CAPITULO 52

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Leonardo Marchetti

Firmo el último papel que me queda encima de mi escritorio, y los dejo junto a los demás. Agarro mi laptop, y escribo un correo, para ponerme de acuerdo con algunos inversionistas de Seattle.

El teléfono a mi lado comienza a sonar, acepto la llamada—¿Qué?

—Señor Marchetti, la señorita Miley Sil pregunta si puede hablar con usted. Dice que lo ha llamado a su celular personal, pe…

—No, no quiero llamadas por el resto de la tarde— dicto antes de colgar. Vuelven a insistir, y Atiendo nuevamente —Bien, pásame la llamada.

Espero unos minutos, y la voz de Miley suena; —Hola amor— dice con su típica voz chillona pero dulce.

—Hola—

—¿Qué haces? ¿Cómo van las cosas en Italia?

—Bien, esta noche tenemos la inauguración de un restaurante. Así que, ¿Qué necesitas? Debo ir a prepararme.

—Bueno, simplemente quería saber cuando volvías, y si puedo quedarme en un pent-house.

—No— digo al instante, aún hay algunas cosas que resolver en ese lugar— vete a la casa, donde se encuentra tu tía Julia, y de paso dile que deje de joderme.

—¡Leo! —me regaña— No seas así con mi tía, sabes que quiere lo mejor para nosotros.

—Para ti, querrás decir. La dejaste ahí, para que me vigile, y en vez de hacerlo, solo me jode, y aumenta las ganas de echarla. Así que ponle un alto.

Bufa—;Bien, ahora hablare con ella, ¿Contento?

—Mucho— miento— ¿Solamente eso era?

—No… Hay que hablar.

—lo se, ya lo se, Miley— mi paciencia es como el azúcar, desaparece tan fácil cuando las personas me molestan— Pero ahora no puedo….—

—¿La llevaste, no? —suspiro.

—Si.

—¿Por qué la llevaste?

—Se perfectamente, Miley, que si Cassandra se quedaba en Argentina, mucho tiempo sin mi a su lado, te irías a amenazarla, ¿Me equivoco?

Ríe— Me conoces tan bien. No la iba amenazar, solo le iba a abrir los ojos, y hacerle entender que es un caso perdido estar contigo…

—Miley— digo al borde de la paciencia— ya deja de joderme, se cuales son las consecuencias de nuestro maldito trato. Tu cierras la boca, y yo te hago todos los caprichos. Pero no voy a permitir, que tu termines con esto.

—¿Con que? ¿Con tu patética relación con esa puta?

—Miley…

Oh vamos, ambos sabemos que habrá chupado vergas hasta cansarse, incluso me sorprende que estés con ella, sabiendo que quizás media ciudad ya estuvo con ella.

—No sabes de lo que hablas…

Claro, te chupa la polla y ya te tiene a sus pies. Es corto lo que tienes que decir, “Cassandra, vete de mi vida “ fin, te alejas, ella se va de la empresa….

—No se va a ir, eso no era parte del trato.

El trato cambio cuando decidiste meter a esa puta en tu vida. Así que no me jodas, Leonardo. Yo no voy a permitir que una pobretona de mierda venga, y me quite las cosas que tanto me costo alcanzar…

Piacere (+18) © [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora