gRANDE TWITTER GRANDE. #1

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Y era cierto, JungKook estaba apunto de tomar la mano de TaeHyung y salir corriendo hasta llegar a su hogar.

Bufó ante el susto y guardó su celular, alzando la vista para cerciorarse de que el mayor estaba bien y aún no se había roto algo.

Sonrió al verlo tan feliz. Al no saber usar correctamente el skate, simplemente se sentó sobre él y se deslizó en las rampas, estando entretenido en eso.

El celular de TaeHyung vibró en sus bolsillos, el mayor se lo había dado para que lo cuidara mientras él jugaba un rato. Dudó entre sí revisarlo o no, pero al ver que las vibraciones no paraban, lo sacó para revisar qué ocurría.

Se encontró con una videollamada entrante de... ¿Soulmate tonto?

—¡Hyung! ¡Te llama tu alma gemela! —mencionó, suponiendo que así iba a reconocerlo.

—¡Habla con él, voy en un ratito!

Con inseguridad contestó la llamada, y se sorprendió al ver a JiMin al otro lado de la pantalla, quién se asustó al no ver a TaeHyung y rápidamente tapó la cámara para que no fueran a reconocerlo por si era algún desconocido.

—¡¿Quién jodidos eres y qué haces con el celular de alguien más?! —gritó, a lo que el pelinegro rio.

—Soy JungKook.

—Oh. —el otro destapó la cámara y lo miró con indiferencia. —Eres un imbécil del orto, ¿no ves que me asustaste? ¿Por qué tienes el celular de TaeHyung?

—Está ocupado jugando con el skate y me dijo que contestara, viene en un rato.

JiMin asintió. —Bueno. ESPERA, ¿ESTÁN EN LA JODIDA CALLE?

—No, ¿no ves que tengo árboles dentro de mí casa? —dijo con sarcasmo, al notar que los árboles del parque se notaban en la cámara.

—¡Pásame con TaeHyung en este puto instante o te juro que rompo todo!

El menor se levantó de su lugar y se acercó a su novio para extenderle el celular, porque aunque no le asustaban para nada las amenazas del rubio, claramente no tenía ganas de lidiar con su mal humor.

—¡JiMin!

—¿Será que tú me puedes explicar qué haces en la calle dónde miles de personas pueden reconocerte?

Kim frunció los labios ante el disimulado regaño. —Sé lo que hago, estamos bien.

—Istimis biin. —remedó con la voz aguda. —¡Están bien una mierda! ¡Regresen ahora mismo a casa o voy a ir a jalarte de las orejas!

—Bien, ya nos vamos.

Colgó después de decir eso, regresándole el celular a JungKook y trepando las rampas para poder sentarse junto a él.

—¿Ya quieres volver?

Tae negó. —Quiero estar un ratito más contigo.

Se sentó sobre sus rodillas sólo para poner una de ellas al otro lado de las piernas de Kook, quedando sentado a horcajadas sobre él.

Miró a su alrededor, ni un alma se encontraba pasando y los árboles tapaban la vista desde las casas, así que sabiendo que nadie iba a verlos, bajó ambas mascarillas, sólo para notar que las mejillas de su novio tenían un leve color carmín.

—Estás sonrojado.

—No todos los días tienes a Kim TaeHyung sentado sobre tus piernas.

El mayor rio, luego apresurándose a juntar sus labios con los del pelinegro y soltando un pequeño gemido cuando este tomó su cintura para acercarlo más a su cuerpo.

Mordisqueó sus labios, acción que hizo que JungKook abriera su boca para dar paso a su lengua, explorando cada parte de su cavidad bucal e iniciando una guerra para ver quién tenía el control.

Sintió cómo el menor bajaba sus manos por su espalda hasta llegar a sus glúteos, seguido de un ligero apretón que dejó ahí.

TaeHyung se separó un poco sólo para decir.

—Atrevido.

JungKook soltó una carcajada al captar la referencia y dejó un último besito sobre los labios contrarios.

—¿Ahora si nos vamos?

Y Kim asintió feliz, volviendo a subir sus barbijos para levantarse y retornar a su hogar.

Porque el hogar es el lugar que te hace feliz, y estar en la casa de JungKook junto a él lo hacía feliz.

...

HOLA, díganme que me aman.

- Sofia ReFus.