33. El calabozo.

28 0 0
                                    


- Eh...Si.. Estoy- le pegué un manotazo a James que no paraba de subir y bajar su mano por mi pierna.- Enferma, me encuentro fatal.- James hundió su boca en mi cuello. Mierda.- Eh..Si... Claro.

- ¿Enferma? Yo te veo... Bastante bien.- me dice James.

- Vale, entonces me levantaré y me iré a trabajar en vez de quedarme aquí contigo.

Me tapé con la sábana y me levanté pero antes de llegar a la puerta siento sus manos en mis caderas y en segundos estaba colgada en su hombro.

- ¡Bájame capullo!- le pegada palmadas en el trasero pero ni se inmutaba.

Me bajó, pero como estábamos muy cerca de la cama, tropecé y caí encima de ella. James aprovechó eso y quedé atrapada bajo el.

- James, me voy a trabajar.

- No.- decia en mi cuello.- estás enferma.- sube la mano por mi estómago.- Hay que cuidarte...

Y me perdí. Puto James, sabe lo que hace.

***

Menudo día el de hoy, con diferencia el mejor de las últimas semanas. La mentira me salió bien, mas, mañana tendría que hacer turno doble y la verdad, mereció la pena.

Cuando James por fin se dignó a dejarme salir de la cama, me dí un baño impresionante y nos tiramos al sillón a ver por 837262837 vez, su peli de muertos favorita.

- Como está noche no pueda dormir, morirás.- le advierto.

Tantas veces que habíamos visto esa peli y aun me daba miedo.

- Si esta noche no puedes dormir, me despiertas y yo te entretengo.- me mira pervertido.

- ¡Salido de... Caca!

- Es tu culpa.- me dice.

*Viernes, hora de comer*

Habia quedado con Marta despues de las clases para ir a comer, me habia estado llamándome pero obviamente no podia contestar.

- Tia, te estuve llamando todo el día ¿Donde mierda estabas?- me regaña.

- Bueno...- me sonrojo.- estaba ocupada.

- ¿Te acabas de poner roja, Jessica? ¿Que has hecho?

- No me llames Jessica, zorra... Estaba.- redoble en la mesa *trrrrrr*- Con James.

- ¡¿Que?! ¡¿Y me lo dices ahora?! Que fuerte... Bueno, supongo que lo habeis arreglado ¿No?

- Si.- doy palmitas como una niña pequeña.- Es tan flcbxkjkfkdk lo adoro.

Mientras terminamos de comer, Marta no para de hacerme sonrojar, suponiendo como habia sido la reconciliación.

De repente, Marta se calló.

- Girate, despacio, disimula.- me pide.- Mira quienes están ahí.

Me giré y... Mierda. Ana y Adrián ¿Enserio? ¿No habia mas bares en esta puñetera ciudad?

- Escucha, Mara me ha contado que se siguen viendo y que hay algun rollo raro entre ellos, dice que Adrián le dice "plim" y ella salta...

- Osea que ella hace lo que él quiere.- Que extraño.

- Exacto.

- No sé, ya se apañarán. A mi con que me dejen en paz... Me sobra.

Terminamos de comer y nos fuimos al cine, si, nos pelamos las clases de la tarde. Somos una rebeldes.

Cuando llegamos al cine, reafirmé mi mala suerte o mi mal karma. Ahí estaban las dos zorrupias que nos encontremos el otro día...

- Que vienen... Que vienen...- se reia Marta.

- Vosotras.- nos llamó la oxigenada.

- ¿Que quieres?

- Creo que os debemos algo.- nos dijo la otra.

Y ahí sentimos caer sus refrescos por toda la espalda.

- Y por cierto.- se reia la estúpida oxigenada.- Gracias por el ofrecimiento, pero ya hemos conseguido los números de esos buenorros.

- ¡Hija de perra!- gritó marta y se avalanzó sobre ella.

La otra ya estaba por coger a Marta, pero ahí entré yo, la cogí del pelo y la tiré al suelo. Ellas gritaban e intentaban quitarse pero no podian, hasta que llegaron los guardas de seguridad... Mierda.

- Venid con nosotros.- nos pidieron.

- ¡Empezaron ellas!- gritaba Marta mientras las otras reian.

- Os llevaremos al calabozo unas horitas, hasta que os calmeis.

- ¡¿Que?!- dijimos las dos a la vez.

Madre mia...

Y El Cielo Cayó Cuando Te Sentaste A Mi Lado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora