El auto iba en silencio por la calle. No se escuchaba ningún ruido, lo cual incomodaba a la pareja; con la compra de la casa todo iba a cambiar y ellos lo sabían.
-No soporto el silencio- dijo Camila encendiendo la radio.
-Cariño, ¿te encuentras bien? Has estado muy distraída... Si sientes que no debimos comprarla no hay problema, cancelamos el pago y ya está.
-No, no, me encanta la casa... Es que... Tú estás haciendo todo el trabajo y yo me siento inútil, desde que me despidieron siento que soy un estorbo.
James detuvo el auto en la orilla de la vía y colocó las luces intermitentes para evitar cualquier accidente. Se dirigió a su esposa, ella estaba llorando. Tomó cuidadosamente su mano, ella no se atrevía a mirarlo, apagó la radio, acercó su rostro al de ella, sus bocas estaban a escasos centímetros unos de otros.
-Nunca serás para mí una carga.
Sus labios se juntaron con los de ella creando una excelente atmósfera. Una sensación de calidez recorrió el cuerpo de ella. Su beso se prolongó más de lo normal. Él la amaba de verdad y ella igual. Un te amo fue su respuesta.
James se alejó lentamente de ella, quito las luces intermitentes y siguió la vía.
Camila antes trabajaba como abogada de una firma muy prestigiosa e importante, un trabajo con el cual se ganan muchos enemigos. Ella trabajaba en un caso muy importante en el cual se estudiaba asesinato, su cliente había sido acusado de participar en un homicidio de segundo grado, del cual si era culpable. Le había llegado una carta a su despacho en la cual se comentaba que otra participante en el asesinato había obligado a su cliente a realizar tal atrocidad, incluidas un par de fotos, para evitar la muerte de sus familiares. Camila entrego a sus superiores la evidencia que había llegado; pero días después se notó sorprendida al descubrir que la evidencia fue hecha por su cliente, sus jefes al saber que la evidencia era falsa la despidieron para ahorrarse los problemas con la prensa con el cargo de falsificar evidencia para el caso, por suerte no se levantaron cargos en su contra pero perdió su trabajo y su credibilidad lo cual le causaba problemas en las búsquedas de empleos que la deprimía más.
Se sentía muy tonta al saber que había caído en un truco tan bajo. Como fue de esperarse su ex-cliente fue condenado a prisión por participación en el homicidio y falsificación de evidencia.
Había empezado a llover y en el vidrio pequeñas gotas hacían competencia para ver cuál era la primera en llegar. El aire acondicionado empezaba a enfriar más de lo normal por la lluvia. James encendió el parabrisas.
- ¿Crees que a Thomas le guste el lugar?
- Si cariño, tiene su propio cuarto, ¿a qué niño no le gusta eso?
- Sabes que Thomas es muy diferente...
- Si, por eso el cambio es lo ideal.
A James no le gustaba mucho hablar de Danny, no lo aceptaba, le parecían puras tonterías creadas por la mente. Y más con el último accidente que tuvieron con el tal "Danny"
- CUIDADO- grito Camila con ojos como platos del asombro.
De la nada había salido un hombre no muy alto, Tal vez consumido por el alcohol. James lo evitó pero por poco.
- Borrachos, son un desperdicio de población, no tengo ningún problema en que tomen, pero que al menos se controlen y no terminen en medio de las calles- dijo el marido.
- ¿De verdad no lo vistes? Estaba en medio de la vía.
- No.
- Bueno, ¿estás bien? Estas algo agitado.
- Como no estarlo, yo estoy bien ¿y tú? Menos mal que no habían otros carros transitando por la calle o si no...
No hubo más palabras después de eso, hasta que llegaron a una casa muy bonita no era muy grande pero sí que era bonita.
- Recuerda que a mi madre no le gusta que te estaciones de este lado - dijo Camila en un tono algo bajo.
- Ok, me voy a acomodar.
- Traeré a Thomas no nos quedemos mucho rato quiero descansar.
Camila bajo del auto rápidamente para no mojarse con la lluvia y se acercó hasta la puerta, un olor particular la inundo, tocó el timbre dos veces. El olor seguía allí.