34. Transición.

28 5 53
                                    

No hay ideales buenos o malos, solo existen los que chocan con los tuyos, y que de seguro querrás eliminar.

... ... ...

Grant:

Un par de días habían pasado desde mi regreso. No estaba en mi mejor condición, pero al menos ya no me veía tan moribundo, y luego de una buena dosis de cereal, recuperé algo de color.

Los nuevos ojos de Beatríz, estaban listos, solo faltaba alguien que se lo pusiera, el cual era obviamente Leonel.

Ese día desperté temprano, me dí una ducha, cepillé mis dientes, y me vestí como siempre, todo para subir al tejado a la espera de mi némesis.

Espero no tener que ir a buscarte, Leonel.

— La luz del sol se ve hermosa sobre la nieve, ¿No crees? — Mi compañero de tejado estaba presente como siempre. — El calor chocando contra el frío... Una obra maestra.

— No te quieren en el infierno, ¿Verdad?

— Me adoran, pero yo adoro venir aquí.

Con que sí...

— Elena me contó que no te apareciste en una semana. ¿Que hacías? — Pregunté.

— Lo de siempre, sembrar caos.

Aburrido...

A lo lejos pude escuchar mucho ruido, entre choques, hojas y ramas quebrándose, esa era una señal de que había un intruso, y solo alguien podía adentrarse tanto.

Leonel... Puedo sentirlo... Viene muy rápido...

— Ahí viene tu amigo. — Dijo Lucifer mientras se burlaba. — Será como tener a dos perros rabiosos frente a frente con un bosal. Ya quiero ver qué sucede.

— Te odio, Luci. — De un salto me lancé a la entrada de mi mansión. Mis sombras amortiguaron mi caída, y al llegar noté que no era el único ahí, pues también estaba Emily.

— Ese hombre es peligroso. — La frívola muñeca parecía no agradarle en lo absoluto su presencia. — ¿Qué harás, padre?

— Por el momento es nuestro invitado, sin embargo no debemos bajar la guardia. Ve con Annie y... — El habla se me cortó al verla a mi lado. — Ve a tu habitación, ¿Sí? Papi tiene asuntos que atender.

— No. — Respondió con firmeza. — No te dejaré solo con él.

Me complicas las cosas...

Entre los arbustos apareció mi odiado invitado. Mis sombras lo atacaban como si fueran látigos, otras como si fueran estacas, sin embargo no podían herirlo. Ví en sus ojos rabia y frustración, pero parecía comerse esas emociones con amargura.

— Buenos días. — Saludó y de inmediato retiré mis sombras de su lado. — Gracias, supongo.

— Me imagino que no veniste a pelear, ¿Verdad? — Pregunté.

— Por el momento no. Solo vengo a cumplirle algo a tu esclava.

— Bien... Entonces pasa. — Me hice a un lado junto con Annie y Emily para abrirle paso hasta la entrada, sin embargo al pasar por mi lado, Annie lo detuvo de un brazo.

¡No!

— Voy a enojarme si le haces daño a mi papi. — Su amenaza pareció sorprenderlo.

— Entendido. — Contestó a secas. 

Sí señor, heredó mi carácter.

Fue un momento bastante tenso. No le quité la mirada ni un segundo. Siempre iba adelante y yo atrás indicándole dónde quedaba la habitación de Beatríz. Al llegar envié a Emily en busca de mi esclava, pues ella tenía los ojos de vampiro.

Grant, el caballero negro. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora