El entrenador

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Plantix despertó a la mañana siguiente, aún adolorido. Parecía que la herida era grave; o que había dormido en una mala posición, quién sabe. Se fue directo a la cocina para desayunar.

-Muero de hambre... ayer solo desayuné... -En ese momento le rugieron las tripas a Plantix.
-Te daré materia oscura, pero no te lo comas todo de un bocado. -Advirtió Lunala.

Plantix comió con algo de desgano.

-Te diré como hacerlo más divertido. Piensa en una comida que hayas visto durante tu estado de arcoíris ayer. -Dijo Lunala.
-No lo sé... un burrito? -Dijo Plantix mientras se metía otro bocado en la boca. Y hecho esto el sabor del burrito se extendió por la boca de Plantix. - wOW, eS iNCREÍBLE!!!
-Jeje, lo sé, cierto? La materia oscura tiene el sabor de lo que pienses. -Dijo Lunala, divertida.

Ese día también fue derrotado brutalmente por los muñecos de entrenamiento, y se tuvo que ir a la cama sin cenar. Al día siguiente ocurrió lo mismo, y el siguiente, y el que vino después, hasta que eventualmente Plantix terminó con la capacidad de sobrevivir comiendo una sola vez al día. Siguió entrenando duro, cayendo al piso una y otra vez, derrotar a los enemigos sería muy difícil si este era sólo el nivel 1.

Plantix tuvo que aprender de sus derrotas para finalmente salir victorioso un día de tantos, en el cual derrotó al holograma con cierta dificultad.

-Bien hecho! -Dijo Lunala con júbilo. -Ahora intenta con esto.

Lunala creó otro holograma.

-Nivel 2. -Dijo el holograma.
-Pero y qué si me derrota como todos los anteriores? -Preguntó Plantix.
-Descuida -Le calmó Lunala -De derrotar eso se supone que recibes 120 puntos de eperiencia o así. Deberías ser nivel 7 ahora.
-Mira, ¡es cierto! -Plantix se armó de valor y fue contra el holograma, que cayó derrotado fácilmente.

Así siguieron hasta que eventualmente Plantix alcanzó el nivel 12, pero al luchar contra otro holograma, trastabilló y se cayó de las nubes, pero por suerte aplicó el casco de una forma que amortiguara el golpe. Al caer, se desmayó.

Despertó en una camilla de hospital, donde otros pokémon heridos compartían la sala con él. Plantix no entendía lo que ocurría. Estaba mareado.

-D-dónde estoy? -Preguntó a un sandshrew que estaba a su lado.
-Tan fuerte fue la caída? Acaso tu entrenador no te ha traído aquí antes? -Contestó este
-No, no tengo entrenador, y además no sé qué es este lugar. -Replicó Plantix.
-Este es el centro pokémon, donde traen a los pokémon heridos para que descansen y se recuperen. -Dijo una humana de pelo rosa que entraba en la sala.
-Espera, eres una humana, cómo rayos me comprendes?! -Exclamó Plantix, asustado.
-Jeje, las enfermeras pokémon debemos aprender a comunicarnos con los pokémon. -Dijo ella. -Puedes llamarme enfermera Joy. Soy la encargada de este centro Pokémon. Aparentemente ya estás mejor, un chico afuera estaba preocupado por tu estado.
-Sí, me voy, tengo que encontrar el camino de vuelta a las nubes. -Dijo Plantix, un poco exasperado.
-Cómo dices? Las nubes? -Preguntó Joy.
-Larga historia. -Contestó Plantix.
-... Ya decía yo que la caída le había vuelto loco. -Dijo Sandshrew.

Plantix atravesó el corredor y se encontró con un chico de unos doce años, llevaba camisa roja y pantalones de diseño azules. Llevaba en la cabeza unos audífonos blancos, y en el bolsillo un MP3. Plantix le escuchó hablar con la enfermera Joy, y vaya que su tono de voz era nada moderado. Hablaba fuerte y claro, fuera por costumbre, confianza, o porque tenía el MP3 a todo volumen y no lograba escuchar lo que decía. 

El chico en sí no parecía muy habilidoso, se movía de forma un poco torpe y de vez en cuando cojeaba. Volvió a ver a Plantix, quien se había acomodado convenientemente en la mesa de recepción de la sala principal del centro Pokémon para darle las gracias con un leve gesto con la cabeza y salir.

-Oye, pequeño, cómo te llamas? Y porqué llevas un casco en la cabeza? -Preguntó el chico.
-Él se llama Plantix, y dice que quiere regresar a las nubes por alguna razón. -Dijo Joy.
-Oye, y quizás podemos ser compañeros de viaje? Te puedo dar amparo y protección, además de entrenamiento, hasta que puedas regresar a las nubes o encontrar a alguien que te lleve. -Sugirió el chico.

Plantix consideró sus opciones unos instantes. Podía aceptar, y sonaba como una muy buena opción. Finalmente cedió, y asintió con la cabeza. 

-Genial entonces! Puedes llamarme XPea. -Dijo el chico con una sonrisa de oreja a oreja. Lanzó una Honor Ball y Plantix quedó capturado.

XPea sacó a su pokémon de la Honor Ball y le dedicó una mirada de confianza. Y Plantix se subió al hombro de XPea.

-V-vaya! -Dijo XPea -Eso no me lo esperaba!
-Estoy segura de que ustedes dos serán grandes compañeros. -Dijo Joy mientras salían del centro pokémon.

XPea salió y Plantix pudo ver un gran centro comercial. Se movían rápidamente, y se reunieron con otro entrenador.

-Hey XPea! Adivina qué! El Profesor Oak me entregó este Charmander porque llegué antes que todos! Te estuve buscando por todo el centro comercial, creí que estarías ahí. -Dijo el otro entrenador.
-Qué bien, BigBug! Es una pena que me haya quedado dormido... Aún así, compré esta Honor Ball en el centro para atrapar un pokémon para mí, y da la casualidad que este Oddish cayó del cielo. Salí y lo llevé al centro Pokémon, donde aceptó ser mi compañero. -Dijo XPea.
-Pero wow, no todos tienen su inicial en una Honor Ball. Felicidades! -Dijo el tal BigBug.
-Tampoco todos son dignos de un Charmander, seguro lo hiciste muy bien en la prueba de admisión! -Dijo XPea.
Ambos rieron.
-Quieres echar un combate? Parte de ser un gran entrenador es saber luchar! -Dijo BigBug.
-Ea, no se diga más! -XPea se puso en posición.

Estaba a punto de estallar una batalla, que marcaría el inicio de una amistad, una rivalidad, pero en general, una aventura. Quieres saber lo que ocurrirá? Descúbrelo en el próximo capítulo!

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