ÁRBOL BLANCO

la clave de todo

Diría que tardé mucho tiempo en pensar cómo reaccionar por causa del shock, y en lo que me tardé
En hacerlo, ese chico ya se había esfumado, yéndose a paso lento y pacífico por detrás de la cabaña.

—!Se escapa! —Gritó Denzel—. ¡Nos pudo haber estado siguiendo todo este tiempo!

—¿Debemos seguirlo? —Preguntó Lían un tanto dudoso si hacerlo o no.

—Quizá sea una trampa si lo seguimos—Alerté dudoso también—. Quizá él quiere que hagamos eso, lo mejor será dejarlo ir por el momento, ya se me ocurrirá que hacer después, sería insensato seguirlo ahora, tenemos cosas más importantes que hacer, además estamos en malas condiciones.

—Tienes razón —Confirmó Lían—. Primero lo más importante.

—¡¿En serio lo dejarán ir así sin más?! —Se sorprendió Denzel sujetando su cabeza—. Nos quedó mirando con cara de pocos amigos, es obviamente sospechoso.

—¿Cara de pocos amigos? —Susurró Lían—. Tiene cara de que mató a sus amigos; es peligroso seguirlo ahora estando así de muertos.

—Tú no quieres porque tienes miedo, además...

—¡Chicos, contrólense! —Ordené un tanto estresado—. Sigamos  el plan.

Extrañados por lo recién ocurrido, reanudamos nuestra caminata como unas tres cuadras en alerta, esta vez mirando hacia todos lados como unos locos paranoicos, pero por suerte, nada fuera de lo común logró captar nuestra atención.

Luego de ir por la última cuadra de esa calle tan espantosa, Denzel nos indicó que sería mejor doblar por la esquina de la pizzería.
Ya imaginarán mi cara de alivio cuando noté que se terminó ese recorrido tan incómodo para mí. Literalmente, esa calle me hacía erizar los pelos al ser tan silenciosa e inquietante.

—¿Quién creen que pudo ser ese chico de recién? —Preguntó Lían, aún intrigado por la situación que acabábamos de presenciar.

—Debió haber sido tanto un chico de ese lugar, como un chico que nos estaba siguiendo —Respondió Denzel—. Pero de algo estoy seguro: es peligrosamente sospechoso de todas formas, ya por el hecho de que nos haya estado observando, y también por la vestimenta que llevaba.

—Tienes razón —Confirmé —¿Pudieron notar lo que dijo en voz baja?

—No ¿Qué dijo? —Curioseó Lían —¿Puedes leer labios ahora? Igual no me sorprendería.

—Sí, puedo —Respondí—. Y lo que dijo fue "así que tú eres Demi", por lo que obviamente me conoce.

—Lo que faltaba —Chilló Denzel asintiendo con la cabeza—. Otro enfermo que nos está vigilan...

En ese preciso momento, sin que Denzel haya terminado de decir esa oración; el asombro invadió su rostro, como si algo impactante hubiera Sido revelado en su mente, logrando de este modo, que el miedo se manifieste en él.

—¿Qué pasa, enano? —Indagó Lían—. ¿Por qué te detuviste?

—...Demi —Me llamó por mi nombre, sin cambiar su expresión anonadada—. ¿Qué tal si ese era búho negro?

Un frío terror nos recorrió por las venas cuando Denzel dijo aquellas palabras que nos dejaron helado. Los tres detuvimos el paso de golpe, nuestras caras ahora pasarían a ser iguales a la expresión de él.

—¿Tú crees que la cagamos? —Preguntó Lían con cara de niño que acababa de romper algo—. Es decir, lo acabamos de dejar ir, teníamos el arma y todo para poder...

—Tranquilo —interrumpí para aclarar un par de cosas—. Primero, no matamos por matar; no debemos actuar impulsivamente sin tener las pruebas suficientes.