Capítulo 11 (parte 2)

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De regreso a casa, el silencio es nuestro compañero. Ambos estamos sumidos en nuestros pensamientos. Al llegar a casa, cada uno toma distintas direcciones. Pero antes de subir por las escaleras, detengo a Stella. — Te espero en mi despacho.

— Esta bien.

Diez minutos más tardes, mi mente volvía a estar centrada en el ámbito profesional. Esperé una llamada de Fred, quería saber cómo estaba todo por allá, pero él no lo cogió. Solo espero que Jules, este de nuestro lado. De pronto Stella toco la puerta, y ordene que pasara.

— ¿Te he hecho esperar mucho?

— No pasa nada. Siéntate. — se sentó en la silla que había enfrente del escritorio, y yo en la mía. — Veo que no has traído tu hoja. — murmuro.

Sonríe. Se inclinó en la silla y me miró. — No es necesario, la tengo en la cabeza.

Asiento.

Suspiro profundamente y sonrió. —Estoy listo, pregúntame todo lo que quieras.

Mi reacción la sorprende y, boquiabierta, insiste: — No entiendo cómo puedes estar tan relajado. Preparas matrimonios forzados cada día o ¿Qué?

— Y, yo no entiendo por qué tantas dudas. — digo. —Después de esto puede que perdone la deuda que tienes conmigo. Aparte ya hablamos de ese tema, ¿no?

Ella sisea furiosa: — Si sigues hablando de esa manera tendrás que buscar a otra persona para casarte con ella.

Suspiro. No puedo con esta mujer. — Mira Stella, sé que no nos conocemos mucho, pero si trabajamos juntos, podemos convencer a los demás de nuestro matrimonio, admito que no será fácil, pero creo que podemos conseguir que se lo crean.

— La personas normales se casan por que se quieren, por eso se ven tan real. Es obvio que ahora nadie sabe lo "nuestro". Y eso nadie se lo creerá. —insiste.

—Vale, puedo hacer público lo nuestro, y puedo fingir que te amo. ¿Puedes hacer lo mismo?

—¿Fingir que te amo? —pregunta.

Asiento.

—Puede que sí, puede que lo intente con toda mi voluntad, si me esfuerzo mucho.

—Pues en este caso los dos nos esforzaremos mucho. — finalizo.

Ella se muerde el labio inferior y sonriendo con algo de duda.

—¿Me vas hacer las preguntas?

Stella, se pasó la mano por el cabello y con la otra pretendió aquietar los nervios. — Sí, tengo muchas preguntas, pero creo que será más que suficiente si me respondes a las treinta más importante.

Sonrió. — pregunta, Stella.

— ¿Qué pasara después? ¿Cómo vamos a convencer a todo? —pregunta. — Tal vez a ti no te preocupé ese tema, pero a mi si, después de todo yo también estoy metida en este lío. ¿Cómo se lo explicaremos a los demás? ¿Cómo se lo van a creer?

Fruncí el ceño al escucharla.

Como lo pensé en un principio esta chica sí que sería buena reportera ha lanzado una bomba de preguntas en menos de un minuto. — Ya se nos ocurrirá algo. Eso no será muy difícil, creo yo.

— ¡Que pretendes decir! tu padre es el que está detrás de todo esto y te está obligando a contraer matrimonio lo más pronto posible.

Me encojo de hombros. —Está claro que no diremos eso. Inventaremos algo. — añado.

Ella hace una mueca y suspiro. — De eso nada. Como vamos a responder, cuando nos pregunten ¿Cómo paso esto? y todo eso.

Me apoyé en el respaldo del sillón. —Bien. Entonces dime tu qué harías.

Forced marriage. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora