Capítulo 37

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Pov' Anthony

Después de despedirme de Fred y darle las últimas instrucciones de las próximas reuniones que tendremos a fin de mes. Decido subir a la azotea.

Necesito aire fresco y por suerte tengo a mi disposición las llaves. No es un día muy cálido, pero no hace frío tampoco y el cielo está claro. Respiro hondo y me tumbo, son relajantes los pocos rayos de sol que hay, así que cierro los ojos.

Silencio.

Silencio.

Sentía la brisa en mi cara y así poder concentrarme en los recuerdos de mi infancia, cuando todo parecía más fácil. Pero no podía recordar tiempos felices, sólo repasaba la mañana en que desperté, escuchaba ruidos extraños. Era algo como un lamento, caminé hacia la habitación de mamá pero no la encontré, luego fui a la sala y vi a mi padre y a una mujer que claramente no era mi madre, completamente desnudos sobre el sofá.

Mi padre siguió engañando a mi madre, y yo seguí sin decírselo a nadie. Todavía no sé cómo es posible que ni mamá, ni Dylan, ni Sophia, se hayan dado cuenta de que no le miro como antes, o de que no soporto hablar con él. Sin embargo, lo cierto es que desde que vine a Manhattan, hace ya tres años, apenas hemos coincidido los cinco. Sigue sin sentarme bien ocultarle la verdad a mamá, y, siempre que la veo me digo que sí está triste, que, si ella insinúa que tiene la menor sospecha de que está pasando algo raro, se lo diré. Pero este momento no llega nunca y ella está contenta, feliz de las cenas que comparte con papá y de las visitas a Manhattan.

Poco a poco abro los ojos, miro el móvil y veo que es media noche, enseguida sé que me he quedado dormido. Me fijo en que tengo dos llamadas perdidas y un mensaje de Stella

Stella:

Llamada perdida a las 23:50 pm

Stella:

Llamada perdida a las 00:20 am.

Mensaje de Sophia 22:35
Abrí el largo mensaje de Sophia

Sophia:

No sé dónde estás, pero espero que donde sea, estés bien. Mi madre y yo hemos optado por regresar a casa. Solo ten en cuenta que mamá se está dando cuenta de tu relación con Stella, a segura que algo no está bien con ustedes. Por favor no seas tan evidente en lo que haces, en redes sociales está circulando unas fotos que no van a tu favor.

Al terminar de leer el mensaje maldije. La realidad a mí se hizo presente. Cayendo en cuenta que me estaba convirtiendo igual o peor que mi padre. No debo de lastimar a Stella, ella es una buena mujer para andar como un tipo como yo. Solté todo el aire que tenía mis pulmones y tome las llaves para irme a casa, tengo que hablar con Stella.

Pov'Stella

Estoy terminando de recoger mi ropa de la habitación de Anthony, cuando de pronto escucho como unos pasos se van acercando. Se que es él. Puedo sentir su perfume, un perfume caro, sin duda, un olor que me anestesia al instante.

Tomo entre mis manos la última prenda y la dejo en una cesta de ropa, donde estoy guardando todo para después llevarlo a mi habitación.

Lo oigo susurrar mi nombre. Casi puedo verlo de pie delante de mí: hombros arrogantes y echados para atrás, el timbre de su voz lleno de confianza.

— Ya estaba por irme – dije. No quería estar cerca de él ni un segundo.

— Quisiera hablar contigo un momento. —Su tono era firme.


—ahora no es el momento. – dije, todavía dándole la espalda. Era más fácil así. Siempre cedía cuando me miraba directamente a los ojos.

Sabía que mi determinación se agrietaría con cada paso que diera en mi dirección. Porque, de una forma muy estúpida, siento cosas por Anthony. Cosas que no debería sentir. Se detuvo frente a mí. Sentí que su calor bañaba mi cuerpo y cómo este lo aceptaba, se empapaba de él y lo disfrutaba a pesar de lo que me había dicho.

Seguí con la mirada baja. No quería verlo.

—Mírame —me ordenó. Él al verme que no le obedecí, me tomó de la barbilla para que yo lo mirara.
Nos miramos durante unos pocos segundos.

—Quisiera preguntarte algo, solo quiero cinco minutos para averiguar lo que necesitó.

— Dime

— ¿Te has enamorado tú de mí?

Abrí los ojos y por un momento estuvo tentada de decir: hace un mes pensé que así era, sin imaginarme que lo que sentía entonces no era nada en comparación con lo que siento ahora. Pero si le confesaba aquello, ¿adónde iría cuando supiese que el sentimiento no era un amor mutuo?

— Aún no tengo respuesta a esa pregunta. – dije en un murmullo.

—¿Sentir algo por un hombre que luego no resultó ser alguien con quien soñabas ser el amor de tu vida? – sugirió él.

—Si estoy segura de algo es de que los hombres como tú tienen más problemas con el amor que las mujeres. —dije secamente.

