Capítulo 13

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Pov' Anthony

Después de cenar, acudí a mi despacho y me puse a pensar en la ridícula forma de pedirle matrimonio a Stella, fue una tontearía. No debí haberle hecho caso a Fred, sus ideas son estúpidas, yo jamás haría semejante cosa. Me preguntaba qué pasaría por la cabeza de Stella al ver toda esa escena romántica, porque en mi defensa no sentí absolutamente nada, aquellas palabra que dije salieron sin el más mínimo sentimiento, pero. Pensando bien, creo que Stella llego en un momento de creer aquellas palabras, al ver su gesto, su reacción, supe en ese entonces que lo estaba haciendo creíble. Y eso es lo que quiero que piensen los demás, no quiero que sospechen que no siento nada por ella y que todo es una farsa.

De pronto escucho que tocan la puerta. - ¡Adelante! -grite. Dando la vuelta y quedando de pie, frente a la puerta de entrada. La puerta se abrió y apareció Stella, con un gesto severo. Cerrando la puerta con rabia.

- ¿Anthony Prince? Debes estar de broma. No hace falta gastar tanto dinero en un anillo temporal y todo lo demás que estás haciendo.

- Vas a ser mi esposa. Y mientras dure, tenemos que aparentar todo.

Traga con dificultad.

- ¿No crees que es mucho?

-voy a tener un cargo muy importante en las acciones de la empresa, y los socios querrán conocer a mi esposa.

Stella se mordió los labios. - ¿Se le ofrece algo más, señor? ... quizás el señor también quiera que me pongan pechos, un enorme trasero y para finalizar una rinoplastia. No sé, una trasformación completa, una nueva Stella. -dijo con tono indiferente.

Abrí los ojos. Y observé. Empecé a estudiarle de arriba abajo. Recorriéndole con la mirada lentamente, perforadoramente. Era la primera vez en mi vida que veían mis ojos un espectáculo semejante.

- Stella... Deberías de empezar a quererte más y dejar de pensar en cosas sin sentido que eso no te ayudara en nada. Y para que te quede claro... - Me puse enfrente y le dije: - Te invito a que te pares enfrente de un espejo, y veas que no necesitas absolutamente nada de eso. Eso te lo aseguro.

Aunque todos me conocen como soy, jamás permitiría que una chica se sienta insegura sobre su físico, todas son hermosas.

Stella me miró con frialdad. Entrecerró los ojos y abrió mucho las ventanas de la nariz.

-Hoy no me ha dado tiempo más que de abastecerme de ropa - dijo cambiando de tema.

Da la vuelta apartándose de mí.

Me mordí brevemente el labio, con los ojos todavía semicerrados, mientras seguía observándola, como haciendo un esfuerzo por controlarse. Mantuve mi sonrisa leve, un poco porque convenía a mi papel de hacerme el altivo y otro poco porque verla incómoda era una sensación nueva y agradable.

Me aclaré la garganta.

-Stella, prepara tus maleta, que mañana nos vamos unos días.

-Lo que usted diga, señor Anthony. -dijo con cierto sarcasmo burlón.

Resople.

-Estoy arreglando para todo lo del viaje para mañana. Nos vamos a las cuatro y media en mi jet privado y aterrizaremos en Moncloa, donde nos estará esperando mi madre. -
Mis palabras han conseguido que Stella me mire, y añado: - mi madre no sabe lo del contrato, por lo tanto todo será una gran sorpresa.

Ella asiente e indica:
-Qué maravilla debe de ser tener tanto dinero como para regalar! -dijo Stella. - No sé por qué no vamos en un vuelo comercial como todo el mundo. No sabes que hay una clase preferente?

Forced marriage. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora