Dios, dame paciencia.
Resoplo y vuelvo a rechazar una tercera llamada de Elliot. Ya empezó a hacerme sentir incomoda realmente. No entiendo cuál es su insistencia por llamarme. Decido mejor poner el teléfono en silencio y vuelvo a guardarlo en mi bolso.
Alzo la mirada y mis ojos localizan al magnate que está a un par de pasos, saludando a no sé quién. Ahora que lo miro a detalle, creo que Mandy tenía razón. Jerry Maxwell es bastante atractivo.
Seguramente es un par de años más mayor que mi jefe. Tiene gracia y porte. Cada gesto suyo lo hace lucir muy atractivo, pero no tiene esa sonrisa única y seductora que caracteriza a Elliot. Definitivamente Jerry Maxwell sí es un hombre que llama la atención, pero no más que Elliot y...
¿Y yo por qué mierda estoy comparándolo con él?
Ruedo los ojos y de inmediato siento disgusto para conmigo misma. Me obligo a mejor no pensar en nada.
Algunos segundos después, el magnate regresa a mí y por fin podemos irnos.
Lo miro disimuladamente de reojos. Todavía sigo preguntándome por qué tuve que terminar aceptando su invitación a comer. Creo que más bien lo hice por llevarle la contraria a Elliot y fastidiarlo, aunque él ni lo sabe, ya que la invitación era para el día jueves de la semana que pasó y seguramente al ver que no salí ese día, pensó que había decidido no aceptar. Sin embargo, al final terminamos acordando que el almuerzo sería hoy martes.
Elliot no sabe nada porque no está en la ciudad desde ayer. Se la ha pasado viajando de aquí allá por juntas y no sé qué más. Creo que para mí eso es bueno ya que por eso no nos hemos estado viendo mucho. Es cruel de mi parte, pero desde lo que pasó entre nosotros el fin de semana en Atami, yo he decidido volver a poner distancia con él.
Quizá sea inmaduro, si tomamos en cuenta el hecho de que, fui yo quien se metió a su cama rogándole que me follara. Me le lancé sin pensarlo, solo porque fui incapaz de controlar el deseo. Es que, ¿cómo demonios iba a controlarlo después del sueño que tuve?
—¿Señorita Blair?
La voz del hombre que camina a mi lado, me saca de mis cavilaciones. Pestañeo varias veces para volver a la realidad y desvío la mirada hacia él.
—¿Sucede algo? —Pregunta, frunciendo el ceño.
—No es nada. Solo pensaba en todo lo que dijo sobre el proyecto. Ya estoy ordenando mis ideas para empezar a trabajar en él.
La mentira me sale tan natural, que hasta casi me la creo yo.
Si supiera en qué estaba pensando.
—Es muy entregada a su trabajo —exclama con una sonrisa.
—Me gusta lo que hago.
—Y es muy buena en ello. —Lo único que hago es responderle con una sonrisa, pero entonces él añade:— Me gustaría conocer mejor sus proyectos y su trayectoria. Quizá podamos repetir una comida juntos y charlar un poco más.
Oh, no. Eso definitivamente no.
Dejo de caminar al instante, obligándolo a detenerse también. Entonces lo miro con mucha firmeza.
—Con todo respeto, señor Maxwell, no quiero que malinterprete este almuerzo. Si yo acepté fue por pura cortesía, pero no es algo que yo acostumbre a hacer así que por ende no se volverá a repetir. Quiero aclararle que esta fue una pequeña excepción, pero de aquí en adelante, todos los asuntos laborales serán tratados única y exclusivamente dentro de las empresas. Usted decidirá si es en la suya o en la nuestra. Además, debo aclararle que aunque yo soy la Directora Creativa, el proyecto a realizar no compete únicamente a mí, sino al señor Reynolds y al señor Henderson también. Por lo tanto quizá deba ponerse en comunicación con ellos también y no solo conmigo.
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¿Cómo ser mi amante? (+18) [COMPLETA]
RomanceÉl es arrogante, ella también lo es. Él es astuto, ella lo es mucho más. Él cree que es un experto en el arte de la seducción, ella le desmostrará que es mejor. Dos polos completamente iguales. Totalmente dispuestos a desafiar las leyes, porque no...