¿Cómo ser mi amante? (+18) [COMPLETA]

Capítulo 15 | Elliot

Es un enorme gusto volver a ver a Corinne. Luce tan radiante y atractiva como siempre, y por supuesto sigue siendo tan confiada conmigo; tanto, que sin vergüenza alguna, sus manos me tocan: el brazo, el hombro y el cuello. Invade mi espacio vital con total confianza. He tenido que alejarla discretamente un par de veces. Ella me encanta, y con gusto podríamos repetir lo de la última vez si eso es lo que ella quiere, pero demostraciones públicas, eso no es lo mío. Jamás me ha gustado y ella lo sabe. 

—Te ves incomodo, Elliot —exclama en voz baja, con un tono bastante sensual.

—Sabes que no me gustan estas demostraciones —digo casi entre dientes, y vuelvo a alejar sus brazos de mi cuello, porque casi me estaba rodeando con ellos.

Doy una ojeada a los lados para asegurarme que nadie esté observando y por suerte todos los presentes están absortos en sus cosas. Lo menos que quiero es que alguien esté observando y luego empiece a venderle historias falsas o comprometedoras a alguna revista o periódico. Nunca he tenido ningún problema de ese tipo de situaciones y mucho menos lo quiero ahora.

Corinne se ríe un poco —Sí. Lo sé, Elliot, pero es que hoy luces... —se muerde el labio y me dedica una mirada cargada de malicia—, tan atractivo —termina la frase.

No puedo negar que sus perversas expresiones me calientan un poco, pero puedo controlarme sin problemas. Algo falta. La veo tan provocativa como siempre, pero no me despierta mucho. No siento el mismo deseo que sentí con...

Al instante la recuerdo: Olive Blair.

Por instinto mis ojos viajan hacia donde ella estaba con Jared, pero me sorprende ver que ya no está. Solo está él conversando con un hombre que no tengo ni idea de quién es.

Frunzo el ceño, y de inmediato empiezo a buscarla con la mirada por todo el salón. No la veo por ningún lado. Soy un idiota. En cuanto llegó Corinne, toda mi atención se volcó a ella de inmediato, y seguro que Olive se dio cuenta. No estoy diciendo que eso le haga sentir celos, porque sería estúpido creerlo. Sin embargo, sé que eso me hará perder puntos con ella.

¡Carajo! Ahora me siento molesto conmigo mismo. Sé perfectamente que con ella todos mis movimientos deben ser extremadamente cuidadosos, porque cualquier detalle puede enviar a la mierda todo lo que he avanzado; y hoy me he comportado como un completo idiota, quitándole mi atención a ella para irme con otra mujer colgada de mi brazo. Definitivamente esto la hará pensar muy mal de mí. Debo solucionarlo.

Vuelvo a la realidad cuando me percato de un hombre que se acerca a nosotros. No lo conozco y solo espero que no vaya a hacerme perder demasiado tiempo porque ahora mismo estoy necesitado por ir a buscar a Olive.

Para mi suerte se dirige a Corinne —Señorita Mayer. Un enorme gusto verla.

Ella se acerca para saludarlo, dándole un beso en la mejilla —Igualmente, Robbins.

Una vez se alejan, el hombre se dirige a mí —Excelente presentación, señor Reynolds. Sin duda un proyecto muy innovador.

—Gracias. Espero los inversionistas piensen igual —digo con voz neutral. Me giro hacia la mujer a mi lado. —Corinne, debo retirarme. Fue un gusto verte —anuncio sin darle tiempo de responder y me acerco para darle un beso en la mejilla como despedida. —Con permiso —digo a ambos, y me retiro.

Sé que va a reclamarme por irme así -si es que nos volvemos a ver-, pero no me importa. Quizá haya perdido la oportunidad de follármela, pero en serio, no me importa. Quiero saber dónde está Olive.

Cuando llego donde Jared está, el hombre con el que hablaba ya se ha retirado.

—No puedo creer que Corinne te haya soltado —exclama con sorna.