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Lydia

Mire a mis dos hermanos con negación, tres días después del incidente las ronchas aun no desaparecian del todo, las hadas les habian dado su lección por andar metiendo el hocico donde no debian… o eso suponía, ya que no querían decirme que hacian para terminar asi.

-Tu debes de saber-Le dije a Joseph.
-Claro que lo sabe, pero juró no decir nada.-Me respondió Jessie.

Mire al vampiro con mayor molestia, quien se encogió de hombros.

-Soy la única que no lo sabe, no es justo.-Me queje.
-No tienes porque saberlo todo… y deja de arrugar así la frente, te van a salir arrugas.

Decidí hacer un pequeño tour por la mansión, detesto cuando la gente se complota en mi contra. “No nos estamos complotando” dijo el vampiro en mi mente pero lo ignore.

El lugar es bonito, pero le falta calidez, tal vez es algo de los vampiros por lo que no están al 100% vivos. Estoy parada en un pasillo lleno de cuadros con retratos de personas, lo que todas tienen en común es el apellido Donato, en su mayoría eran retratos de hombres, iba a seguir de largo hasta que vi el retrato de Joseph y no pude evitar reirme.
Tenia puestas demasiadas cosas extravagantes que nada que ver tenian con su sobrio estilo, pero que seguramente eran muy comunes en aquella época; no se veía tan guapo como ahora pero no era desagradable a la vista. Vi que Ezra tenía un retrato muy similar por lo que también me rei y antes de poder seguir burlándome de él, un tal Michael Donato captó por completo mi atención.

Su pelo era rubio, con largos rizos semejantes al oro y sus ojos de color azul se me hacian demasiado hipnotizantes. A diferencia de sus dos hermanos, él sonreía en su retrato, lo que lo hacía ver como alguien que no era capaz de dañar a nadie. 

Decidí seguir caminando cuando escuché unos pasos por el pasillo, ya que sentí que estaba en un sitio demasiado personal para la familia, y eso no me permitió observar  adecuadamente el retrato de una pequeña familia.

De alguna extraña forma termine dentro de la oficina de Joseph. El lugar contaba con una gran ventana que daba hacia la ciudad, se veían los altos edificios con claridad -para un ojo sobrenatural- y el escritorio quedaba justo frente a esta, además sobre este había una laptop. Ni siquiera lo pensé y me dispuse a intentar desbloquearla.

-Intenta con “sangre”-Murmuró en mi mente Atenea.
-No...debe de ser algo más personal.-Le respondí.

Intente con el nombre de su hermano difunto y no funciono, probe con la opción que me dio mi loba, y tampoco. Comenzaba a desesperarme cuando se me ocurrió levantar el lapicero porque vi un pequeño papel asomarse debajo de este.

-No puedo creerlo, eso es muy estupido e inseguro-Dije en voz alta y comencé a teclear la contraseña- Gwyneth R.-Murmure mientras lo escribía.

Rápidamente entre al navegador y busque las noticias de “Colinas azules” -un nombre un poco soso para el pueblo-. Lo primero que aparecía eran los extraños ataques que estaban ocurriendo en los últimos días.

-...se va a enviar a un grupo de personas especializadas al bosque para acabar con estos sucesos…- Leía por partes pero esa frase definitivamente no significaba nada bueno.

Jade

Aproveché que era de noche para así captar mejor la atención de la Diosa Luna, las cosas se estaban saliendo de control demasiado rápido, y necesito ayuda profesional.
No le había dicho nada a Thedore sobre los visitantes inesperados del otro día, pero él los había olido así que su parte estupida -casi todo él- queria vigilar los limites por si deciden volver, y queria salir de la zona segura en caso de ser necesario.

Tenía miedo de que no me respondiera- suele no hacerlo- porque realmente necesito saber qué hacer, esto no es como las otras veces, muchas vidas dependen de esto.
-Diosa por favor, háblame-Dije mirando el cielo. 

Cerre los ojos con fuerza cuando un pequeño mareo me invadió, al abrirlos estaba en un bosque completamente distinto, lleno de flores plateadas.

-Es raro que me llames tan desesperada, generalmente lo haces con resignación, ya que suelo ser tu última opción.-El recelo en su voz es demasiado notable pero no importaba, no ahora.
-Me siento mal por días después de estas charlas, así que deberías de entender mi poco agrado a llamarte.-Le respondí. A ella no le agrado, y eso es mutuo, pero nos necesitamos. Desgraciadamente.

Nunca veía su silueta, y no me importaba, ya que verla me haría daño en los ojos -es demasiado brillante- además este bosque es demasiado bonito y pacifico, lo que lo hace una vista muy agradable.

-Se te acaba el tiempo…
-¿Aquí o en la vida real?
-En ambos lugares. Deben verse, serán más fuertes todos juntos...
-Theo no está listo, no sabe controlarse-Le dije un poco preocupada.-¿Por qué jóvenes sin experiencia? Hay lobos más preparados y más fuertes que ellos.-Ella comenzó a reírse, lo que me molesto.-Son tus lobos los que van a perder la vida, y tú te ríes ¿Qué clase de Diosa eres?-Le expresé con un grito.

Rápidamente todo se volvió un poco más frío, y me di cuenta de que me excedí con mis palabras.

-No olvides con quien estas hablando y de lo que soy capaz.-Trague grueso al escucharla decir eso, y el estar sola en un bosque oscuro no ayudaba en nada-Me rio de ti, que siendo partidaria de la astucia e inteligencia, quieras que brutos sin cerebro hagan estas cosas.

No los hubieras creado asi, pense, pero no pensaba abrir la boca de nuevo.

-Sus amigos estuvieron ahi hace unos días, y volverán a estarlo, y no solo ellos, esas aberraciones darán con su pequeño escondite y será un desastre. Solucionalo, por algo te he puesto a cargo de esto.
-Soy una humana a cargo de un grupo sobrenatural ¿acaso te escuchas hablar? No van a obedecerme.
-Eres más que una humana, y lo sabes. Si no fueras capaz, no te pondría a hacer esto. Ahora haz lo que te he dicho, y no me hagas enojar.

Iba a preguntarle otra cosa más pero comencé a sentir como era sacudida por los hombros, lo que me hizo girar mi cabeza y al hacerlo me tope con Theodore.

-Llevas más de dos horas en el suelo inconsciente, estuve a nada de perder la cabeza, creí que estabas muerta o algo por el estilo. Nunca hagas algo así de nuevo, ¿entendido?.
-Tranquilo, es algo normal, no tienes de qué preocuparte…
-¿Estás enferma?
-No. ¿Puedes cargarme hasta la cabaña? No quiero caminar.

El licántropo obedeció sin chistar y me llevó hasta mi cuarto, sin dejar de ahogarme en preguntas que no fueron respondidas.
Necesito dormir, y por la mañana organizare todo lo que me pidió la diosa. Solo espero lograr todo a tiempo.


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Hola! Como están? Les traje un nuevo capítulo:)

¿Quienes creen que sean las personas que van a mandar al bosque? ¿Quien es la mujer de la contraseña de Joseph? ¿Y la familia del cuadro?

El vínculo de Jade con la diosa Luna es muy especial e importante pero  ¿el vínculo de ella con Theo puede ser un problema?

Quiero aclarar que la novela va un poco lenta porque siento que en la primera parte quedaron muchos espacios sin explicar y estoy intentando que segunda parte sea más completa.

Eso seria todo.

Besos!!

Mi LobaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora