50. Esta es mi historia. (Capitulo final)

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Fue un gusto haber matado para ustedes.

... ... ...

Elena:

La noche había caído. Estaba en el cementerio y Annie aún no despertaba. Por mi parte, estaba a punto de caer rendida. No recordaba la última vez que había descansado como se debe. Sentía que pronto cerraría mis ojos por unas cuantas horas.

— ¿Elena? — A la habitación tocó Beatriz. — ¿Estás despierta?

— Lo estoy, entra.

— ¿Cómo estás? — Preguntó apenas la ví. — Supongo que Grant y tú mataron a ese viejo bastardo.

— Supongo que si... Espera, ¿Y Grant? ¿Sabes dónde está?

— No, no lo he visto, y tampoco he escuchado de él en la ciudad.

Leonel... Si lo mataste, te juro que...

— Tenemos que buscarlo, Beatriz, él estaba muy herido. — Tan pronto me puse de pie, ella tocó mi hombro y me volvió a sentar con fuerza. — ¿Qué haces?

— Estás cansada, duerme. Grant vendrá por cuenta propia, confía en mí.

— Me importa un rábano, iré por él. — Tan pronto me negué, me dió un mordisco tremendo en el cuello. — Be-Beatríz...

— Es por tu bien. — La escuché decir antes de caer rendida.

¿Por qué?

¿Por qué me cuesta tanto seguirlo?

Yo solo quiero asegurarme de que esté bien...

Tuve un sueño, uno muy extraño. Me ví caminando por una calle solitaria. No había ningún ruido, más el de unos pasos que se aproximaban.

— ¿Quién viene? — Me pregunté a mi misma.

— Te ves confundida. — Se trataba de Lucifer. — Hola, Elena, acompáñame.

— ¿A dónde?

Lo seguí hasta una puerta, entramos y nos topamos con un velorio. Habían dos ataúdes, y frente a ellos, estaba un niño. Todas las demás sillas estaban vacías, como si ya todos se hubieran marchado.

— Triste, ¿Verdad? — Preguntó Lucifer mientras caminábamos hacia el joven.

— ¿Quién es él? — Tan pronto lo vimos de frente, lo reconocí de inmediato, se trataba de Grant. — Se ve muy joven... Más que tú.

— Así es, y los que están en los ataúdes, son sus padres.

No me jodas...

El escenario cambió, más seguía siendo un velorio. Grant se veía un poco mayor, y las sillas seguían vacías.

— ¿Qué sucedió? — Pregunté.

— Ahora es el velorio de su mejor amigo. — Contestó.

Y así, todo cambió una y otra vez. Grant seguía ahí, solo, cada vez con más edad, y un muerto nuevo en cada ocasión. Su expresión seguía siendo la misma; ojos apagados mirando el cajón, apretando sus dientes y el puño con mucha fuerza.

Pobre...

Finalmente llegamos al último velorio, o eso creía yo. Era el de su esposa, en el patio de su mansión, y está vez, acompañado de Annie.

— Grant ha sufrido más de lo que crees y a todo esto súmale la muerte de su hija. Me sorprende que un siga cuerdo después de tanto. — Explicó Lucifer. — Pero así estaba escrito en el orden universal que una vez Dios creó.

Grant, el caballero negro. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora