XIII

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El tic tac de un reloj de pared era lo único que se escuchaba en la habitación. La cama era dura. Escucho unas voces en el fondo de la habitación. Trató de abrir un poco sus párpados, pero éste se encontraba verdaderamente exhausto, se sentía cansado sin fuerzas para nada. Sólo alcanzaba a mover un poco los dedos. Pudo persivir una luz. Intento volver a abrir sus ojos, pudo hacerlo pero por unos pocos segundos, sólo pudo visualizar unas sombras.

- Doctor, ya no sabemos que hacer. Se desmaya cada cierto tiempo y eso me preocupa

Sabía quien era, esa voz dulce la recordaría donde fuese, era su madre.

Volvió a intentar abrir los ojos, esta vez los mantuvo abiertos por más tiempo. Pudo visualizar a sus padres, hablando con un hombre algo mayor vestido con una bata blanca. Es un doctor pensó. Al lado de el, pudo visualizar a una mujer algo joven de piel morena y con el cabello negro recogido con un moño, que agregaba un líquido a una bolsa de plástico boca abajo que guindaba de una vara de metal. De la bolsa salía un tubo delgado que hacia correr el líquido que la bolsa contenía, el delgado tubo finalizaba en su muñeca, sus ojos se sobresaltaron al ver que una aguja había sido introducida en el y asegurada con una especie de cinta o tirro blanco.

- Ha despertado - dijo la enfermera.

El grupo de personas compuestos por los padres de Thomas y el doctor se acercaron hasta el. La enfermera se retiró de la habitación.

Thomas abrió más los ojos, las fuerzas le llegaban poco a poco. Pudo visualizar un reloj de pared. Las paredes eran algo deprimentes, estaban pintadas de un color estándar de tonalidad clara.

- Gracias a Dios - dijo su madre. Se acercó hasta el y lo beso en la frente.

- Hola Thomas, me llamó Rivera, Javier Rivera soy el doctor que te está atendiendo.

Su voz era algo ronca pero tenía un aire de seguridad que consolaba a cualquiera.

Thomas no artículo ninguna palabra, sólo Sr quedó allí observando, le hecho una mirada a su muñeca y luego volvió hacia el doctor.

- Oh tranquilo chico, apenas el líquido de esta bolsa se termine te quitare esa cosa, ¿ esta bien?

Asintió con la cabeza.

- Bueno- continuó- Thomas, ¿ Te molesta si hablo un momento con tus padres afuera?

Este negó.

- Perfecto.

Todos salieron, el doctor Javier cerró la puerta y el cuarto se quedó en silencio. Un suspiro hubo por parte del muchacho. Miro el techo, seguido por contar el número de veces que sonaba el tic tac del reloj de pared, cuando llegaba hasta el diez volvía a empezar y así sucesivamente, pero, el círculo de tareas fue cerrado cuando la puerta de la habitación empezó a abrirse. Thomas centro sus ojos en la puerta sin despegarlos. Era una mujer, la enfermera que hace raro se encontraba a su lado. Pasó lentamente en el cuarto y se detuvo a escasos centimetros de Thomas.

- Sabes... No deberías temerles...

El rostro de Thomas se hallaba en confusión ¿ de que estaba hablando la chica? Hasta que entendió, ella se refería a sus amigos imaginarios como los llamaba su padre.

- Yo antes le tenía miedo, pero ya no más- decía la enfermera en un tono juguetón.

- Yo no les temo...

- En serio, entonces ¿por que te desmayastes?

El chico no respondió.

- Como se llama?

- ¿ Quien?

- Tú amigo

- Se llamaba Danny.

- ¿ se "llamaba"?

- Si... - Thomas guardo silencio por un instante, por que le estab confiando esto a in adulto, seguro estab jugando con el sólo para divertirse.

- Se que crees que soy una completa desconocida, pero te puedo asegurar que soy una buena persona, es más.

La enfermera se acercó hasta Thomas y le estrecho la mano.

- Mucho gusto Thomas Prado mi nombre es Jean Louis.

- Mucho gusto

La enfermera volvió en sus paso y se situó donde se encontraba anteriormente, centímetros más centímetros menos, que importaba.

- Y bien, no me vas a contar que pasó

Siguió reinando el silencio en Thomas.

- Ah ya se, sigues desconfiando de mí. Te entiendo a mi también me cuesta mucho confiar en los demás, sobre todo para personas como tú y yo- ella guiño un ojo.

- ¿ Como se llama?

Ahora ella guardaba silencio, pero no por mucho.

- Su nombre es Chika.

- Y por que no esta contigo?

- Porque no la he llamado, sólo viene cuando la llamó o cuando estoy sola.

- ¿ Que somos?

- Vaya, para ser un chiquillo haces preguntas de adultos

La cara de Thomas empezó a sonrojarse, de alguna manera ella se estaba ganando su confianza.

- No lo sé... Debo admitirlo, hay pocos como nosotros. Este don no se le da a todo el mundo.

La habitación quedó en silencio salvo por el sonido del reloj que ya empezaba a molestar a todos.

- Thomas... Tengo una pregunta que hacerte y quiero que me contestes por favor.

- Ok

- " llamaba "

Thomas estuvo apunto de responder la pregunta cuando el doctor junto con sus padres entraron en el cuarto, el doctor se acercó hasta la bolsa que ya casi estaba vacía, giro unas cosas y la bolsa ya.no seguía botando el líquido había parado, se acercó hasta la muñeca de Thomas y cuidadosamente retiró el tirro y la aguja de allí sin la menor molestia. La enfermera se había retirado ya no se encontraba entre ellos, lo cual le pareció extraño a Thomas ya que no la había escuchado salir.

- Muy bien señorito, ya pe di las instrucciones a sus padres con respecto a la alimentación y el consumo de vitaminas y usted debe poner de su parte, no queremos que este incidente vuelva a ocurrir, ok.

Thomas se levantó de la cama lentamente.

- me puedo lenvantar?

- Oh si claro, adelante, ya está usted dado de alta.

- Gracias.

La familia se encaminó a la salida del hospital en el que se encontraban, pero Thomas miró hacia tras buscando con la mirada a la enfermera con la que había platicado hace raro. No la encontró.

- « Jean Louis»

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