Que el mundo entero vea que eres capaz de destruirlo.
... ... ...
Elena:
¡Sí! ¡Le dí a Héctor!
De seguro Grant va a felicitarme por esto.
El plan pareció ser un éxito, y ahora solo quedaba esperar órdenes de mi amo mientras me congelaba en la cima de la torre.
— ¿Esclava? — Me habló Grant por mi transmisor. — ¿Estás ahí? Espero que no estés durmiendo.
Como si pudiera con este viento helado...
— Aquí estoy. — Contesté. — Necesito órdenes.
— Bien, escucha... — Juraba que estaba hablando sin aliento. — Beatríz se dirige al muelle. Tendremos a Héctor en un contenedor. Deben estar las dos juntas, ¿Entendido?
— Sí, señor.
— No dejes que te vean con Leonel, si Percyus se entera que estamos confabulando, matará a su familia. — De inmediato el caballero blanco puso una cara amarga. — Aprovechen la oscuridad y pasen desapercibidos. Estaré con ustedes luego, y por cierto, buen disparo. Cambio y fuera.
— Espera, ¿Estás bien? — Pregunté pero ya no hubo respuesta. — Maldición...
Más te vale estar a salvo...
Desarme y guardé mi rifle nuevamente. Leonel se ofreció a bajarme cargada, y desde luego sería de un salto que amortiguó gracias a su armadura.
— ¿Podrás llegar a salvo? — Preguntó.
— Dos cosas. — Dije tocando el suelo. — La primera, avísame cuando hagas esos saltos suicidas. — Admito que me hizo marear. — Y la segunda, no me subestimes.
Ni que fueras tan fuerte...
— Entiendo, no lo haré. — Su armadura desapareció y volvió a su estado normal. — Ten cuidado.
— Gracias.
Bien, ahí voy, Beatriz...
Percyus:
Si que tienes agallas, Grant...
Secuestrar a mi hijo, ¿Eh? Bien jugado...
Me habían informado del secuestro de Héctor, y por un momento quise ir yo mismo a buscarlo, pero debía mantener la calma. Había perdido una batalla, pero no la guerra, y aunque jugaron bien sus cartas, yo seguía teniendo la ventaja.
— ¡Busquen a Héctor en cada rincón de la ciudad! — Ordené al cuerpo de policías mediante una llamada. — ¡Lo quiero aquí para mañana!
¡¿Entendido?!— ¡Sí, señor!
Maldito caballero negro...
En el instante que colgué, una de las paredes de mi mansión fue atravesada. Había mucho polvo, y no podía ver nada.
— Hola, Percyus. — El polvo se disipó de golpe y reveló a Grant, quien de inmediato se dejó ver sin su traje y con el rostro destapado. — Cuanto tiempo sin vernos. ¿Cómo has estado? — Tomó asiento en un sofá y se sentó poniendo una pierna sobre la otra en total confianza. No paraba de sonreír, y eso me molestaba.
— ¿Y todavía vienes así como así a mi hogar?
— Vengo de paso, no me quedaré mucho tiempo, así que no te preocupes, aunque no me molestaría algo de vino.
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Grant, el caballero negro. [TERMINADA]
FantasySer el asesino más despiadado, no es trabajo fácil, y menos cuando ya tienes un pie en el infierno. Grant, a quien una vez se le otorgó el poder de la oscuridad, deberá enfrentarse a un millón de adversidades para conseguir la inmortalidad y así bur...