Capítulo 5

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Stella era la única candidata que tenía en mis planes. Tan solo eran un año, nada comparado con la recompensa que tendría en mis manos. Manejar BMG se había convertido un sueño frustrado desde pequeño, esta empresa la he trabajado muy bien, y no permitiría que nadie me la quite.

*******

Fred regresa hoy de sus vacaciones, ambos quedamos para comer en el restaurante Locanda. Empezó a mostrarme fotografías de sus vacaciones, en algunas de las cuales aparece una chica que llego a cambiar mi vida. Cuando vi aquella persona sentí una rabia, un odio por lo que había cometido, pero a la vez sentía lastima por ella. Era Ximena, mi ex. Alguien a quien pensé que jamás volvería a ver.

Me quedo en silencio, tras ver aquella foto.

—¿Qué ocurre, Anthony?

Levanto la vista y, comprendiendo a qué se refiere, murmuro:
—Nada.

Él sonríe, se echa hacia atrás en su silla y, mirándome, insiste:
—Te conozco muy bien. Perdón por enseñarte esa foto, pensé que ya no te afectaría, ya han pasado casi cuatro años de lo sucedido, y todavía no creo que te siga afectando.

Doy un trago a mi whisky, declaro:
— Lo reconozco. Pero queda claro que a Ximena ya no la veo con los mismos ojos que la veía antes, ella ha pasado a la historia como muchas otras.

Fred, guardo silencio por un momento: — Bien. Háblame de tu futura esposa. — dijo con una sonrisa en el rostro.

Le dirigí una mirada burlona, y me puse a rellenar las dos copas de Whisky. — Es una chica difícil. Le gusta llevarme la contraria en todo.

Él sonríe, da un trago a su bebida y cuchichea:—Y ¿qué tal?

Ahora el que sonríe soy yo.
— Nada mal. -afirmo.

A continuación, ambos reímos y, aunque en momentos me acuerdo de Stella, no se la menciono. Estoy convencido de que si Fred la conociera, también caería rendido a sus pies ante aquella mujer.

Durante un rato hablamos de trabajo, hasta que por último propone: -
Voy a dar una fiestecita privada en casa dentro de unos días, ¿qué te
parece?

— Excelente idea.

— He invitado a Margaret -me cuenta Fred — , y ya sabes que ella se muere por ti.

Asiento. Sin duda tengo vía libre para hacer con ella lo que me venga en
gana. — Todavía soy hombre libre. — suelto de pronto.

Fred frunce el ceño y replica: —No digas tonterías. Todavía falta organizar la despedida de soltero.

Resoplo, niego con la cabeza y añado:
—Stella y yo seguiremos continuando con nuestra vida cotidiana, sin afectar el matrimonio.

Fred asiente y no dice más. Pasados unos segundos, murmura:
—Entonces brindemos por ti, por tu matrimonio falso, y porque sinceramente, ¡estás bien jodido! —dijo, alzando su copa.

Choque mi copa. Tomé de mi whisky muy lentamente disfrutando el sabor en mi lengua.

Tras pasar un rato con Fred, y antes de regresar a la oficina, decido ir a la joyería y comprar el anillo de compromiso para Stella. Aunque era demasiado pronto, no podía permitir que alguien más moviera la ficha y Stella se arrepintiera casarse.

— ¿En qué puedo ayudarle, señor? — preguntó una mujer, de unos cuarenta años, vestía de una manera muy impecable.

— Necesito un anillo de compromiso

— ha venido al lugar indicado. - con una sonrisa cálida, pregunta:- ¿prefiere un estilo tradicional o moderno?

—Moderno. — indico.

Forced marriage. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora