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Joseph

Deje que los demás interrogaran al licántropo, con lo que había visto en la mente de Lydia, ya había atado los cabos que necesitaba para comprender su ánimo.

Subí los escalones de dos en dos, y me detuve frente a su puerta; me picaban las manos de los nervios, quería entrar y abrazarla, decirle que ese perro de cuarta no se merecía su malestar, que lo único que estaba logrando era instalar inseguridades en un corazón demasiado bonito pero, recordé que nuestra relación se arruino por culpa de mis acciones precipitadas. Mordí mi labio inferior con duda.

Decidí que lo mejor era sentarme ahí, esperar que ella notara mi presencia y si gustaba, permitirme entrar, si no, de todas formas estaría ahí para ella.

No era normal que un vampiro se interesara tanto por un licántropo, todo siempre quedaba en una amistad extraña, como la que mantenía con Lionel pero no iba más allá de eso, no habían sentimientos de por medio pero con Lydia era todo tan distinto, con ella yo era distinto. El primer día que la había visto, el día que la conocí, lo que más me atrajo de ella era –aparte de su hibridismo- la fiereza de sus ojos, estaba dispuesta a todo en caso de que alguno de nosotros intentara algo raro en contra de sus seres queridos, sabia -por lo que me había contado Ezra- que ella era la que había luchado contra un neófito solo para salvar a dos humanos; sentí un regocijo interior cuando note que le había parecido atractivo, y me jacte de eso, pero, al final solo ayude a que Theodore, la reconociera oficialmente como suya, fingí que eso era parte de mi plan porque nunca admitiría que un humano de pacotilla tenia lo que yo quería.

-¿Qué haces tú aquí?-Su voz sonó clara, a pesar de estar detrás de la puerta. La tristeza también era notoria en su tono.

-Vine a hacerte compañía... note lo afectada que estabas-Conteste.

Observe la pared que se alzaba ante mis ojos, no me gustaban las paredes pintadas de blanco, sentía que era muy aburrido, muy soso.

-¿Solo por eso?-Volvió a preguntar.

Se me acelero el corazón, lo que para un vampiro es que le lata como a un humano promedio, ya que, a nosotros nos late tan lento que si alguien nos tomara el pulso creería que estamos muertos... aunque eso no esta tan lejos de la realidad. La cosa es que, en los únicos momentos que se me aceleraba el corazón era cuando, veía a Gwyneth, cuando de joven estaba a punto de atacar a algún humano estúpido... y con Lydia.

Estaba muy tentado a decirle, que venía por que la extrañaba, me había acostumbrado tan rápido a su presencia, a tenerla cerca, que ahora me sentía terriblemente solitario, me parecía demasiado desagradable el hecho de que a pesar de llevar unos cuantos años de soledad después de perder a mi Alma, no me hubiera acostumbrado a esa terrible sensación porque estar sin Lydia era terriblemente agobiante, su presencia le había brindado una calidez a mi vida tan exquisita como la sangre.

-Vine porque a pesar de que está enojada conmigo por mis acciones, y con justa razón, sigues siendo mi amiga... sigues siendo importante para mí, y no quiero que estés sola.

-Puedes, por una vez, no ser tan correcto, y decirme que piensas en verdad, que es lo que realmente te motivo a venir hasta aquí...-Los dos suspiramos al mismo tiempo.

-Lydia, los dos sabemos porque estoy aquí, no es solo nuestra amistad lo que me impulsa a velar por tu bienestar, de venir hasta aquí y hacerte compañía, es algo más grande que eso, pero, el admitirlo en voz alta solo haría las cosas más complicadas y yo quiero que todo vuelva a ser como antes...

La puerta se abrió, solo un poco, lo que indicaba que ella no tenía planeado salir ni que yo entrara pero, que quería decirme y escuchar las siguientes palabras mirándome a la cara.

-Pero entonces estarías mintiendo, no solo a los demás de que nada pasa, sino a ti mismo, engañándote. Te estarías lastimando solo para que yo me sienta cómoda, también eres importante para mí, pero no estaría bien hacer que te guardes todo, solo porque yo no sé cómo lidiar con tus sentimientos hacia mi persona.

-Ya lidiaste con mis sentimientos, siempre los supiste pero "si él no me lo dice, nada cambia" –La loba aparto la mirada, esos habían sido sus pensamientos, eran sus palabras puestas en mis labios- no te pongas así, ocultar duele, no lo niego, pero, hay veces en que el motivo por el que ocultamos todo es demasiado grande, tan grande, que es difícil de ponerle palabras ya que estas no son suficientes.

Nuestras miradas volvieron a cruzarse, sabía que la Diosa Luna tenía grandes planes para este grupo sobrenatural pero ¿Por qué entre ese plan estaba que ella me gustara tanto? Pero sobre todo ¿Por qué tenía que ser tan inalcanzable cuando estaba tan cerca de mí, que me permitía sentir el calor natural de su cuerpo? La Diosa Luna es cruel con algunos, y a la vez, tan generosa con otros. Lydia y yo, habíamos perdido a nuestros compañeros pero ella había sido bendecida con la oportunidad de volverlo a tener en su vida... algunas veces me llegaba a la cabeza la pregunta de que, si mi dulce Gwyneth hubiera muerto ahora, y no hace unos años ¿La Diosa le hubiera permitido volver del mundo de los muertos, igual que con Theodore? Ambos se habían sacrificado casi de la misma forma, intentando salvar a otro.

-De todas formas, ser un vampiro requiere cierto nivel de saber ocultar tus pensamientos, y teniendo el don de la mente, es algo que he perfeccionado con el tiempo-Le dije con una sonrisa ladeada.

-Pues, tu definición y la mía de "perfeccionar" no deben de ser las mismas, porque tu cara siempre está revelando lo que pasa por tu mente-Su respuesta me tomo un poco de sorpresa, y no pude evitar fruncir el ceño, según yo, mi rostro siempre parecía tener una máscara de "no me importa nada" muy efectiva. Mi cara debe de haber sido bastante graciosa, ya que, Lydia soltó unas risitas.

Dicen que los vampiros no podemos exponernos a la luz del sol pero, yo había encontrado mi propio sol, con la calidez necesaria para entibiar mi piel sin arriesgarme a convertirme en un montón de cenizas, aunque siendo sincero no sabía cómo se sentía realmente la luz del sol contra mi piel pero, debía de ser de igual de gratificante que ver a Lydia Olsen sonriendo.





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Hola! Nuevo capitulo :)

Me encanta el vampiro y creo que es obvio je 

Espero que les gustara.

Besoss!!

Mi LobaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora