noveno espacio en blanco

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Miércoles 20 de septiembre
2017

De a poco, a un paso flemático y torturador, por más difícil que sea, le estoy tratando de dar conciencia a mi azorado ser atreves de este maldito diario, que aun no entiende para nada todo lo que está sucediendo.
Le estoy haciendo saber a mi ser, y entender qué fue lo que ha pasado, para que mi corazón me deje en paz; para que me deje de preguntar donde esta Lizet, donde se fue, y por qué no ha regresado nunca más.

Aún no entiendo porqué este infierno se originó en el cielo que le prometí dar ¿en qué estuve mal?

No importa cuantas veces me pregunte eso, siempre veo su última mirada cuando lo hago; empapada en un charco de lo que era su propia sangre, con su mirada fijada en mí, sus ojos ahora melancólicos me preguntaban "¿qué hiciste?" con lagrimas pesadas de dolor, miedo y tristeza cayendo desde estos, mientras se iba debilitando a medida que sus manos ensangrentadas dejaban de temblar por los fuertes y violentos disparos perforaban su abdomen cruelmente y sin piedad alguna, lleno de odio y carente de alma, dejándola sin una gota de sangre delante de mí, mientras que estos seres sin alma me sujetaban para que lo viera todo mientras me apuntaban con dos armas a la cabeza.

"¿Cómo fue que llegaste a este punto?" me estarás preguntando, y créeme que yo también me hago la misma pregunta una y otra vez durante todas las noches. Repaso con dolor en el alma todos los hechos, recordando angustiosamente todo, y aún no logro saber porqué me lo merecía.

Pero una noche, entre tantos pensamientos, pensé en decirle la verdad sobre la sanidad a todo el mundo ¿pero que se supone que el mundo haría una vez sabiendo todo esto? ¿realmente merecían mi ayuda? ya sabiendo que una vez habiendo revelado la verdad me asesinarían, llegué a la conclusión de que no me merecían para nada, ni a mi, ni mi ayuda, ni nada de nada.

Sin embargo, al mismo tiempo, quería revelar la existencia de estos seres infernales que se hacen llamar humanos..., pero si no era yo quien lo revelaría ¿Quién lo haría sino?

Pude sentir como la misántropa se estaba asentando en mí, ya sabiendo lo que me esperaba si seguía en este agujero.

"Ya conozco la verdad, ya tengo la cura y todo" decía yo..., ¿pero ahora qué?

¿Ahora qué se suponía que debía hacer con todo lo que tenía?

Y es aquí donde se me ha venido una revelación ante mí.
Debo volver a los viejos hábitos, de esos que al final te das cuenta que nunca mueren.

Obviamente no voy a andar diciendo aquí en este diario absolutamente todos los crímenes que he cometido siendo un hacker.

Tampoco soy tan loco ¿sabes? seré idiota si lo hago, y estando en vida o libre, la policía lo encuentra antes de lo que lo tenga previsto.

Sé que esto es una locura, pero sin duda, a su vez es mi última esperanza.





ÁRBOL BLANCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora