Capítulo 1 | Elliot

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Son exactamente las 7:00am, cuando arribamos en el aeropuerto. Este jodido viaje me pareció una eternidad. Se suponía que arribaríamos hace una hora, pero por un contratiempo no fue así.

Odio los contratiempos. Odio todo aquello que me joda la existencia, robándome mi preciado tiempo. El tiempo es algo que jamás se recupera y yo soy una persona que no le gusta perder nada. Mucho menos algo tan valioso como eso.

Toda mi vida me preparé para ser disciplinado y aplicado. Para dar lo mejor. Para ser el mejor. Y lo he logrado con un enorme esfuerzo y sacrificio; y el que quiera venir a decirme que soy un hombre que se ha ganado todo lo que tiene, de manera fácil, que se vaya a la mierda.

Todo lo que tengo, representa años de trabajo. No he llegado a la cima donde estoy, lamiendo zapatos como muchos otros. Ni mucho menos siendo el yoyo de algún empoderado solo para que me recompensara de esta manera. Definitivamente no. Eso es lo más bajo y fácil que se puede hacer. Peor aún, no soy un hijo mimado que heredó todo de manera fácil, tras la muerte de su padre. Muchos creen eso, pero la verdad, es que yo he trabajado arduamente para posicionar el legado de mi padre, como número uno. Mi padre era sin duda un hombre de respeto en los negocios y que le abrió muchas puertas a la empresa, pero yo, me he encargado de hacerla crecer mucho más.

Nada ha sido fácil, pero es que a mí, jamás me ha gustado ir por lo fácil, en ningún aspecto. Sé perfectamente que nada bueno y que valga la pena llega así por así. Aunque he de admitir, que hay muchas cosas que para mí, me son fáciles de hacer: ser un as en los negocios, darle problemas a las personas, ser el perfecto rival en todo y fijar mis objetivos en lo que quiero. Como ahora.



Mi vista recorre lentamente las hermosas y delicadas piernas largas de la rubia frente a mí. Mis ojos siguen su recorrido, subiendo hacia sus muslos perfectamente ceñidos por el vestido marrón. Suben un poco más, y más, hasta posarse justo en el hermoso escote donde se muestra un poco la delicada curva de sus senos. Trago grueso ante ello y de inmediato siento la reacción en mi entrepierna.

La rubia termina de beber la copa de champán, para luego dejarla sobre la pequeña mesa y al darse cuenta de mi minuciosa mirada, se acomoda el cabello justo a un solo lado, de manera que me deja a la vista el lado derecho de su cuello. Eso ha sido un gesto muy malicioso y ella lo sabe. Como quisiera dejar un beso justo ahí. Su piel se ve tan tersa en esa zona.

Cientos de pensamientos pasan por mi mente y ojalá pueda cerrar con ella algunos asuntos, mucho más allá de los laborales. Se yergue en su lugar y la mirada que me lanza, la delata. Ella quiere llamar mi atención, y ya la tiene por completo. Una sonrisa se dibuja en mis labios. Esto será seguro.

En seguida llega el señor Rotchschild, y me arruina el mágico momento que tenía con su asistente, ya que prácticamente se interpone justo entre ella y yo. Me contengo grandemente para no hacer notar mi disgusto.

—Bien, hemos llegado. ¿Se siente más tranquilo ahora?— pregunta el entrecano con un ligero toque de burla.

Me aclaro garganta —Un poco. Pero lo estaré perfectamente cuando tenga tu firma en el contrato.

El hombre me observa con una mirada de admiración y fascinación —Yo también lo estaré. Créame, señor Reynolds.

Una vez el jet se ha detenido, me pongo de pie y abotono mi saco —Deberías tratarme con más confianza y llamarme simplemente Reynolds. Después de ahora, nuestra relación será mucho más estrecha, ¿no crees?

—Seguro que sí —responde asintiendo y se dispone a salir del jet, cuando yo le hago de señas para que salga adelante.

Por su puesto me espero a que su hermosa asistente también salga delante de mí. Por nada me perdería la hermosa vista que eso me dará. Ella pasa a mi lado, demasiado cerca, teniendo en cuenta que tenía el suficiente espacio para salir sin rozarme, pero de todas maneras lo hace. Esa es mi segunda señal.

¿Cómo ser mi amante? (+18) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora