Pov' Stella
Han pasado solo dos semanas desde que inicie a trabajar como asistente de Anthony, sin embargo, es lo más terrible, jamás en mi vida había trabajado tanto como en estas dos semanas, el teléfono no cesaba de sonar, los correos electrónicos abarrotaban el ordenador y un río de gente estuvo esperando para ver Anthony. Él tenía una reunión tras otra, tenía que asegurarme de que tuviera a mano toda la información necesaria. Además, llevarle café cuando me lo indicaba y luego regresar corriendo al escritorio para fijar nuevas reuniones, organizar la agenda y comprobar que todo estaban en marcha.
— ¿Todavía estás aquí?
Eran casi las tres y media cuando Anthony regresó de una entrevista y me encontró imprimiendo un último documento. No aparte la mirada de la impresora, agarre el documento y lo metí en una carpeta.
—Terminé. —musite, contenta.
—Perfecto, la reunión comienza en cinco minutos. —dijo Anthony. — Te informo que mañana tengo que dar un discurso de bienvenida.
Asentí.
—De hechos te he dejado las notas para tu discurso sobre el escritorio.
—Voy a echar un vistazo.
— Una cosa más... —Me mordí el labio inferior, estaba nerviosa. — La revista news of the week, quiere una entrevista sobre nuestro matrimonio.
Anthony se colocó un poco la camisa y planchó con las manos las inexistentes arrugas como si así pudiese disimular su malestar. Miro su reloj. — Stella, no habrá ninguna entrevista, solo di que tenemos agenda llena.
— Lo hice... Pero ya llevan una semana con eso, ya no puedo seguir negando eso.
Dio un golpe con la mano en el escritorio. —Rechaza esa petición.
Pase mis manos por mi cabello, sentía mi sangre hervir. —Como si fuera tan fácil. A caso no has escuchado como suena y suena el teléfono, ellos son muy insistente.
Anthony volvió a mirar el reloj y torció el gesto, luego se metió las manos en los bolsillos de su elegante pantalón negro. — Bien, lo hablaremos luego. Ahora, si no te importa tengo una junta en 2 minutos.
Lo fulminé con la mirada. — Buena suerte. — dije. Cogió la carpeta que le entregué y la hojeó de camino a la sala de junta.
Unas horas después, cuando estoy tecleando en mi ordenador escucho unos tacones resonar por el pasillo. Rápidamente, alcé la vista y la miré, sí, era la misma mujer que salió aquella vez de la oficina de Anthony toda despeinada y que en cuanto me vio, su mirada reflejaba un odio. Quizás por qué arruine su momento de satisfacción sexual con Anthony. Me alegro haber llegado en buena hora.
— ¿Eres la secretaria?
— Asistente.
— Antes se les decía secretaria.
— Vaya. — Me cubrí la boca con la mano para que no pensara que me estaba burlando, y carraspeé para disimular mi risa. — ¿De cuánto tiempo estamos hablando? Usted no parece tan vieja ¿o, si?
Sus ojos se deslizaron por mi cuerpo.
— Necesito hablar con el señor Prince. — Abrió la puerta de la oficina de Anthony, y quiso entrar. Yo la detuve, cogiéndola por un brazo. — Está en una reunión muy importante, pero puedes dejar tu recado conmigo y yo personalmente se lo entrego.
La rubia se dio aires de grandeza, y me recorrió con la mirada de pies a cabeza. Solté su brazo, y recobrando la compostura, eleve una ceja.
— Bien, me voy. —La rubia lanzó una carpeta sobre el escritorio. —Este expediente tiene todos los folios sobres las inversiones que ha hecho. —dijo y lo lanzó sobre la mesa. Al aterrizar, la carpeta empujó todas mis cosas.
Mire la carpeta, y el desastre que dejo. Odio a esta mujer, si no fuera por qué Anthony está en una junta crucial juro que de aquí ella no sale viva.
Súbitamente, siento dolor punzante en mi cabeza, necesito tomarme un analgésico. Estaba recogiendo todo cuando de pronto apareció Noah.
—Baby, creo que necesitas un descanso. No te he visto tomar un día de descanso desde que iniciaste a trabajar.
— Ni recordar.
Noah meneo la cabeza. —Te traje un poco de té, estoy seguro de que te relajara un poco.
Cuando Noah dejó la taza frente a mí. Le sonreí. —Gracias.
—Te ayudaré a recoger todo esto, creo que deberías de ser un poco más organizada. — dice, mientas recoge unas hojas que están en el suelo.
No pude evitar fijarme en su bonito trasero enfundado en los pantalones negros del uniforme. Era un chico muy guapo: el típico inglés que toda americana imagina, tiene ojos azules muy intensos, cabello café casi negro, es alto, delgado, ojos grandes, cabello largo que le llega hasta el hombro y tiene sus pestañas largas y sobre todo muy extrovertido.
— Estoy saturada de trabajo, después de todo fue una terrible idea entrar a trabajar aquí.
—Es el precio más caro por trabajar con el adonis de Prince.
— No sabes cuánto me arrepiento. Mira —señalo un cerro de carpetas. — jamás terminaré de ordenar todo, y peor a un el Sr. Prince quiere todo ordenado y listo para hoy.
— Baby, estoy seguro de que lo terminarás muy pronto. — Noah hizo chasquidos de exasperación.
— Hoy no es mi día.
Noah se recargó sobre la cubierta de cristal del escritorio. — Vamos a ver. ¿Cuál es tu signo del zodiaco?
— ¿Eso qué tiene que ver?
—Dime qué signo eres.
—Libra. —capitulé.
Noah asintió con la cabeza, tomó su tablet y se desplazó por las pantallas sin decir ninguna palabra.
—A ver, dónde está Libra. ¡Aquí!. —dice. Yo lo miré de reojo. — ¿Crees en los horóscopos?
Negué con la cabeza.
Noah entornó los ojos y volvió a la pantalla. — Libra: Hoy tendrás un encuentro con una persona que tiene dos caras. Hace poco que lo has descubierto... — rodee los ojos al recordar a la rubia, Noah continúa leyendo. — Ignórale y aléjate todo lo que puedas. Con tu pareja llevas una etapa de discusión diaria para que te dé la razón en lo que sea. Olvídate de quien la tiene, insistente Libra. Lo importante son los sentimientos. Si le quieres de verdad la otra cuestión es muy secundaria.
— Noah, no debes de creer en los horóscopos. Todo es mentira.
Noah apagó su tablet y me miró. — ¿Coincide en algo tu horóscopo de hoy, con lo que te está pasando?
— los horóscopos no predicen lo que nos va a pasar. Yo me mentalizo en que no sirven para nada. Siempre, cuando la revista digital y periódicos miro con el rabillo del ojo. Y luego digo, menuda tontería... pero ya lo he leído y me crispa. — dije y mientras hablaba tomé una pluma y anoté en una libreta todos los pendientes que tenía. —La vez pasada leí mi horóscopo y decía que ese día encontraría a mí ser amado y no sé cuántas mentiras más... — resople. — y ese día fue el peor de todos, y hasta este momento sigo arrastrando ese mal día.
Noah alzó las manos a la altura de sus hombros. — ¡Vaya suerte tan mala la tuya! —se mofó girándose hacia el escritorio.
Rodeé los ojos.
Eché una mirada a mi reloj: faltaban cinco minutos para que terminara la junta de Anthony.
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Holaaa. ¿Cómo están?
Estrellitas de la tierra⭐, sé que este cap es súper corto, pero quise dar un punto de vista de Stella. 😉Les cuento que ya el capítulo 23 ya está listo, pero aún estoy corrigiendo ciertos detalles que no me convence del todo, así que en las próximas horas e incluso día estaré subiendo en cap 23.
Ténganme paciencia, plissss🥺
Pero díganme si les gusta o no la historia, de verdad me gustaría saber que opinan. De todo corazón agradezco a todos mis lectores que han llegado hasta este capítulo, de verdad muchas gracias. Sé que no nos conocemos pero tienen un espacio en mi corazoncito. Gracias, mil gracias. 😘❤️
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Forced marriage. (+18)
Teen FictionAnthony Prince, un joven millonario que a sus 26 años, no cree en sentimientos, ni en compromisos. La palabra matrimonio y familia, son conceptos que ni siquiera existen en su mundo. A él solo le importa divertirse con las mujeres, solo sexo... 1-07...