Fue entonces cuando supe que estaba por entrar en la boca del lobo.
... ... ...
Elena:
Aún recuerdo aquella brisa y calidez única de un domingo de otoño. Los pájaros cantaban, la mañana transcurría y yo estaba haciendo exactamente lo que no quería hacer.
— ¡Grant! — Le llamé iracunda al verlo subir al tejado y dejarme las reparaciones a mí. — ¡Dijiste que íbamos a reparar mi habitación juntos!
— ¡Estoy ocupado! — Era obvio que no me ayudaría, o al menos no de la manera que esperaba. — ¡Te dejé los materiales y herramientas cerca de la entrada, así que a trabajar!
— ¡¿Y tú qué harás desde arriba, tarado?!
No me dió ninguna respuesta, solo se dedicó a construir una especie de plataforma que conectaba el primer piso con el tercero, todo hecho de sombras sólidas.
— ¡Trata bien a tus ayudantes! — Me pidió, y no tenía idea de a que se refería hasta que los ví llegar. Uno era la sombra de una persona, supuse que la suya, y la otra era nada más y nada menos que Annie.
— ¡Hola, esclava! — Me saludó poniéndose un casco de seguridad que le quedaba algo grande. — Te enseñaré a hacer reparaciones.
Ay, Grant... A veces quisiera matarte...
— Ehm... Hola, Annie. — Aún cuando estaba molesta, oculté todo mi disgusto hacia su padre para darle un saludo decente. — No me digas que tú eres mi ayudante.
— No. — Respondió cruzándose de brazos y luego señaládome. — Soy tu jefa, y tú mi ayudante.
Lo supuse...
— ¿Y esa sombra? ¿Para qué es? — Pregunté.
— Es la sombra de papi. — Se pegó a su pierna como si de su padre se tratara. — Nos ayudará a levantar las cosas pesadas.
— Bueno... Manos a la obra. — Estaba totalmente resignada ahora, y solo quería acabar rápido. — No sabía que Grant podía hacer cosas tan detalladas con su poder. — Murmuré y Annie me escuchó sin darme cuenta.
— Papi hace cosas muy lindas con sus sombras. — Me confesó. — Si solo pudiera hacer cereal, sería perfecto.
Espera... ¿Cosas muy lindas? ¿Annie no tiene ni idea del trabajo de Grant como caballero negro?
Maldición...
Aún así quiero asegurarme.
— Oye, Annie, ¿Te puedo preguntar algo?
— Pero solo si luego te pones a trabajar. — Y de tal palo, tal astilla.
— ¿Sabes en qué trabaja tu papá? — Mi pregunta le hizo pensar mucho su respuesta, pues al parecer era algo que no tenía muy claro.
— Pues... Papi es un mago. — Jamás había imaginado que una respuesta tan inocente me dejaría tan fría. — Tú eres si asistente, ¿No?
Por un momento la idea de contarle la verdad a la pequeña, pasó por mi cabeza, sin embargo ese atrevido pensamiento fue destruido al imaginar las consecuencias, pues conociendo a Grant, de seguro no estaría nada contento.
— Ehm... Si, claro... ¡Soy su asistente! — Posé como tal y parecía entretenerla.
— ¡Haz un truco, esclava! — Y mis ánimos volvieron a caer con su petición.
— Ehm... ¿Un truco? — Estaba nerviosa, ¿Cómo iba a corroborar que era asistente de un mago? — A ver... Déjame ver qué hago...
— ¡Vamos, niña! — Tragué profundo al escuchar a Grant desde el tejado. — ¡Haz un truco! ¡Tu puedes! — Cuando lo ví me dirigió una mirada amenazante, como si me hubiera salvado por poco de morir en sus manos.
ESTÁS LEYENDO
Grant, el caballero negro. [TERMINADA]
FantasySer el asesino más despiadado, no es trabajo fácil, y menos cuando ya tienes un pie en el infierno. Grant, a quien una vez se le otorgó el poder de la oscuridad, deberá enfrentarse a un millón de adversidades para conseguir la inmortalidad y así bur...