19. Juego de eliminación.

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No había escapatoria, tampoco una segunda oportunidad, solo un callejón sin salida.

... ... ...

Grant:

Había pasado ya una semana desde el regreso de Elena. Había decidido tomarme un tiempo en volver a mis labores como asesino, ya que Beatríz me había contado acerca de un plan para capturarme, el cual consistía en enviar un escuadrón SWAT a mi bosque.

No sentía peligro, pero si Percyus estaba detrás de esto, significaba que traía un as bajo la manga.

Pero ¿Qué será?

Muchos otros han intentado entrar y no han podido ni llegar a mi puerta.

¿Que se trae entre manos?

Debido a que tenía a Elena nuevamente, decidí que lo mejor era seguirla preparando, pero esta vez lo haría de manera que no hubieran discusiones, y no había mejor momento que en la noche, justo cuando Annie dormía.

— Vamos, sigue así. — Le dije mientras intentaba cortarla una y otra vez con mi cuchilla de sombra. Me sorprendía que pudiera esquivar cada lance sin ningún problema. — Subiré la velocidad, mantente atenta. — Ataqué de manera más rápida y poco a poco fue perdiendo el control hasta que la tuve para cortarla.

— ¡Espera! — Gritó y paré. — Fiu... Casi. — Miró mi sombra a punto de cortarla por la mitad. Se le veía agotada. — No creí que fueras a parar.

— Si te corto a la mitad, luego habrá una mancha de sangre en el frente de mi mansión. — Mi comentario pareció fastidiarle lo suficiente como para que me sacara la lengua. — ¿Y dices qué no eres una niña?

— No me digas así. — Se dió la vuelta y pareció querer volver a la mansión.

¿Eh? En ningún momento dije que habíamos terminado...

— Espera ahí, es una orden. — De inmediato se detuvo y me adelanté a ella. — Listo, continua.

— ¿Y eso qué fue?

— Tu amo siempre irá adelante, no olvides eso.

— A veces quisiera matarte.

Ya lo has intentado...

Sin más que decir, mi esclava partió al baño principal a darse una merecida ducha, pues de no ser así, de seguro en la mañana olería a zorrillo.

— ¡¿Quieres algo de beber?! — Preguntó Beatríz a todo pulmón desde la cocina. — Aprovecha a esta mesera antes de que me vaya.

— ¿Irte? ¿A estas horas? — Me parecía extraño que quisiera partir a media noche. — Puede ser peligroso.

— Mañana tengo trabajo. — Terminó sirviendo un café con leche con azúcar extra, justo como me gustaba. — Además tengo mis deberes.

— No podré convencerte de pasar la noche ¿Verdad?

— Lo siento, pequeño saltamontes. — Su respuesta era absoluta, y ni yo ni nadie, podría refutarla. — Además, ¿Olvidas qué puedo defenderme sola? No olvides que fuí yo quien te enseño a matar.

Tiene sentido para mí...

— No dudes en venir si pasa algo. — Le brindé un abrazo y ella lo correspodió con mucha fuerza.

— No olvides traer comida. — Contestó. — Y no olvides mi advertencia. — Su actitud cambió de golpe, ahora se veía preocupada.

— Tranquila. — Dije soltando una pequeña risa. — Muchos han intentado pasar y nadie ha podido. No te preocupes por unos cuantos policías. — Aún cuando le había explicado que no había peligro, seguía lanzándome esa mirada de preocupación. — Vamos... Deja todo en mis manos, no olvides que tengo con que responder a cualquiera.

Grant, el caballero negro. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora