CAP 15: un nuevo amanecer

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Si en éste mundo habitara solamente la bondad,
nunca aprenderíamos nada,
Y nada podríamos valorar,
Porque nada seríamos
si nada perdemos

Meyaler miller~
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Mi corazón se encontraba latiendo a un ritmo descontrolado, diría que fue por el efecto de los hongos, pero creo que mas bien fue por el hecho de que nunca en mi vida me imaginé que me encontraría en una situación tan crítica como esa.
"Debimos quedarnos en casa" pensé, "no nos hubiéramos metido en esto" pensé erróneamente.
Sabía muy bien que debía calmarme, pero ante una posible muerte, era casi imposible.
Aún así, traté de guardar sigilosamente la pistola en mi bolsillo y sin que ella me viera.
Traté de controlarme un poco así concentrarme y observar detalladamente a la señora que apoyaba su arma contra la nuca de Lían.
Era muy joven, por lo que aparentaba unos 25 años de edad aproximadamente, en sus ojos color celestes podía ver sed de sangre, éstos tenían unas terribles ojeras, su cabello era muy largo y rubio, media aproximadamente 1,65.
Pero lo que me llamaba la atención, era que vestía toda de negro, una camiseta color negra en donde tenía cruzado un cinturón en forma diagonal con varias navajas, largas y cortas, un pantalón cargo color negro, en dónde tenía la funda de su pistola, y finalmente unos largos y aparentemente duros borcegos color negro.

-¿Dónde está su otro compañero?-Nos interrogó sin despegar su arma de la cabeza de Lían.

-Él no vino con nosotros -Respondió Lían temblando con su rostro todo pálido.

-¡No se pasen de listos conmigo! -Gritó para finalmente lanzarle una fuerte patada dolorosa en la espalda a Lían.

Él soltó un casi afónico grito de dolor mientras caía al suelo todo retorcido, no quería ni imaginar el dolor que debió sentir cuando recibió esa patada con esos duros borcegos.

-¡Dejalo, bruja! -Gritó Denzel-. Ya te dijimos que no vino con nosotros.

-creo que no me están entendiendo -Replicó-. Se les dijo claramente que nada de trampas, ahora responde a mi pregunta, o tu hermano verá cómo te asesino delante de él.

-Aquí La tramposa eres tú, pedazo de porquería -Contestó Lían con dificultad para hablar por tanto dolor, de hecho hasta intentó levantarse del suelo, pero fué inútil-. Si vas a cambiar las reglas del juego, nosotros también podemos ser sucios.

Entendí perfectamente la señal, pero debí esperar el momento indicado.

-¡A dormir Lían! Ya me hartarste -Dijo a punto de darle el disparo que acabaría con su vida.

"Puntería, no me falles" pensé mientras desenfundé mi arma lo más rápido que pude, para apuntar a su mano que sostenía el arma, la cual era la izquierda, por lo que deducí que era zurda.

Antes de dar el tiro de gracia, mi mente repitió lo mismo varias veces en milésimas de segundos: "no pienses en nada, solo salva a tu amigo" ya que sabía que sí me detenía un segundo para pensarlo sería ya demasiado tarde, ya que, nunca en mi vida le he disparado a alguien, pero no era momento para amdar pensando en eso.

Con millones y millones de cosas pasandome por la cabeza en ese momento, decidí ignorar todo y finalmente apreté el gatillo, provocando un estruendoso ruido a mitad del bosque...

Sentí que mi alma se desvaneció, haciendome sentir ligero y vacío en un repentino segundo, marcando un amtes y un despues luego de hacer eso.

En mi opinión se sintió demasiado horrible haberle disparado a una mujer, por más que haya tenido que hacerlo para desarmarla si o sí, sino mi amigo no hubiese vivido para contarlo.
Me hizo sentir demaciado mal, y aún más ver cómo caían cataratas de sangre de la palma de su mano mientras soltaba un grito de agonía. Había cumplido mi objetivo, el cual era que suelte el arma, pero aún así no me alivió para nada haberlo conseguido.

ÁRBOL BLANCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora