El suelo estaba frío. Sus ojos se abrían lentamente y su mano palpaba el lugar. Un estruendo la sacudió e hizo que sus acciones fueran más rápidas, su respiración se aceleró, sus ojos se abrieron de golpe y su mano se movía con desespero. Su cuerpo estaba tendido en el piso blanco y este no le reaccionaba únicamente podía mover su mano y su rostro. Sus piernas no respondían y espalda tampoco, le era imposible levantarse.
El silencio era ensordecedor y su garganta no le permitía hacer ningún sonido. Una delgada lágrima de impotencia se deslizó por su rostro. Su boca se movía pero de ella no salía nada. Se escuchó el hueco sonido de unos pasos. Se acercaban. Uno, dos, tres. Estaba más cerca. Cuatro, cinco, seis. Se detuvo. Era una mujer. De cabello negro como la noche que le caía hasta después de la cadera. Vestida con negrita y una sonrisa de oreja a oreja.
- Camila... -dijo con una voz dulce poco amenazadora la mujer.
Esta abrió más los ojos y trato de emitir una palabra. Siete, otro paso más cerca. La criatura se arrodilló para quedar a su altura y miro minuciosamente cada centímetro del cuerpo desnudo de Camila.
-Pensé que tu cuerpo sería más fuerte...
Posó una mano izquierda en la frente de ella y al retirarla una oleada de dolor inundó a Camila, haciéndola gemir y retorcerse. Eran como especies de descargas que hacían que su cuerpo se estremeciera y volviera a su posición inmóvil. Una y otra vez la criatura se deleitó con el daño que provocaba en ella. Su sonrisa que hacía más pronuncia con cada gemido, cada estremecida y cada brinco que daba el inmóvil cuerpo de ella. Lágrima a lágrima iban cayendo y ella no podía hacer nada.
- Lo siento, donde quedan mis modales... -dijo la mujer propinando otra oleada a Camila. -Me he aprovechado de ti y no te he dado la oportunidad de defenderte...
Con su mano derecha ordenó que se levantara. Y Camila al sentir de vuelta el control de su cuerpo se levantó de golpe y retrocedió un par de pasos, sus ojos expresaban miedo y su labio inferior empezó a temblar, una gota de sudor recorrió su frente y de un momento a otro empezó a correr.
-Camiiiilaaaa... -Empezó a llamar la criatura.
Sus ojos estaban fuera de si, podía oír una y otra vez como esa mujer la llama pero su cuerpo lo único que hacia esa huir; huir de ella, huir del dolor, huir del miedo.
Cada vez sus pasos eran más largos hasta que una figura a lo lejos hizo que parará de golpe. Era la mujer. La misma mujer que la había torturado y deleitó con su sufrir.
- Habla... -susurro ella.
- ¡ALEJESE DE MI!- grito ella.
Una risa salió de ella y con pasos lentos se fue acercando a ella. Camila trato de moverse pero de nuevo su cuerpo no estaba bajo su control. Las lágrimas caían más rápido, la desesperación la había sujetado y retenido.
- Aléjese de mi... -volvió a decir.
Al estar lo suficientemente cerca, posó su mano izquierda en el vientre de Camila. Y con una sonrisa la fue moviendo lentamente.
- Sera un hermoso bebé. - rio. - Pero no quiero este. Quiero al primogénito. Al primero.
- Thomas... -susurro.
Al momento de retirar su mano una azotada golpeó el cuerpo de Camila, haciendo gritar de dolor. Su cuerpo cayó al piso y una mano fue directa a su vientre. Las punzadas seguían y sus lágrimas bajaban más rápido.
- ¡Aléjese de mí! - dijo entre jadeadas.
Un movimiento de la mano de la mujer la abofeteo e hizo que esta cayera con más pesar. Camila buscó la mejilla abofeteada y con movimientos rápidos dio unos arrastres para quejar más lejos de ella.
- "Aléjese de mi" -dijo la criatura imitándola. - Yo siempre he estado.
Una negrura inundó la antes habitación blanca. El suelo se hizo nada y Camila descendió. Su cuerpo maltrecho choco en un golpe seco contra el suelo. Su labio empezó a sangrar y sus moretones se hacían notar. La criatura pareció detrás de ella y la tomo se su larga cabellera.
- Siempre. - dijo entre dientes y propinándole un jalón de cabello y lanzándola lejos.
Un gemido de dolor salió de su garganta, ahora la sangre también salía de su frente. Tocó con desesperación y al ver aquel líquido viscoso de color rojo se ensombreció. Esa mujer la quería muerta y sabía que primero iba a sufrir.
- ¿Quién eres? - dijo levemente, Camila.
Una risa burlona salió de la criatura y se acercó hasta ella, la tomo de la garganta y apretó un poco.
- Mi nombre es Sombra, antigua centinela de Sara Ruiz.Me sorprende que no me recuerdes.... Bueno, Sara nunca dejó que me acercará ati.
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Hola volviii! Lean la nota!
Quería disculparme por la tardanza y agradecerles por todos los comentarios, votos y visitas que tiene la historia :3 enserio gracias! Jajajaja.
Otra cosa. Les prometo actualizar más temprano. Sii...
Pd.: Estamos más cerca del final! Estén pendientes! Y no se olviden de votar us comentar. Plis. <3