Intento llamarle de nuevo, pero la irritante voz monótona de la operadora me dice que su teléfono sigue apagado.
—¡Mierda! —mascullo en voz alta volviendo a colgar.
Los dedos de mi mano izquierda dan golpes impacientes a la madera del escritorio. Le echo un vistazo al reloj en mi muñeca solo para desesperarme todavía más al ver que son pasadas las cuatro.
¿Dónde está? ¿Por qué no contesta?
No creo que siga molesta conmigo. Ayer quedamos bien luego de la llamada que le hice. Sí, admito que mentí porque no vine temprano a la empresa y no pude verla antes que se fuera a la reunión con los de Apple, pero yo ni siquiera sabía de esa reunión y ahora, aparte que estoy molesto porque nadie me dijo nada al respecto, resulta que también me siento molesto porque no sé nada sobre Olive.
Levanto la bocina del teléfono y marco el número de extensión de Mandy. El timbre suena dos veces antes que ella conteste.
—Hola.
—¿Ya sabes algo de Olive? —Pregunto sin rodeos.
—No. Su teléfono sigue apagado —responde con la misma preocupación que la mía.
Suspiro con impaciencia
—¿Alguna idea de dónde pueda estar?
—No, Elliot. La verdad es que no me dijo si tenía asuntos que resolver este día. Yo tenía entendido que solamente sería la visita a los de Apple y nada más.
—¿Y ya llamaste al teléfono de su departamento?
—Sí, pero tampoco responde. O no está ahí o se quedó dormida.
Me froto la mano libre en el rostro, sintiéndome realmente frustrado.
—Sigue intentando llamarle al apartamento, o dame el número y yo llamo.
—Claro puedo... —se detiene repentinamente—. Espera, creo que es ella.
—¿Qué? —Silencio—. Mandy, dime qué sucede.
—Es ella, Elliot. Viene entrando justo en este momento.
Si iba a decir algo más, no le permito hacerlo ya que cuelgo el teléfono y a toda prisa me pongo de pie cruzando mi oficina a zancadas para ir a la puerta. Justo en el momento la abro, Olive va cruzando enfrente y no puedo quedarme con la boca cerrada.
—¿Puedes decirme dónde carajos estabas?
Mi voz le saca un respingo del susto y la obliga a detenerse. Sé que me escucho molesto, pero no estoy molesto... ¿o sí?
—¿Qué pasa, Elliot?
—¿Que qué pasa? —Pregunto incrédulo—. Olive, son pasadas las cuatro de la tarde. Has estado desaparecida todo el puto día y ni siquiera respondías el teléfono. ¿Dónde carajos estabas?
Puta mierda. Creo que debo calmarme. Estoy demasiado alterado. Por suerte ya la mayoría de empleados de esta área ya se fueron y los pocos queden están en los cubículos del otro lado, así que nadie está escuchando la escena que estoy montando o eso espero.
Ella por el contrario de lucir molesta por mis no tan controlados reclamos, luce tranquila. Demasiado tranquila.
—Elliot, no te alteres. ¿Ya se te olvidó que tú también estabas desaparecido desde ayer?
Mi mandíbula se tensa ante su comentario. Sé que tiene razón pero igual me disgusta que me lo eche en cara, así que la veo todavía más molesto; sin embargo ella me devuelve una sonrisa.
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¿Cómo ser mi amante? (+18) [COMPLETA]
RomanceÉl es arrogante, ella también lo es. Él es astuto, ella lo es mucho más. Él cree que es un experto en el arte de la seducción, ella le desmostrará que es mejor. Dos polos completamente iguales. Totalmente dispuestos a desafiar las leyes, porque no...