La Forma Lunar

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Plantix estaba confundido por lo ocurrido. No lograba procesar cómo había ocurrido aquel destello durante la batalla contra el Steelix de Yasmina. Aquel sentimiento de la energía de todos, humanos y pokémon, personas y bestias, ideales y verdades, el bien y el mal, la luz y la oscuridad, todo ello en un solo equilibrio que era tan indestructible como lo era frágil, que le permitió aferrarse a la vida para hacer orgulloso a su entrenador.

Era imposible de explicar. Aunque, quizás para Lunala, sería posible arrojar alguna luz sobre el asunto. Así que decidió hacerle una visita en el Valle de los Sueños, buscó un lugar oscuro y se durmió. De pronto, volvió a ganar la consciencia en un paisaje tan bello como inexplicable. Sintió una poderosa presencia detrás suyo.

- ... Así que has vuelto. - Dijo la presencia. - Asumo que has descubierto una nueva faceta de tu poder, o enfrentas un nuevo desafío. Me equivoco?
- En realidad, no. - Contestó el guerrero. - Has dado en el clavo.
- Que así sea. Qué ha ocurrido?
- Yo... no sabría explicarlo. Fue muy extraño y todo de una vez. Estaba batallando contra el Steelix de una líder de gimnasio, y estuve a punto de perder, pero una fuerza sobrenatural se apoderó de mi corazón. Como un equilibrio perfecto entre todos los opuestos del universo. El sol y la luna, el cielo y la tierra, el agua y el fuego, entrenadores y pokémon.
- Cielos... podría ser?
- Y gracias a ese sentimiento adquirí renovadas fuerzas para batallar un poco más, pero luego empecé a desvanecerme como polvo, similar a cuando uso Láser Lunar, pero a un ritmo mucho más rápido.
- En la antigüedad se hablaba de un poder ancestral, que permitiría a dos héroes sentir la valía del universo y demostrarla en combate. Sin embargo, esto sólo ocurriría de haber una increíble conexión de confianza y amistad con un entrenador, por lo que se tiene que los héroes no podrían valerse por sí solos, y que sus entrenadores deberían entrenarlos con genuino amor, ya que no había forma de identificarlos...
- Pero tengo una espada... y movimientos raros... eso ya me hace extraño.
- No eres el único pokémon entrenado para usar movimientos no adquiribles de otra forma, sabes?
- Hmmmm...
- Lo que has experimentado han sido manifestaciones de algo conocido como Forma Lunar. Pero no ha ocurrido ya que no has progresado a tu forma final.
- Cómo así?
- Una vez que alcances tu última etapa evolutiva, hemos de ver en tí un poder ancestral, y nos harás orgullosos a todos.
- Todos?
-  Estoy seguro de que recuerdas a estos chicos.

Entraron un Vaporeon, un Jolteon, un Flareon y un Espeon.

