El espíritu de la claridad y retorno de un rival

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Plantix volvió a dormir un par de horas más tarde. Al caer en la oscuridad, abrió los ojos. Pero no estaba en el Valle de los Sueños. Sentía una extraña aura a su alrededor. Al volver la vista, una sombría silueta de menor tamaño que las Eeveelutions le miraba con intriga. Parecía como uno de esos extraños sueños que había tenido en el Mar del Albor y el Desierto Zeco. Definitivamente había encontrado un espíritu.

- ... Déjate ver. - Dijo el guerrero.

La silueta arrojó luz sobre sí misma, dejando ver un Eevee.

- Saludos. Soy Chase, el espíritu de la claridad.
- Porqué te oyes distinto a los otros?
- La distorsión se aplica a aquellos que no son dignos. Y tú tampoco lo fuiste, hasta que has descubierto un nuevo propósito. Es entonces cuando te haces digno de oírnos.
- Porqué te has aparecido ante mí?
- Has tomado una decisión irreversible. Muchas, de hecho, como hacer caso a Lunala o luchar por tus ideales, o quedarte en Alola y rendirte, o seguir adelante buscando. Pero ahora has tomado una decisión que te marcará por siempre. Y esa determinación para elegir tu opción, esa valía tan especial, te ha traído ante mí.
- Interesante. Empiezo a entender de qué va esto de los espíritus antiguos.
- Así ha de ser.
- Por cierto... qué hago con la otra piedra?
- La piedra restante puede ser usada como dinero rápido... o, si eres lo suficientemente inteligente, como una llave al siguiente espíritu.
- Entiendo... gracias por el consejo.
- Recuerda elegir siempre con sabiduría, y llegarás muy lejos.
- Hasta luego, Chase.

El panorama se esclareció y Plantix despertó sobre el pasto, entre los brazos de XPea, quien también despertó ante el movimiento del Pokémon. Se oía a Flake pelear con alguien en la distancia.

- Ah, sí?! Entonces explícame, cómo es que... que... - Decía ella
- Llevo aquí media hora esperando un buen argumento... - Dijo una agitada y rápida voz... que se le hacía familiar a XPea.

Al mirar más de cerca, XPea encontró a Flake intentando pelear con un peliverde. Era N, y había regresado, pero... porqué?

- ... N? Qué haces aquí? - Preguntó XPea
- Es lo mismo que intento averiguar, pero el tipo no deja de hablar de "voces pokémon". Acaso se fumó un Oddish?!
- Justo a quien quería ver. XPea. - Dijo N, mientras una sonrisa se formaba en su rostro. - Veo que has recuperado y evolucionado a tu compañero.

Plantix se limitó a dedicarle una mirada de inconformidad.

- Alguna vez has pensado en lo angustiado que se debe sentir tu pobre Vileplume cada vez que lo sacas al terreno de combate? - Preguntó N - El pobre teme por su vida cada vez que tiene a un oponente fuerte en frente... y lo peor es que es el tipo de oponentes que más le envían.
- Espera... qué? - Preguntó XPea
- El pobre chico vive bajo tanta presión por sus problemas internos, de los cuales no sabes nada y apuesto a que no has siquiera intentado indagar.

La mirada hostil de Plantix empezó a transformarse en una mueca de confusión.

- C-cómo se supone que lo haga? Es un pinche pokémon y no tenemos tal cosa como un traductor. Además, puede que no sea el entrenador más avispado, pero sé una cosa o dos de mi pokémon y lo trato como al más querido de mis compañeros.
- He ahí el detalle. Si tanto lo amaras... de verdad lo harías combatir por tus propios intereses, poniendo en riesgo su vida?
- Pues...

La mueca confusa de Plantix fue bajando a una mirada perdida, ensimismada y pensativa.

- Qué acaso no lo entiendes? Los humanos como tú y los pokémon como Plantix no habrían de vivir en el mismo entorno... o cosas como esta ocurrirán.
- La verdad lo que dices tiene CIERTO sentido... pero seamos sinceros. Sin mí ahí para él, quién le habría cuidado y mimado desde que cayó del cielo?

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