Jade
La última semana había sido muy tediosa, y todo porque Theodore queria salir, ya que según él había soñado con Lydia, y en su sueño ella estaba en peligro. Cuando le pregunte que pasaba en el sueño para interpretarlo, me contó que la loba se encontraba parada en el medio del bosque y que una figura alta y oscura con dientes largos se le acercaba de forma acechadora hasta que la mordía, pero ella no gritaba ni nada por el estilo, sino que parecía estar hipnotizada, y que cuando él quería ayudarla, Lydia lo miraba indiferente y decidía quedarse con la figura.
No sabía cómo explicarle lo que era obvio en el sueño, la sigma no estaba en peligro, sino que había manifestado su mayor miedo, y ese era que, su compañera decidiera quedarse con el vampiro antes que con él. Decidí transmitirle tranquilidad y decirle que todo estaba bien con ella, que no había nada de qué preocuparse -salvo de sus inseguridades pero trabajaremos en ello, sin que lo sepa, claro- y le propuse que intentara adiestrar al gato con los mismo métodos que yo aplicaba en él.
-¿Va a querer algo más señorita?-Me preguntó el cajero del pequeño café, era una parada táctica.
-Eso es todo, gracias-Respondí con una amigable sonrisa y salí del local sosteniendo el café doble-Delicioso-Murmure feliz.
Llevaba todo el día observando a la familia Irwin -espiar se escucha feo- para poder contarle todo con lujo de detalles... aunque no estaba muy segura de hacerlo.
La señora Irwin, parecía un zombie, con muchas ojeras y el pelo pajoso, además de que parecía haber perdido varios kilos, mientras que su marido se veía como alguien cercano a los setenta años, cuando técnicamente tenía como cincuenta y algo. No podía evitar pensar cuán doloroso debe ser perder un hijo, y me sentía como una persona horrible por evitar que ellos se reencontraran con Theo.
Ahora me encontraba siguiendo a Elizabeth, que se encontraba con Sara, y según mis averiguaciones se dirigian hacia el departamento del Alfa donde asumí que se encontraban los demás. Como no cuento con ninguna super habilidad, no podía escuchar lo que decían o verlas con claridad a la distancia - no era algo tan fácil como subirme a un árbol y mirar por una ventana... sueno como una maldita pervertida, no haré esto de nuevo- pero contaba con que ellas no iban a enterarse de mi presencia, ese es mi pequeño As bajo la manga.
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-¿Quién es usted?-Casi suelto un grito que podría ser escuchado hasta por la misma Luna, pero logré contenerme.
Un niño de unos diez años me miraba impacientemente, tenía una postura entre un poco defensiva y curiosa.
-Nada-Dije, y le agregue un movimiento de la mano como restándole importancia- ¿Qué hace un niño a estas horas en la calle?
-Yo vivo aquí, esa de ahi es mi casa-Me respondió mientras señalaba el departamento del Alfa... bueno en realidad señalaba a la gran casa que se asomaba detrás de unos árboles, a unos cuantos metros más atrás.
Lo que me faltaba, el hijo del Alfa me había pillado espiando a su familia, y si él decía abrir su boquita yo estaba frita. Según Theo tenía 13 años pero para mi se veía más pequeño, al parecer alguien todavía no desarrollaba los típicos músculos de los licántropos.
-Eres extraña... y te ves sucia-Me dijo mientras arrugaba su nariz.
-Mira quien lo dice, estás bañado en barro, tu madre te va a matar.
-Y mi padre hará lo mismo contigo, no le gustan los extraños, y mucho menos cuando entran a su propiedad sin permiso... Dime quien eres y no le diré nada, porque tu sabes de que es capaz.
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Mi Loba
WerewolfLuego de que esos monstruos híbridos me quitaran uno de los motivos de mi felicidad, en lo único que he podido pensar es en la venganza. Mis amigos y mis hermanos me dicen que esa no es la mejor opción, y puede que tengan razón, pero en este instant...