemente este podría seguirlos, así que lo mejor era esperar hasta perderlo de vista.

Jeon sentía que estaba aprendiendo un poco de la vida de su novio y todo lo que él hacía para pasar desapercibido. Se sentía como en un nuevo mundo, era divertido.

Después de unos minutos caminando, llegaron a un lujoso edificio, al que se adentraron para subir hasta el último piso en el ascensor. JungKook miraba todo muy asombrado. En momentos como esos se sentía pobre, la persona más pobre del mundo.

Llegaron al piso correspondiente, Kim tomó su mano para guiarlo hasta la puerta, donde colocó una clave que Jung no se interesó en ver.

Cuando por fin entraron, el mayor se quitó la mascarilla y se despojó del saco que llevaba, colgándolo en uno de los ganchos del perchero.

—Me daré un baño, puedes ponerte cómodo, usa lo que quieras, estás en tu casa. —le sonrió, acercándose a él para darle un casto beso, antes de desaparecer por el pasillo.

JungKook no pudo decir nada al respecto, también se quitó la casaca negra que llevaba y la colgó de igual forma, dejando su barbijo al lado del de su novio.

Se adentró al lugar, con una de sus manos apretando la correa de la mochila con fuerza. ¿Era normal sentir que su casa debía ser nada al lado del claro penthouse que el castaño poseía?

Porque nada de eso tenía pinta de ser un departamento.

Se sentó en uno de los sillones a esperar a TaeHyung. Aunque este le había dado permiso de hacer cualquier cosa, no quería parecer irrespetuoso.

Miró la gran pantalla que estaba frente a él, quiso encenderla, claro que sí, pero vio cuatro controles sobre la mesita y no supo cuál usar para manejar la televisión.

Rayos.

...

holi.

- Sofia ReFus.