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Jessie

Eso fue completamente incomodo, espero que nunca ningún otro ser se acerque así a mí de nuevo.

Camine hasta mi habitación, me sentía inquieta a pesar de que el cuerpo me pesaba demasiado. Hablar con Lydia me sirvió un poco, pero ahora que lo recordaba, era sentir todo de nuevo y eso me atormentaba, era verlo en cada rincón de la casa, en las sombras del bosque y escuchar su horrible voz diciendo mi nombre.

-"Búscalo"-Me ordeno Venus.

-"Ni muerta"-Le respondí.

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Como era de esperarse, lo termine buscando, porque era algo más fuerte que yo. Camine por el bosque con mucho cuidado, atenta al más mínimo ruido, aun no estaba en condiciones para pelear y mucho menos contra un hibrido.

Gracias a mi olfato puede llegar a donde estaba él, no quería acercarme demasiado porque esa era la pequeña casa en la que vivía con su madre y tal vez sentir mi presencia los asustaría... o tal vez era porque yo tenía miedo.

-¿Qué haces aquí?-Me asusto una voz detrás de mí.

Me gire con lentitud, y me topé con él. Con su cabello castaño revuelto en rizos y sus ojos celestes, con una clásica camisa gastada y las mejillas rojas por estar tanto tiempo al sol, sus labios ligeramente carnosos estaban apretados formando una línea... probamente aún seguía molesto conmigo.

-Uhm, hola.-Salude nerviosa.

-Nada de hola ¿Qué haces aquí?-Pregunto de nuevo- La última vez que nos vimos, dijiste que ya no querías ver mi rostro ni escuchar mi voz, que no entendías porque siquiera me habías buscado de nuevo, ya que, no era persona que podía significar algo en tu vida.

Escupió cada una de las palabras con ira acumulada, y yo me sentí diminuta ante ello, más que nada por la vergüenza que me generaba escuchar las horribles palabras que le había dicho. Recordé su cara confundida y dolida, como me había tomado de la mano impidiendo que me fuera para que le explicara el verdadero porque de mis dichos pero en su lugar, la aparte con asco y me fui ¿Se pondría feliz si le digo que mientras me iba tropecé y rodé entre arbustos y ramas?

-¿Por qué lloras?-La ira abandono su voz para dar paso a la confusión.

Quise decirle que no estaba llorando, pero el sabor salado de las lágrimas entro a mi boca cuando la abrí para hablar y de esta se escapó un sollozo, dándome a entender que si lo estaba.

Él se rasco la nuca nervioso, sin tener idea de que hacer conmigo en ese instante y observo su casa, probablemente anhelando estar ahí sin la sigma llorona.

-He recordado algo horrible, y solo quería hablar contigo para sentirme mejor ¿Qué sentido tiene eso?

Liam se quedó mirándome, confundido, tal vez más que antes. Su postura ya no reflejaba enojo, solo estaba ahí parado sin saber muy bien que hacer. Por mi parte me encontraba auto abrazándome, intentando calmar el descomunal llanto y la aflicción que sentía en mi corazón.

-¿Quieres que te abracé?-Preguntó con cierta duda.

Negué con mi cabeza, no quería que nadie más me tocara. Lydia me había abrazado durante toda la tarde pero eso no me hizo sentir ni un poco mejor.

-¿Quieres contarme que recordaste?-Volví a negar, sentí que me ahogaba entre lágrimas.

Me sentía enferma, sucia y maldita. El recuerdo me generaba ganas de vomitar, pero solo podía llorar y auto compadecerme de mi propio dolor. Liam no lo entendería, Lydia no podía entenderlo del todo, solo alguien que hubiera pasado por lo mismo podría entender como me sentía en ese momento.

Mi LobaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora