Capítulo 29 | Olive

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Estoy sentada en el borde de mi cama, mordiéndome la uña del dedo pulgar de mi mano derecha. Me siento confundida, pensativa. No, más bien me siento nerviosa.

¿En serio va a quedarse aquí, conmigo y en la misma cama?

La verdad que todavía me estoy preguntando si se trata de alguna broma, pero me respondo que Elliot Reynolds no tiene ni un pelo de bromista. Para nada. Mucho menos creo que bromearía con algo así.

Me sentí tan abrumada sin saber cómo reaccionar cuando preguntó si quería que se quedara. Creí que yo había escuchado mal, pero cuando lo reafirmó, juro que me quedé sin palabras. No creo que esté ebrio y por eso lo haya dicho. Para mí que luce bastante normal y el hecho de pensar que va a quedarse porque él quiere, me provoca sentimientos encontrados. Me confunde.

Cuando lo vi molestarse ante mi reacción de total incredulidad, estoy seguro que se arrepintió de lo que dijo y antes que fuera a retractarse, las palabras salieron de mi boca, involuntariamente, pidiéndole que se quedara. Es más, ahora que lo pienso, creo que debí controlarme más.

He tenido unos ánimos bastante bajos desde ayer, y todo esto solo viene a empeorarme más las cosas.

Este día me la he pasado bastante tranquila, en comparación de ayer. Cuando regresamos con Mandy del cementerio, solo vine acostarme, pero no pude dormir. Pasé llorando casi toda la noche y pude dormir apenas un par de horas, quizá. Por eso estoy más que segura que me cargo un semblante de la mierda en estos momentos, y pensar que Elliot me vio así, me hace sentir realmente incómoda. Seguramente creerá que sí estoy muy enferma, por eso tanto su insistencia en que me tomara el día libre mañana.

Me siento demasiado abrumada por todas las emociones que ya me cargaba, y ahora le sumo que voy a dormir -y hablo de dormir realmente-, con Elliot. ¡Dios! Eso viene a crearme un remolino de cosas que no sé controlar, por más que quiera.

Tengo demasiadas preguntas: ¿él vino porque realmente quería verme? Y si es así, ¿por qué quería verme? ¿Por qué se está comportando tan amable, comprensivo y cercano conmigo? ¿Por qué demonios eso me hace sentir, bien?

Suelto un largo suspiro, totalmente frustrada y me froto el rostro con las manos, para tratar de espabilarme. Necesito dejar de pensar por unos minutos o voy a volverme loca. Tengo un leve dolor de cabeza y a pesar que muero de sueño, desde antes que llegara Elliot ya llevaba cerca de una hora dando vueltas en la cama tratando de dormir, sin éxito alguno. Por eso Mandy dijo que me daría una pastilla para dormir. Pero ahora creo que ni la pastilla hará efecto. No creo que pueda dormir con Elliot a mi lado.

Ya han dormido juntos, me digo a mí misma, pero es que esta vez es diferente. Está vez él no está ebrio. Esta vez él se está quedando voluntariamente o, ¿porque yo se lo pedí?

Cuando la puerta de la habitación se abre, casi me saca un respingo del susto y el corazón se me acelera. Elliot entra, trayéndome el vaso de agua y la pastilla. Él insistió tanto como Mandy, en que me tomara la dichosa cosa esa.

—Aquí tienes —dice una vez se queda de pie frente a mí.

Alzo la vista para verlo y sin renegar más, me tomo la pastilla. Me bebo la mitad del agua y luego dejo el vaso sobre la mesita de noche, al lado de mi cama. Luego no sé qué hacer o qué decir. Esto es ridículo. Estoy en mi propio apartamento, en mi propia habitación, pero me siento tan incómoda aquí. Es la imponente presencia de Elliot Reynolds y su embriagante loción que inunda todo el espacio, lo que hace que todo se sienta diferente.

Lo miro de soslayo mientras se quita el saco. Él parece tan tranquilo. A diferencia mía, parece que él no se siente para nada extraño con la situación. O quizá sepa ocultarlo bien. Después de todo, no creo que esté muy a gusto que digamos, ya que independientemente de los motivos que lo han llevado a hacer esto, sigue siendo algo que él dijo que no volvería a hacer.

¿Cómo ser mi amante? (+18) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora