Lydia
No podía dar crédito a lo que veía, sentía que el corazón se me iba a salir del pecho, Theodore estaba frente a mi, vivo. Había dejado de llorar hacía un rato pero existía una enorme posibilidad de que rompiera en llanto en cualquier momento, son demasiadas emociones.
Lo examine para asegurarme de que fuera él, ya que estaba más alto y musculoso, con un extraño brillo en sus ojos, que hacía que su mirada fuera un poco más salvaje, como si el espíritu animal se hubiera fundido con la propia esencia de Theo,- algo imposible- era como estar viendo un lobo a los ojos.
-Soy yo, lo juro... un poco mejorado, pero sigo siendo yo.-No me había dado cuenta de cuánto extrañaba su voz hasta ahora.
-Te creo pero es tan extraño, te vi morir, escuche tu último suspiro. No puedo simplemente aceptar asi como asi que estas vivo.
Al parecer mis palabras no le agradaron un poco ya que no pudo evitar arrugar la nariz. Estaba muy equivocado si pensaba que iba a recibirlo con mis brazos abiertos y hacer de cuenta que nunca había cruzado hacia el otro lado.
-Creo que es hora de ir a casa, está oscureciendo y no queremos encontrarnos con esas cosas ¿verdad?-Note como su voz tembló levemente al imaginarse verlos, y tenía sentido que les tuviera miedo.
Incline mi cabeza -igual que un perro- cuando me percate que se dirigía hacia algún lugar del bosque, que no nos llevaba a "casa".
-¿A dónde vas? La mansión queda hacia el otro lado.
-Oh, es que hace mucho que no salía y estoy algo desorientado.
Se disculpó mientras se rascaba la nuca, pero observe que un par de veces su cabeza volvió hacia esa dirección mientras caminábamos ¿que ocultas Theodore?
Caminamos en silencio, lo que agradeci ya que tenía mi cabeza hecha un lio, era uno de los días más agotadores -mentales- que he tenido. Agradecia que Atenea no me hablara, no estaba de humor para sus comentarios.
-Cuando dijiste Mansión, supuse que te referias a la de mi tio-Theo se escuchaba molesto pero lo ignore.
-Por el momento no nos estamos quedando ahi. Ahora por favor, entra a la casa.- Dije.
El lugar quedó en completo silencio una vez que nos adentramos a la Mansión Donato, inconscientemente me coloque delante de mi mate cuando note como los Vampurs se acercaban.
Theodore
Antes de fijarme en lo antiguo que se veía el lugar, me concentré en un grupo de seres humanos que se veían realmente enfermos y olían mal. Mis sentidos estaban alerta, no me daban buena vibra, y al parecer a Lydia tampoco, ya que parecía lista a darles su merecido si intentaban acercarse.
-Al fin regresas Lydia, ya nos estábamos preocupando, por cierto tienes que contarme porque Joseph parece que va a llorar ...-Lionel tenía una sonrisa un poco burlesca, tal vez imaginando que podría haberle hecho su hermana al vampiro pero esta desapareció cuando me vio.
-¿Qué está pasando que hay tanto revuelo? ¿Has empezado una pelea con los Vampurs?-Jessie entró a la sala con el ceño fruncido, dispuesta a retar a su hermana pero se quedó estática al notar mi presencia.
-Hey, ¿qué son esas caras? Parece que han visto un fantasma.-Dije con una sonrisa en el rostro, queria relajar el ambiente, tantos seres viendome me ponía nervioso.
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-No tiene sentido, es imposible-Se quejó Joseph, lo que me hizo gruñir.
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Mi Loba
WerewolfLuego de que esos monstruos híbridos me quitaran uno de los motivos de mi felicidad, en lo único que he podido pensar es en la venganza. Mis amigos y mis hermanos me dicen que esa no es la mejor opción, y puede que tengan razón, pero en este instant...