El aire helado casi me congela los huesos. El clima amaneció horriblemente frío el día de hoy.
Son las 5:28am. Salí hace media hora del apartamento de Olive. Fui lo más sigiloso que pude porque no quería que ni ella ni Mandy se dieran cuenta. Afortunadamente ninguna despertó.
Me siento mal. Me siento muy mal por dejar a Olive así, sin decirle nada, pero de ninguna manera podía decirle lo que voy a hacer porque sé que seguramente ella hubiese intentado impedirlo o hacerlo de otro modo y yo ya tengo muy claro lo que haré.
Me he mentalizado que esto será rápido. Iré a mi penthouse para cambiarme de ropa, esperaré a Jared quien se está encargando del dinero que ha pedido Bianca y luego iré a la dirección que ella me dijo. Le entregaré los cincuenta mil, y ella se irá feliz creyendo que se salió con la suya, pero en realidad no será así.
El sonido de mi teléfono irrumpe en mis pensamientos y me veo obligado a arreglármelas para responder en altavoz mientras sigo conduciendo.
—Ya voy en camino —dice Jared al instante que le contesto—. ¿Tú dónde estás?
—Estoy casi llegando. ¿Todo te salió bien?
—Sí. Llevo todo aquí conmigo.
—Bien. Te veo en un par de minutos.
Sin decir nada más él cuelga la llamada, justo al instante en que doblo hacia la derecha para meterme al estacionamiento subterráneo del edificio donde vivo. Una vez apago el motor salgo del auto, me voy al ascensor y subo directo a mi penthouse.
Estando ahí hago todo con urgencia. Me baño, me cambio de ropa y luego me quedo a esperar impaciente a que llegue Jared. Cerca de quince minutos después, por fin llega.
—Buen día, Reynolds —saluda al instante en que entra al penthouse—. Listo. Aquí tienes tu pedido —dice cuando llega a la sala y deja la maleta negra sobre la mesita del centro.
—¿No hubo inconvenientes? —pregunto viéndolo con atención.
—No, ninguno. Solo tuve que ir a las cinco de la mañana a buscar al asesor del banco a su casa para despertarlo y pedirle que me ayudara a hacer un retiro de cincuenta mil dolares urgente —exclama sarcástico.
Ruedo los ojos y decido revisar la maleta. Está repleta de dinero. Billetes de veinte, cincuenta y cien. Supongo que a Bianca no le importarán las denominaciones. Le importa la cantidad y aquí está. Cincuenta mil dólares exactos.
—¿Y lo otro? —pregunto, alzando la vista de nuevo hacia Jared.
—En la maleta —anuncia—. El rastreador fue insertado cuidadosamente en la parte de abajo. No se nota a simple vista. Mientras Bianca tenga la maleta, sabremos dónde está en todo momento.
Asiento satisfecho.
—Excelente. Ahora solo debo ir a la dirección que me dijo, entregarle la maleta y dejar el resto en manos de la policía.
—¿Y tú crees que vaya sola?
—Probablemente sí.
—¿Y qué hay del hombre que era su amante? Tú dijiste que probablemente estén trabajando juntos en esto porque necesitan el dinero.
Me quedo un poco pensativo y termino negando con mi cabeza.
—No sé, pero tengo la impresión de que ese tipo es quien Bianca dijo que estará vigilando a Olive por si algo sale mal.
—En ese caso deberías asegurarte que Olive no salga a ningún lugar sola.
Lo miro con firmeza.
—Esa tarea te la voy a encargar a ti.
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¿Cómo ser mi amante? (+18) [COMPLETA]
RomanceÉl es arrogante, ella también lo es. Él es astuto, ella lo es mucho más. Él cree que es un experto en el arte de la seducción, ella le desmostrará que es mejor. Dos polos completamente iguales. Totalmente dispuestos a desafiar las leyes, porque no...