28. Ojos de vampiro.

32 6 82
                                    

Incluso un lugar bien iluminado, puede ocultar la salvación.

... ... ...

Elena:

Nada como compartir una taza de café con el asesino de Dios...

Sabía que si había alguien con un don para meter la pata, esa era yo, pues no llevaba ni una semana de haber salido del más allá, y ya quería volver.

— Así que... Hace frío afuera ¿No? — Pregunté en un momento bastante tenso. — Annie, haces un café muy bueno.

— Aprendí del mejor. — Levantó su taza como respuesta, y era obvio que se refería a Lucifer. — ¿Quieren jugar con nosotras? — Propuso muy animada. — Podemos jugar a las escondidas.

— No vine a jugar. — Respondió Leonel. — A decir verdad vine a...

— ¡A jugar! — interrumpí clavándole la mirada seriamente. — Y será un gusto jugar contigo, pequeña.

— ¡Perfecto! — Se puso de pie muy contenta y tomó a Emily del brazo, la cuál se estaba escondiendo atrás de mí. — Ustedes dos tendrán que buscarnos, así que suerte.

¡Que empiece el juego!

Era muy obvio que Leonel tenía asuntos pendientes, y por mi parte no quería involucrar a Annie en el proceso. Una vez que quedamos a solas, y empezó el juego, también empezaría un pequeño interrogatorio, el cual teníamos que disimular mientras buscábamos por toda la mansión.

— Habla, ¿A qué viniste? — Pregunté buscando por doquier. — Estoy segura de que no es solo por un café y unas galletas.

— Admito que estuvieron riquísimas, pero tienes razón, no fue por eso. — Contestó insatisfecho. — Vine a tomar la vida de tu amo.

Aún quiere matarlo...

— Eres todo un comediante, ¿Sabes? — Me causaba una mezcla de risa y enojo. — Hace unos días lo ayudaste a pelear, y ahora viniste a matarlo. ¿Dónde te dejo tus zapatos de payaso?

— La última vez lo ayudé porque la vida de su hija estaba en riesgo. Solo fue eso. — En aquel momento me detuve a verlo fijamente. No había ni un rastro de mentira en sus gestos, ni tampoco trataba de ocultar sus verdaderas intenciones.

Interesante...

— Entonces nadie más aquí es tu objetivo, solo él. — Dije y me asintió de inmediato. — Entonces no tengo que volarte la cabeza de un disparo, ¿Verdad? Al menos no por ahora.

— Preferiría que no, pero te dejaré algo claro. — Estaba frente a frente conmigo, viéndome de forma retante. — No dudaré en atacarte si te entrometes entre él y yo.

— Entonces guardaré mis balas para cuando Grant vuelva, porque no permitiré que lo mates.

Y ahí estaba yo, retando a el caballero blanco. Él tenía mucha fuerza con que responder a cualquier amenaza, y luego estaba yo con las piernas temblorosas.

Este sujeto no se va a rendir tan fácilmente... Es una lastima, porque sería de gran ayuda.

— ¿Aún quieres quitarme a mi papi? — Las palabras de Annie casi me bajan la presión. Estaba oculta detrás de una cortina, y una vez la ubicamos, se dejó ver. No se veía nada contenta. — Te dí galletas y aún así quieres quitarme a mi papi... ¡Vete!

— Señorita Annie, no debería enojarse así. — Le aconsejó Emily. — No es bueno que pierda los estribos.

— Déjala. — Interrumpió Leonel. — Tú eres una muñeca sin emociones, no le pidas lo mismo a una niña.

Grant, el caballero negro. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora