Suelto un suspiro cansino una vez apago el motor del auto. Me siento cansada y hambrienta.
—Listo —anuncia Mandy. —En quince minutos traerán la comida.
La noticia me parece excelente —Qué bueno porque muero de hambre.
Bajamos del auto y hacemos nuestro camino al elevador en silencio. Una vez adentro, Mandy decide retomar la charla que anteriormente traíamos en el auto.
—Entonces..., ¿ya es oficial la relación con Reynolds?
Una pequeña risa se me escapa —Lo dices como si fuese un romance o algo así.
—Ya sé que no es eso —hace un desdén con la mano—, pero igual es fantástico.
—La verdad que no lo sé, Mandy —niego con mi cabeza. —Creo que todavía sigo pensando que fue demasiado pronto. Es decir, ni siquiera me lo pensé mucho.
—Ay, ¿cómo ibas a pensártelo mucho si tenías al hombre encima, seduciéndote?
—Exacto —hago énfasis en sus palabras. —Eso fue trampa. Es como si me hubiese obligado a aceptar.
—Ajá —se cruza de brazos y me dedica una mirada incrédula.
—¿Qué?
—¿Segura que crees que te obligó?— cuestiona, y me abstengo de responder. Ella ríe —Liv, tú aceptaste encantada porque ese hombre te fascina. Porque una parte dentro de ti, realmente sí quería esto.
Hago una especie de puchero y resoplo —Tal vez tengas razón, pero es que otra pequeña parte dentro de mí, la razonable, me dice que esto no está bien. No he dejado de pensar en eso desde ayer que acepte esta locura.
Ella suspira, pero se abstiene de responder cuando las puertas del elevador se abren. Salimos al pasillo y nos vamos directo hasta la puerta de nuestro apartamento para quitar llave y entrar. Cierro la puerta detrás de mí y la sigo hasta que nos sentamos en el sillón grande. Entonces ella prosigue con lo que iba a decir antes.
—¿Qué sientes que está mal?
—Todo —respondo al instante. —Tú sabes perfectamente todos los tabúes que yo siempre he tenido sobre este tipo de relaciones entre jefe y empleada. Sabes todos los problemas que tuve con el idiota de Hoffman sin llegar a nada, ¿ahora te imaginas cómo será con Elliot?
—Liv, esto es muy diferente y lo sabes —me mira con seriedad. —Con el idiota de Hoffman eso ya era acoso sexual severo. Tú nunca gustaste de él y jamás le diste entrada y sin embargo el hijo de puta siempre estaba ahí encima y encima... Con Elliot es diferente porque a ti también te atrae y él ha sabido cómo seducirte del buen modo y no como un asqueroso acosador. Además, estoy segura que si tú no hubieses aceptado, él habría respetado esa decisión.
Muerdo la uña de mi dedo pulgar, algo ansiosa —Yo sé. Es que parece que él es un caballero de todas maneras. —Ella asiente, dándome la razón. Me recargo contra el respaldar del sillón, en una postura algo desgarbada y suspiro. —Creo que tengo cargos de conciencia morales.
Ella suelta una gran carcajada —Estás loca, Liv —dice entre la risa. —¿Como por qué tienes esos cargos?
—Es que tú sabes que yo nunca había... hecho esto.
Rueda los ojos —Porque le guardabas demasiado respeto al idiota de Fred sin que él lo mereciera. Liv, todo el tiempo has tenido muchos pretendientes, pero tú jamás quisiste engañarlo con nadie. —Me doy cuenta que contiene una sonrisa, y finalmente suelta lo que sea que esté pensando. —Aunque, ahora que lo pienso, quizá no te habías atrevido a nada de esto porque no había llegado el indicado, pero ya llegó —alza las cejas con malicia.
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¿Cómo ser mi amante? (+18) [COMPLETA]
RomantizmÉl es arrogante, ella también lo es. Él es astuto, ella lo es mucho más. Él cree que es un experto en el arte de la seducción, ella le desmostrará que es mejor. Dos polos completamente iguales. Totalmente dispuestos a desafiar las leyes, porque no...