Pude ver como no ocultó su estremecimiento al ver cómo él enarcaba las cejas.

Lo miré a los ojos.
—He tomado la decisión que ambos podemos seguir con nuestra vida normal. — dijo.

Elevé las cejas, acaso estaba escuchando bien. — ¿Qué quieres decir con eso? Me crucé de brazos.

— Quiero decir tenemos que ser muy discretos con... en fin... con nuestras actividades extramatrimoniales.

—Ya veo que has tomado una decisión tu solo, sabiendo que eso es de dos. Y que la afectada aquí seré yo. Te imaginas los cotilleos que se escuchará a la vuelta de la esquina.

— Stella, tenemos que ser muy discreto.

—Bien.— caminé alrededor de él, después de todo no tenía por qué intimidarme de tal manera. – Espero que después de todo esto Daphne este feliz con esta noticia.

Él se quedó pasmado.

— ¿No sé de qué hablas? ¿Qué tiene que ver Daphne, aquí?

—Me refiero a qué seguirás acostándote con Daphne, ¿no?

Anthony dio un respingo. —Daphne y yo tenemos una relación diferente. No te confundas.

— Ante todos yo soy tu esposa, y debes de darme mi lugar.

La tensión se podía sentir en el ambiente. Anthony retrocedió unos cuantos pasos.

—No sabes de lo que estás diciendo.

—Se de lo que estoy hablando.

Se acercó a mí, intentando buscar mi mirada. —Si mantuvieras una relación estable con alguien, llegaríamos a un acuerdo. Puedo asegurarte que Daphne sabe guardar secreto. Pero no te preocupes, ella no sabe lo de nuestro acuerdo.

— En un principio te deja claro todo. Te apañarías como quisieras, pero no ibas acostarte con ninguna mujer. Sin embargo rompiste una regla.

— Las reglas se hicieron para romperlas, y no solo yo rompí esa regla, sino que también tu participaste en ello. – Me retó con la mirada totalmente.

Fruncí el ceño.

—Sabía que acostarme contigo sería un error. — escupí. En ese momento me había llenado de odio hacia él.

—No lo entiendes, ¿verdad? No es culpa tuya, eres encantadora y todo eso, pero yo no te puedo ofrecer más. Nuestro acuerdo es temporal, y ya nos quedan pocos.

—Has utilizado mi debilidad para conseguir lo que quieres. —Le lancé una mirada llena de rabia.

— Déjame pensar, ¿Crees que lo planeé todo?

—¿Estoy equivocada?

—No, no es así. Estás confundiendo la atracción física con otras emociones.

Elevé una ceja.

—¿Admites que te sientes atraído por mí?

—No puedo negarlo cuando en varias ocasiones has tenido la evidencia de ello en tus manos o en tu boca, por no mencionar en tu cuerpo, ¿no es así? 

—Me has utilizado para conseguir lo que querías. Te diste cuenta de lo vulnerable que soy y me atacaste sin pensar las consecuencias.

Se creó un tenso silencio.

—¿Me estás queriendo decir que estás enamorada de mí? — preguntó.

—No. — negué con la cabeza. —No soy tonta como para caer tan bajo. — dije, tratando de ignorar el color avellana que eran sus ojos.

—Pero sí que te sientes atraída por mí.

Anthony cerró los ojos y adoptó una expresión de felicidad con los labios fruncidos.

En ese instante se cruzó unas ideas en mi cabeza. Todo con afán de que me dejara de molestar. Me gustaría ver la reacción que tendría después de lo que le diré. Se perfectamente que mis condiciones no le serán de su agrado. Pero yo también dejaré mis puntos claros aquí.

— Volviendo al tema, de que ambos regresemos a nuestra vida normal. Me niego aceptarlo. No pienses que me convencerás tan fácil.

Soltó un gran suspiro. —¿Dame tu motivo?

—Si no hay sexo para mí, tampoco lo hay para ti. Me da igual si es con Daphne, con una nudista o con el supuesto amor de tu vida. Si yo me guardo, tú también. —me crucé de brazos con una sonrisa triunfal. – Tendrás que conformarte con este matrimonio tan pulcro y tan estipulado y apañártelas solo. —Hice una pausa—. ¿Lo has entendido?

Por la respiración y cambio de humor de Anthony supe que lo había entendido. Solo que no quería aceptar, el miedo de perder contra mí es lo que más coraje le da.

—No me pongas aprueba, Stella.

—Perfecto. ¿Aceptas las condiciones?

—No.

Lo estudié un buen rato con la mirada.

Él rodeó los ojos y continúo hablando,— Piensa por un momento. Hemos estado de acuerdo en casi todo. Estamos en un compromiso. Solo será un par de meses, después podrás tener una puta orgía, a mí me
Dará igual lo que hagas con tu vida.

Solté todo el aire que tenía en los pulmones. Es allí cuando las ideas salen de mi cabeza.

— Perfecto. Solo te diré una cosa. —Yo le dediqué una sonrisa y le acaricié su mejilla con el dorso de mi mano, él cerró los ojos disfrutando de mi tacto. —Si quieres jugar sucio, cariño, estoy dispuesta. No hay nada que me guste más que una maldita buena pelea. Pero debería advertirte que eres tú él que tiene más que perder. La seguridad financiera por la que tan duramente has trabajado estaría en riego delante de los ojos de todos.

— ¿Qué quieres decir con eso?


— Tu solo te darás cuenta y tendrás las respuestas.

Le guiñé un ojo y le lancé un beso en el aire.

—Stella...

—Buenas noches. – dije y salí de la habitación.

Si Anthony creía que podía manipular fácilmente, está muy equivocado. Después de todo de él e aprendido a sus juegos sucios.


Era medianoche y no podía dormir; daba vueltas y vueltas en la cama, así que me levanté y comencé a caminar por la recámara. Necesitaba desahogarme, sacar todo lo que tengo en mi mente. No era fácil vivir con un hombre que es cero romántico y humilde. Al contrario es de los odioso estar con un hombre arrogante que solo piensa en él y siempre en él sin saber el daño que puede hacerle a las personas que están a su alrededor.

Sentía la necesidad de hablar con alguien que pudiera escucharme como me sentía, era una mezcla de emociones en mi mente. Estaba en un nivel donde no podía comprender la situación en la que estoy viviendo. Me daba cuenta que yo tenía distinta fase de cambios de humor. Había momentos en qué quería estar sola, alejarme de Anthony que ha estado rompiendo mi estabilidad emocional, pues su actitud nefasta me ha llevado a odiarlo. No niego que llegue al grado de sentir algo por él, pero todo lo que ha hecho conmigo no es bueno. Siempre intenta tratarme como marioneta que puede manipularme a su antojo. Pero mi dignidad y mi orgullo me hacen competir contra él.
Ambos nos traemos una rivalidad a muerte. Hacemos cosas para molestar a la otra persona sin medir las consecuencias que pueda pasar.

Pov' Anthony

Entre a mi oficina y cerré la puerta detrás de mí de un golpe.
Me dejé caer en el sillón de cuero. Con la vista clavada en las gráficas de cuentas que tenía.

Solté un taco entre dientes. Pues las reuniones de los inversionistas y administración, me irritaban por las estrategias rígidas y sus propuestas de reducción de gasto.

La mayoría de los miembros estaban de acuerdo con eso, ya que muchos creían que la empresa iría a la quiebra si conseguía el contrato y creían que yo no era capaz de cumplir con mis ideas acordados. Los miembros del equipo tenían razón. Pero yo tenía la solución. La única solución es comprarle la acciones de Ximena y Demir.

No pensaba rendirme fácil.

Estaba encendiendo mi ordenador portátil, cuando de pronto empecé a escuchar al otro lado del cuarto, unos gritos, una mujer le respondía con mucho coraje, a lo que le contestaba.

— Te humillas sola al estar con un hombre casado. – Supe de inmediato que esa voz era de Stella.

Escuchaba los gritos de Daphne, que no la intimidaron, créanme hay muchas mujeres con fuerza y coraje y Stella es una de ellas.

Maldije entre dientes. Mis días no puede ir mal. Tenía que detener la discusión lo antes posible.

Cuando salí, ambas dejaron de gritar y se volvieron hacia mí. Daphne no pareció disculparse. Podía oler sus intenciones de venir a molestar un rato a Stella.

—¿Qué está pasando aquí? —dije, con tono sorpresivo, preocupado.

Los empleados y los clientes, paralizados, tenían fija la vista en nosotros. Inmediatamente con una sola mirada que le lancé, empezaron a trabajar en lo que sea que estaban haciendo.

— Daphne, me puedes explicar qué estás haciendo aquí. —le cuestioné.

Stella entornó los ojos y la miró con odio.

— No sabía si venía en son de paz o buscaba guerra. – musitó Daphne y al mismo tiempo retó con la mirada a Stella. – ahora me doy cuenta por qué Anthony busca amor por otro lado.— escupió

Stella se empezó a reír con descaro. – Es mejor que no sigas hablando y cierres esa boca. Por qué lo único que haces es tirar veneno.

—¡Basta ya! —Me interpuse entre las dos. Ambas se miraban directamente a los ojos, asesinándose mutuamente con la mirada.

— Anthony, es mejor que la lleves fuera de mi vista. Tú más que nadie sabe que no me haré responsable si pasa algo. – ordenó Stella.
Tomé a Daphne por el brazo y la llevé a mi oficina. Le pondré un punto final a esto.


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Hey 🙋🏽‍♀️

Espero que se encuentren bien todos. Gracias por la espera de este nuevo capítulo 😃


Forced marriage. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora