gRANDE TWITTER GRANDE. #1

62

Cuando JungKook abrió la puerta lo primero que hizo fue jalar a TaeHyung dentro y cerrar rápidamente.

Levantó una de las muletas, que le había regalado su madre cuando le dieron de alta, y con ella golpeó suavemente el cuerpo del mayor, sin querer lastimarlo realmente.

—¡Eres un...!

No pudo terminar de hablar cuando ya tenía los labios de Kim cubriendo los suyos, de esa forma tan adictiva que solo él le hacía sentir. Gruñó entre el beso al no poder tomarlo por el cuello, pero entonces el castaño lo alzó por los muslos, haciendo que suelte las muletas para poder sujetarse del más alto.

Se separaron un poco para coger aire y Tae aprovechó para hablar.

—¿Mañana quieres venir conmigo a la empresa? —preguntó, con una sonrisa que no le quitaba ni su madre.

JungKook sonrió de igual forma. —¿Eso significa que tu jefe...?

—Sí, amor, mí jefe lo aceptó. Solo que me pidió que te llevara mañana porque quiere hablar con ambos.

El menor asintió feliz, dejó un pequeño beso sobre los labios del otro, luego soltando un quejido seguido de una mueca de dolor al sentir una punzada en su herida de la cabeza.

—¿Qué pasa? —Tae cambió su semblante a uno preocupado, bajó despacio el cuerpo de su novio, y aún rodeando su cintura miró la gasa que cubría la herida.

—No es nada, a veces me duele. El médico dijo que era normal. —murmuró, frunciendo un poco el ceño. —Me recetó paracetamol y a casa.

El cantante se permitió reír y suavemente besó la frente del menor.

Ya nada los podía separar, ¿verdad?

...

¿ya comieron?

- Sofia ReFus.