46. La caída del caballero.

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Entonces, ¿Hasta aquí llegó tu voluntad?

... ... ...

Beatriz:

Ahora si me vas a escuchar...

— ¡¿En qué estabas pensando?! — Me encontraba regañando a Elena por la decisión tan arriesgada que había tomado, hasta el punto en el que parecía como si fuera su madre. — ¡¿Vas a tirar todos nuestros esfuerzos a la basura?!

— Pero, Beatríz, estoy bien.

— ¡Pero nada! — No hubieron más palabras en aquel instante, solo mi mirada de rabia y preocupación contra su mirada de culpa. — Grant no necesita ser rescatado, él no necesita de nuestra fuerza ahora, entiende.

— Ojalá hubieras visto sus ojos, y tal vez así tú me entenderías a mí. — Sin más, solo pasó por mi lado evadiendo nuestra conversación.

Dios... No podré retenerla aquí por las buenas, ya me di cuenta que no...

— ¿A dónde vas? — Pregunté.

— Voy a buscarlo.

Si que eres necia... No me dejas más opción...

Tan pronto Elena salió al campo del cementerio, la alcancé y me puse frente a ella revelando mis garras.

— ¿Quieres ir? Bien, pero primero vas a tener que pasar por encima mío. — Le advertí. — Así tenga que cortarte las piernas una y otra vez, pero no irás a que te maten.

— Beatríz, confía en mí, por favor.

No es que no confíe, solo no te quiero muerta, o peor, en manos de Percyus...

— Lo siento, Elena, pero no voy a arriesgarte. — Aún cuando yo no cedía y estaba dispuesta a atacarla, ella no retrocedió ni un centímetro, solo se quedó ahí retándome con la mirada.

Era su voluntad contra la mía. Mis deseos de protegerla contra sus deseos de ir por su amo.

— Hey, Vampiresa. — Me habló Leonel a mis espaldas, y tan pronto me giré, me empujó lejos.

¡Idiota!

— ¿Qué estás haciendo? — Pregunté furiosa. — ¿También vas a retarme?

— No, yo no podría darte la talla en una pelea. — Contestó. — Pero si te haré entrar en razón.

Otro necio...

— No es cuestión de entrar en razón, es cuestión de sentido común. — Repliqué. — No te entrometas.

— Piénsalo, si Grant es asesinado por Percyus, Elena también morirá. ¿Prefieres darle el gusto a Percyus de acabar con la vida de ambos? — Aquella pregunta me hizo bajar la guardía, pues aunque odiara admitirlo, había razón en lo que decía. — Elena no es ninguna niña que debas ayudar a cruzar la calle, es tan hábil como tú, como yo, y como Grant.

Lo sé, pero...

— Beatríz, por favor. — Dijo Elena viéndome con tristeza. — Déjame ir por Grant, déjame salvarlo, así como él muchas veces me salvó a mí. —

Joder...

— Ella estará bien, confía en tu pupilo. — Añadió Leonel.

— Está bien, pero si necesitas ayuda, grita tan fuerte como puedas, e iré a buscarte, ¿Entendido? — Tan pronto accedí, corrió a abrazarme como si quisiera partirme las costillas.

— ¡Gracias! — Dijo muy feliz. — No tardaré.

— Sí, sí, vete antes de que cambie de opinión.

Grant, el caballero negro. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora