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Lydia

Me desperté en el cuarto de mi hermana y note que ella seguía sin aparecer, por lo que me dispuse buscarla. Había decido dormir con ella por dos simples motivos, el primero porque no quería dejarla durmiendo sola después de todo lo que había pasado, y el segundo motivo, las cosas entre Theodore y yo casi habían subido del nivel de unos besos, y no podíamos hacerlo teniendo en cuenta la situación a nuestro alrededor.

Cuando llegue al living me encontré a Lionel dormido en un rincón del sillón, con la cabeza apoyada sobre el respaldar de este, y la boca abierta, roncaba un poco. Extendida casi a toda su plenitud, cual gato al sol, con ramas en el pelo y los ojos ligeramente hinchados, se encontraba Jessie.

Negué con la cabeza, y mire los papeles que había sobre la mesita ratonera de vidrio. Envoltorios de caramelos y un mapa, lo reconocí de inmediato, era el que nos habían mostrado en la reunión del otro día. Seguía sin existir un patrón entre los ataques, salvo que se centraban cerca de las manadas; intente buscar algún sitio dónde se podrían esconder pero tampoco lo había. Me enfadaba estar en la nada.

-Lio, Jessie, vayan a dormir a una cama, aquí les va a doler el cuerpo-Les dije mientras los sacudía un poco.

Ambos me hicieron caso, y yo me concentre en seguir observando el maldito mapa, esperando que este me hablara o algo así.

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Escuche un par de pasos detrás de mí, al girar un poco la cabeza, note que era Linda. Tenía unas ligeras ojeras bajos sus ojos, su cabello estaba atado en una muy desordenada coleta de caballo, sobre la que parecía ser su ropa de dormir llevaba puesta una bata color verde pastel. Entre sus brazos, envuelta en una manta amarilla de un tono claro, se encontraba Bella, completamente dormida.

-Hola Linda-Salude por lo bajo, no quería despertar a la bebe. Ella me respondió con una sonrisa y se acercó hacía mí.

-Hola Lydd ¿Puedes tener a Bella un rato? Necesito darme una ducha con urgencia.

Ahora que estaba a mi lado, observe que tenía algunas manchas de vomito en su camiseta. Entre nosotras no hablábamos muy seguido, por no decir que casi nunca lo hacíamos; más de una vez me pregunte si le caía mal o si no le agradaba que hubiera tantos seres en su casa; ahora me daba cuenta de que estaba sobresaturada, un niño de 13 años recién transformado junto a una bebe de unos cuantos meses deben de cansar a cualquiera, y estaba casi sola con ellos, cuando dentro de la casa hay más de una persona capacitada para cuidar a los pequeños.

En las manadas, cuando la loba Alfa sale a cazar, los demás miembros de la manada cuidan a sus cachorros. Nuestra Luna estaba sola, no nos pedía nada, y ninguno de nosotros se había planteado en peguntar tampoco.

-Por supuesto, báñate tranquila y si quieres puedes dormir, o hacer lo que gustes, yo puedo cuidar de esta pequeñita-Los ojos de Linda brillaron de emoción.

-Gracias-Dijo con un pequeño chillido- Por favor, ante cualquier cosa, no dudes en buscarme. Gracias Lydia.

-No hay de que-Respondí.

Acomode a la bebe en mis brazos, y seguí observando el mapa. Los híbridos buscaban atacar las manadas, y eso podía verlo gracias a la forma en la que se estaban ubicando alrededor de estas pero, aun no podía encontrar de donde salían.

El aroma de Theodore llego a mi nariz, y luego sentí sus labios besando mi mejilla provocando una descarga eléctrica en esta.

-Buenos días preciosa-Me saludo con frescura.

Mi LobaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora