Capítulo 21 (Parte 1)

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POV' Stella 

La alarma sonó como cada día, por fin estoy en Manhattan, no quiero decir que Moncloa me aburre, pero estar en casa es lo mejor, ya extrañaba estar en mi zona de confort. Necesitaba hablar con Cameron, necesito desahogarme con ella por todo lo que está pasando con Anthony me está atormentando. Decidí que lo mejor sería salir a correr y despejar mi cabeza antes de hacer algo estúpido y cagarla.

A mitad del recorrido que tenía pensado recorrer, bajé el ritmo y empecé a pasear. Nada de eso sirvió para tranquilizar mi mente. El calor, el ejercicio... Aún no podía dejar de hacerme preguntas sobre Anthony, qué intentaba hacer ayer, ¿Nos besaríamos? No, no eso no pasaría, pero debo admitir que yo sí quería, maldición, pero tenía que seguir en mi línea, no puedo ser chica fácil delante de él, me perturba saber que él está haciendo del todo para provocarme.

Sonó mi celular. Era un número desconocido. Que atienda el contestador, pensé primero. ¿Y si no dejan mensaje?, me pregunté después. Cuando no dejaban mensaje, me atrapaba una ansiedad insoportable que resolvía llamando yo y diciendo «recién recibí un llamado de este número». Entonces atendí.

— Me da gusto saber de ti. — se escucha del otro lado de la línea una voz.

Con solo escuchar esa palabra, sé perfectamente quién es. Suspire.

—¿Cómo has conseguido mi número?— pregunté.

— Eso es lo de menos. Lo importante es que ya te encontré. — Hubo un largo silencio al otro lado de la línea. — Mi padre te ha estado buscando. —dijo finalmente.

— No quiero saber nada de él ni de ti, la última vez que los vi les dejé muy claro mi decisión, no los quiero en mi vida, yo lo único que quiero es que estén lejos de mí.

—Stella, eres mi hermanita pequeña...

—Tu y yo no somos hermanos déjame de decir así.

— Bien, Stella. Espero y Anthony esté al tanto de que tú y yo somos hermanos, de lo contrario no creo que se ponga contento por esa gran noticia.

Cerré los ojos por ese gran golpe. Él tenía razón, cuando Anthony se entere se molestara mucho, lo mejor será ocultar ese tema o al menos mientras dure nuestro acuerdo.

— Demir, por última vez. Tú y yo no somos hermanos. — dije antes de colgar.

POV' Anthony.

Estaba sentado ante el ordenador portátil, revisando los correos electrónicos que se habían amontonado desde que había llegado a Manhattan. Tenía que buscar entre más de doscientos correos, algunos interesantes, otros irrelevantes. Pero tenía que verificar que el balance de la bolsa de valor de BMG estaba en marcha.

Continuó inspeccionando la pantalla, y de pronto la puerta principal se abrió, vi a Stella atravesar el vestíbulo algo sofocada, vestida con una camiseta holgada y unas mallas apretadas hasta las rodillas. Su coleta se balancea mientras caminaba. Al verme, sonrió.

—Hace una mañana estupenda para correr. — Ella alzó las manos sobre la cabeza, se estiró de un lado al otro, y las dejó caer.

—Deberías haberme dicho que ibais a salir. Me habría ido contigo.

—No sabía a qué hora ibas a levantarte, y no quería molestarte.

Mis cejas se fruncieron cuando levanté mi taza, tomé un sorbo caliente. — ¿Cuánto tiempo hace que corres?

—Toda la vida. El único modo de tener tiempo para mí sola era salir a correr. —Entonces, si me ofrezco a acompañarte mañana, ¿me lo permitirás?

—Me encantaría —dijo, y bebió un trago de la botella de agua que llevaba. — ¿Has desayunado?

Miré mi ordenador portátil, y la cerré.

—No. Te estaba esperando. —dije.

—Genial. Entonces, vamos a comer. Me muero de hambre.

Le ayudé a poner la mesa: platos, cubiertos. Ella había preparado beicon, huevos, tortitas, tostadas y fruta. — ¿Qué planes tienes para hoy? —preguntó.

Stella se encogió de hombros, mordió un trozo de fruta y habló con la boca llena de comida: —Saldré a buscar un nuevo empleo. Estar aquí sola en esta casa lo aborrezco.

Dejé el tenedor sobre el plato y le miré con el entrecejo fruncido en señal de enfado. — te he dicho que no necesitas trabajar, aquí lo tienes todo.

Ella dejó su tenedor sobre el plato y me miro a los ojos. — ¿Y qué quieres que haga entonces? — Tomó de nuevo el tenedor, lo clavó en un trozo de melón y gesticuló con él en la mano: — Estoy jugando un papel de «Esposa» no de objeto de casa. — Se llevó el melón a la boca.

Entorne los ojos. —Entonces, si quieres, trabaja conmigo en BMG. — dije de pronto. Tomé la jarra con jugo de naranja — ¿Jugo? — ella asintió. Llené su vaso, luego completé el mío.

—Como sabes, en estos momentos estoy buscando un nuevo asistente personal. Me preguntaba si estarías interesada en el puesto de forma interina si las próximas entrevistas no dan frutos.

Stella se quedó callada. Si ella quería trabajar pues ahora tiene la oportunidad perfecta.

Agarró su tenedor con la palma cerrada en puño y lo clavó con fuerza en un trozo de melón como si se tratara de una daga que enterraba en el corazón. Tenía que sacar la frustración de alguna forma y le hizo «vudú» al meloncillo inocente.

—La asistente tiene que ser tan cercano como tu esposa. Ah, tú eres... tan cercano como su marido entonces. Ay, lo olvidaba, estamos casados. — ella se mofa, y se llevó el trozo de fruta a la boca. — por obligación.

Aprieto la mandíbula porque ese pensamiento me enfurece. — Stella.

Soltó el tenedor que tenía en la mano y este calló haciendo un ruido estridente directo hacia el plato de porcelana. — Bien, trabajaré contigo.

Sonríe victorioso. Ahora lo único que sé es que tenerla cerca hará que mis días en la compañía sean muy interesantes. Miré mi reloj de pulsera y casi me dio algo. ¡Joder, la reunión! Verner estaría furioso. Cogí mi móvil y comprobé que tenía diez llamadas perdidas de Laura.

—Te veo en mi oficina.

Asintió. — Tal vez llegué un poco tarde.

— No te preocupes, Rick, mi chofer te llevará en uno de mis autos y llegarás a tiempo sin inconvenientes.

Se llevó las manos a las sienes e inclinó la cabeza. —Lo tienes todo bajo control.

— Siempre, cariño, siempre. — Eso fue lo último que le dije antes de salir por la puerta.

Forced marriage. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora