CAP 8: visita inesperada

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Luego de un largo día de billar y bolos, Llegamos a casa exhaustos y con el estómago lleno de tantas pizzas que comimos; eran eso de las 8:15 pm.

Para ser franco, me sentí terrible todo el tiempo sabiendo que tenía que aparentar que estaba todo bien así no preocupar a mi padre mientras que Marisa podía estar siendo descuartizada o quien sabe qué.
Cada minuto era un tormento y un minuto que podría haber utilizado para salvarla.
Si bien aún no estaba al 100% seguro de que aquello era un secuestro, me bastaba con solo analizar la situación para que todo haya tenido la pinta como tal.

—¿No olvidaste nada en el auto, hijo? —Preguntó mi padre, mientras tiraba sus llaves sobre la mesa.

—No, no me olvidé nada, descuida; subiré a mi cuarto, así que cualquier cosa me llamas —Contesté yo, mientras subía por las escaleras, demasiado apurado por terminar lo que debí haber empezado a la mañana de ese mismo día.

Me tenía intranquilo el caso de Marisa; ya demasiadas horas pasaron desde que se la llevaron, y no podía esperar ni un solo minuto más, o sería demasiado tarde.

Una vez en mi cuarto, destapé la cinta que cubría el micrófono de mi celular y comencé por llamar a Denzel a su teléfono móvil; quería asegurarme de que haya averiguado lo que le pedí.
Tuve que calmarme para marcar su número, puesto que  los nervios y la prisa ocasionaban que presionara cualquier número por causa de mi mano temblorosa.

—¿Qué pasa carnal? —respondió con su voz de puberto casi al instante; así que ni siquiera fue necesario comprobar que era él.

—Denzel ¿Pudiste averiguar cuántos psicólogos puede haber aproximadamente en esta región?

—mira Demi, para empezar, ¡terrible petición que me has pedido como para que la tenga al dia siguiente!
Pero si; obviamente pude —Me respondió con una voz gruesa y burlona —. Por suerte fue demasiado fácil. Realmente no fue la gran cosa; solo busqué en Google maps "psicólogo" y me aparecieron todos los consultorios o como mierda se llamen esos lugares dónde te hacen las sesiones.

—Okay ¿Pudiste memorizarte los horarios?

—Obvio, fue muy fácil, todos tenían el mismo horario, desde las 8 am hasta las... —Al parecer se quedó pensando y pude notar como quedó pasmado por algo.

—¿Qué ocurre, Denzel? ¡Responde!

—¡Demi! Ahora entiendo —Respondió sorprendido —Los horarios son de 8 am hasta las 9 pm, eso significa qué hay muchas posibilidades de que no es un psicólogo.

—¡¿Qué?! ¿Pero y eso que tiene que ver? ¿Por qué lo dices?

—Verás, ayer nos reunimos en tu casa a las 7:30 ¿No? —Comenzó a explicar, seguro de lo que decía, yo traté de captar cada mínimo detalle —. Y creo que 10 minutos después, este tal búho negro realizó esa llamada o video llamada en vivo, o sea lo que sea que hizo... –

—¿A qué te refieres con "vídeo llamada en vivo"? —Pregunté confundido.

—Él sabía exactamente quién estaba contigo, osea Lían y yo; parecía que todo era en tiempo real y no se trataba de un video, sino de una video llamada.

—Pero pudo haber estado hecho previamente, anticipando que estaríamos los tres, y se lo pudo haber enviado a Anaís una vez terminado, para que pensemos que él podía monitorearnos en tiempo real o algo así, mientras él esté haciendo tranquilamente su consulta psicológica con un cliente... –Formulé, pero me detuve un momento a escuchar lo que estaba diciendo y juraría que sonaba súper rebuscado–. Ok no, tu teoría es más convincente.

—Al fin escuchaste qué tan ridículo sonó lo que dijiste —comentó a carcajadas, fue la primera vez que Denzel tubo la razón en algo—. Mira, si es como digo, no debe ser un psicólogo, ya que, recién a las 9 pm se desocupan, y recién ahí podría hacer una llamada, y búho negro se comunicó con Anaís un poco después de las 7:30 pm.

ÁRBOL BLANCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora