CAPITULO 15

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Observo a Tiago devorar la comida del plato, mientras yo aún tengo el estomago vacío. En mi mente se reproduce las palabras de Dafne, también sus acciones. Intento entenderla pero no puedo, por más que quiera, no puedo comprender el porque hizo todo aquello.

Desde contar algo privado, hasta llamarme puta.

—¿Cass? ¿Estas aquí o en la luna?—me concentro en los ojos de mi hermano y muevo la cabeza dispersando todo.

—No, solo estoy pensando. Ya sabes, los exámenes de la universidad—suspiro porqué también eso me tiene agobiada. En una semana tengo dos exámenes, y ni siquiera he mirado los apuntes que estudiar.

He estado tan distraída, que lo único que hago bien es anotar los pedidos de los clientes en la cafetería, mentira, ni eso hago bien. Ya tuve varios reclamos por parte de los clientes al llevarle el café frio, o los pedidos equivocados. Últimamente mi cabeza esta en todos lados menos en la realidad.

—Ajá, ¿Qué pasó?

Suspiro, —Son cosas que no entenderías. Ni siquiera yo las entiendo.

Eso hace que la frente de mi hermano se arrugue— Esta bien. Solamente si necesitas desahogarte, ya sabes donde queda mi habitación —le sonrío y asiento.

†††

Desde que entré a clases no puedo dejar de mirar la regla de treinta centímetros que se encuentra sobre mi cuaderno. Aunque intento solo veo hasta un cierto número pues aún no me cabe la idea, de que algo tan…grande, quepa dentro de mi.

Me cuesta asimilar, que….

—Señorita Cassandra—me llama el profesor—¿Se encuentra bien? Desde que entramos esta mirando su regla.

Todas las miradas se posan en mi, y siento mis mejillas arder—Si, si, estoy bien.

Trato de sonreír, pero creo que formulo solamente una mueca. El profesor esta a punto de decir algo, pero suena la campana indicando que ya es hora de salida. Junto mis cosas, y guardo todo dentro de mi bolso. Voy primero al baño de la universidad donde me lavo las manos, y el rostro. Últimamente el dolor de cabeza ha sido mi compañero.

Camino por lo pasillos, yendo hacia la puerta de salida cuando alguien me agarra del brazo. Me doy vuelta encontrado a Dafne.

—¿Qué pasa? —pregunto soltándome disimuladamente de su agarre.

—¿Podemos hablar?

—Si es por lo del otro día. No importa, déjalo estar— recuerdo las palabras que me dijo Leonardo un día— Las palabras no duelen, las acciones si. Y tienes razón, soy una puta, o lo era, pero no me va a doler que me lo digas, ¿Bien? No importa ya—miento—  Solo…quiero a mi mejor amiga.

Ella esquiva mi mirada—Lo siento, de verdad. No sé que me esta pasando, ni siquiera yo me reconozco. Creo que necesito una de esas noches de chicas.

—Claro, esto se convirtió en un ciclo repetitivo, ¿no? Tu me lastimas y yo como buena amiga te perdono.

—Cass..

—No, déjalo estar. Porque al final de cuentas, justo ahora estas sacando la otra Dafne, ¿o me equivoco?

—Cass, de verdad lo siento mucho…no quería decir aquello.

Piacere (+18) © [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora