Había pasado una hora, acababa de salir de la ducha y seguia llorando.
Mas que dolor, lo que sentía era desconcierto, no sabía lo que estaba pasando ¿Que es lo que querian hacerme? ¿Por qué? Tenia que llamar a Marta, seguro está preocupada... Cuando cojo el teléfono me doy cuenta de que está apagado, lo enciendo y veo todas las llamadas y mensajes que tengo, todos son de Marta y James... ¿James?
Corriendo marco el número de mi amiga.
- ¡Jess! ¿Estás bien? ¿Donde estás? ¿Te han hecho algo? ¡Dime!
- Marta, estoy bien, todo ha sido una encerrona pero pude escaparme... Es muy largo de contar, quedamos mañana por la tarde.
- No, no, no, no. James está yendo ahora mismo para tu casa, lo sabe todo y yo voy ahora mismo.
- ¿James? Marta, ¿Porque se lo has dicho?
- ¡Porque tenía que saberlo, tenia un mal presentimiento! Y mira... He acertado.
- Vale, te espero.
Cinco minutos después de colgar con marta, llaman a la puerta.
- ¡Jess! ¿¡Jess, estás ahi!?
Abro la puerta.
- Oh dios, menos mal... Te hemos estado buscando horas.
- ¿De verdad? Porque yo llevo buscándote tres días.
- Lo siento Jess, de verdad que lo siento...- me abraza y yo empiezo a llorar.- Hey, no llores. Cuentame que te ha hecho.
- Esperemos a Marta para no contarlo dos veces.- el asiente y vamos a la cocina.
No sabia como empezar una vez que llegó Marta, estaba tan nerviosa y desconcertada... Solo podía contarles lo que había pasado, pero no la razón.
- ... Y eso es todo, mañana iré a hablar con Ana.
- Los voy a matar.- dijo James levantandose.- Os lo juro.
- Cálmate James.- le pide Marta.- lo que hay que hacer es hablar con Ana y después ir a la policía.
- Estoy de acuerdo.- miro a Marta.- Y ahora necesito dormir, mañana nos vemos.
- Si, claro.- dice Marta yendo hacía la puerta.- Mañana te llamo.
Cuando mi amiga se va, me quedo sola con James. Llevo tres días sin saber de el y de repente aquí lo tengo, callado enfrente de mi...
- Tenemos que hablar.- le digo.
- Si, lo se. Todo es mi culpa, lo siento, te dejo descansar...- me dice abriendo la puerta.
- Quédate.- le pido y me mira dudoso.- James, llevo tres días sin saber de ti. No quiero esperar a mañana...
- Si, claro.
Subimos a mi cuarto, me puse el pijama y le di uno suyo que quedó aquí una de las pocas veces que durmió aquí.
Estabamos tumbados en mi cama de un cuerpo, callados hasta que habló James.
- Soy un idiota.- se gira para mirarme.- soy un gran idiota, os vi en la cafeteria y creí que me engañabas, que estabas con el y Marta te ayudaba... No quise coger tus llamadas, ni contestar tus mensajes, ni abrirte cuando viniste a casa. Traté de encontrar gente que me dijera la verdad, pero nadie me decia nada. No creia en ti, tuvo que pasar esto y que Marta me llamara mil veces y viniera a tirarme la puerta abajo.
No sabía que hacías por nosotros lo que tenía que haber hecho yo y eso, casi te cuesta una desgracia.
Lo siento muchísimo, soy el mas grande de los idiotas.
*Narra James*
Jess me miraba con la boca abierta, no decía nada, solo me miraba con los ojos como platos.
Y empezó a llorar, mucho.
- ¿Como pudiste pensar eso? Después de todo... Soy yo joder, soy tu novia. ¿Donde está la confianza, James? He estado en peligro para que nos dejaran en paz, para que no te molestaran. Si, te lo oculté porque no quería que te preocuparas, no porque te ponía los cuernos. ¡Tu mismo me oiste gritarle en la universidad!
- Joder Jess, lo sé, soy un gilipollas y debí habertelo preguntado... Lo siento.
- Ok.
Se giró y siguió llorando hasta que se quedó dormida. Yo no sabia hacer nada mas que velar su sueño y repetirme lo imbécil que soy.
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Y El Cielo Cayó Cuando Te Sentaste A Mi Lado.
Teen FictionLas mejores historias surgen por accidente.