- Un momento... ustedes dos estuvieron en aquellos sueños extraños que tuve! - Exclamó señalando a los primeros dos - Y ustedes dos son Inferno y Espy!! En guarde!
- No estamos buscando pelea. - Dijo Inferno en una voz calma. Su pelaje seguía chamuscado por las lavas del volcán.
- Somos los espíritus antiguos. Una legión que se unió para sellar una antigua amenaza. - Dijo Espy. Tenía una gran herida infectada en el pecho y cojeaba, respirando con dificultad.
- A Espy y a Inferno les ha dañado la distorsión de energía que se está formando. - Dijo Quater, la Vaporeon.
- Distorsión de energía? - Preguntó Plantix con intriga.
- Una presencia terrible ha dominado los cielos... Se solía pensar que estaba controlada, ya que unos antiguos héroes en Galar la sellaron. - Dijo Zap, el Jolteon
- Y entonces? - Plantix estaba cada vez más angustiado.
- Sin embargo... parece que ha empezado a reformarse. Ha ido acumulando fuerzas y energía de magnitud enorme. - Dijo Inferno. - Esto ha corrompido a tres de nosotros. Has derrotado a dos, pero sigue fuera de nuestro conocimiento quién es el tercero.
- Q-qué debo hacer? - Preguntó Plantix
- Has de encontrar al resto de los nuestros y reunirlos aquí. Sólo entonces podrás hacer frente a la amenaza que se cierne en el cielo... - Dijo Quater.
- Cómo he de hacer esto? - Cuestionó Plantix.
- Has demostrado valentía en combate ante el espíritu del valor. Perseverancia al seguir levantándote cuando has caído frente al ser de la resistencia. Has recibido un impulso de ideales antes de tener una visión del espíritu justiciero. Has tardado lo tuyo antes de despertar en la Playa del Albor, y entonces se te presentó una visión del espíritu de la calma. - Manifestó Espy. - Ya con esto te he dicho todo.
- Hmmm... creo que me hago una idea. Hay alguna forma de curar las heridas de Inferno y Espy? - preguntó Plantix.
- Desgraciadamente, me temo que no es así. - Dijo Espy. - Éramos espíritus sagrados, y, aún si nos corrompieron, hemos incumplido con aquel cometido que se nos ha encomendado: proteger este mundo después de sellar a aquel espíritu. Estas heridas serán nuestro castigo por toda la eternidad.

Plantix se compadeció del pobre gatito mágico y su compañero el zorro ígneo. Usó su don lunar para cantar una melodía sagrada que sanó sus heridas.

- P-pero... - Dijo Inferno - Estas heridas fueron nuestro castigo... Atreverte a sanarlas así como así va en contra del deseo de Arceus, podrías ser castigado también!! No me perdonaría si se llevara tu bella voz...
- Quizás, pero no es justo que alguien deba sufrir por heridas de un error que no quiso cometer. Especialmente si es durante la eterna muerte, período de descanso del sufrimiento en vida. - Dijo Plantix.
- ... De verdad, que Arceus bendiga este gesto de solidaridad. Te lo agradezco de todo corazón. - Dijo Espy.

Plantix hizo una reverencia hacia su antes oponente.

- Una última cosa antes de irme. - Dijo Plantix. - Tiene esta energía algo que ver con los pokémon gigantes que he visto? Como Emma o Glaze en Ciudad Mayólica?
- Eso deberás descubrirlo tú mismo, joven guerrero - Dijo Lunala. - Ahora has de tomar una decisión... elige sabiamente. Cuento contigo, mi joven aprendiz... aunque ya no sé si debería llamarte así. Buena suerte.

El cielo se iluminó y todo alrededor del Gloom desaparecía en la luz. Estaba despertando...

Plantix estaba en la tienda abandonada de BigBug. Era noche de luna llena cuando salió a revisar, así que se desperezó y miró a los alrededores. Cuando inspeccionó el suelo, había una caja de regalo a sus pies. La etiqueta leía:

Con amor, de Lunala.
(XPea compró las piedras)
Elige sabiamente.

Plantix removió el listón y abrió la tapa. Había en su interior dos piedras de extraño aspecto. Una era roja como el núcleo del sol. La otra tenía grabada una hoja. Le tomó un momento a Plantix darse cuenta de que se trataban de piedras evolutivas. Lunala le había otorgado el honor de evolucionar. Plantix lo pensó unos momentos y tomó en manos la Piedra Hoja. Sintió cómo la piedra desaparecía entre sus manos y él mismo desprendía una brillante luz. Al final, la luz se convirtió en miles de mariposas iluminadas. Plantix notó que ya no tenía su casco de Gloom, posiblemente habría estallado del cambio de forma. Era una nueva etapa. Y ahora estaba dispuesto a hacer lo mejor por defender a los suyos.

XPea miró al Vileplume en la loma del campamento, ya que había notado la iluminación. Al instante, se le cubrió el rostro en lágrimas de emoción y se abalanzó contra su primer compañero, dándole un abrazo con todas sus fuerzas. No podría estar más orgulloso de su Plantix. El único y verdadero Plantix.

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