Mis ojos examinan con atención la página que sostengo en mis manos. Intento fingir extrema concentración en lo que leo, pero es una farsa. Mi vista está clavada en el dichoso papel, pero mi mente está en otra cosa.
Suelto un suspiro de derrota y bajo la página. ¿A quién quiero engañar? En este momento no tengo cabeza para otra cosa que no sea: Elliot, su matrimonio, su mentira, su arrepentimiento, sus súplicas, mi dolor...
¡Mierda! Han pasado casi veinticuatro horas desde que recibí la noticia y todavía me cuesta creerlo. Todavía no puedo asimilarlo, porque una parte de mí todavía sigue intentando creer que todo ha sigo un mal sueño. Que nada de eso es cierto y que solamente fue inventado por alguien que quería separarnos a Elliot y a mí. La realidad duele demasiado y quizá por eso aún me niego a aceptarla.
Suspiro.
Sé que lo único que estoy consiguiendo con pensar demasiado en ello es hundirme más y no lograr avanzar hacia la salida. Todavía no le encuentro salida a todo esto y es tan frustrante. Me está siendo verdaderamente difícil evitar que mi estado de ánimo interfiera en mi trabajo, pero es que no siempre se pueden ignorar los problemas. Hay algunos que nos sobrepasan y eso me sucede justo ahora.
Desde ayer no he dejado de sentirme mal. Estoy cansada emocionalmente y quiérase o no, eso ha influido mucho en mi desempeño laboral. Me siento bloqueada, frustrada... Y ahora también siento angustia.
Mis ojos observan de soslayo el teléfono. Ahí de está de nuevo esa imperiosa necesidad de querer llamarle a Elliot. Necesito escucharlo, saber dónde está y si está bien. No sé nada de él desde ayer y aunque quiera evitarlo eso me preocupa. Mandy no sabe nada tampoco, solo recibió la indicación por parte de Jared de que Elliot estaría fuera un par de días y él se haría cargo de todo. Mi cabeza ha pensado cientos de cosas respecto a dónde y con quién puede estar, y eso solo consigue ponerme todavía más ansiosa.
Soy plenamente consciente de que le está siendo demasiado difícil sobrellevar esta situación, quizá tanto como a mí, pero me siento un poco más decepcionada todavía porque él haya decidido salir corriendo de la ciudad solo para mantenerse alejado. No estoy diciendo que lo quiero aquí, a mi lado, rogándome todo el día para que lo perdone, pero esperaba una reacción un poco más madura. Si yo no huí de él y fui capaz de enfrentarlo para aclarar las cosas, él también debió ser capaz de enfrentar la realidad y permanecer en espera hasta que yo tome una decisión; pero no puedo decirle cómo actuar, porque lo cierto es que cada persona tiene maneras diferentes de afrontar las cosas.
Lo que me incomoda de todo esto, es que quizá él se alejó de esta manera para darme por completo el espacio que le pedí y por ende yo debería estar más tranquila, tratando de ordenar mis emociones sin su intervención, pero lo cierto es que ha sido todo lo contrario.
—Esto es patético —digo en voz alta para mí misma.
Vaya que sí lo es. Fui yo quien le pidió tiempo y espacio, pero no saber nada de él es algo verdaderamente inquietante.
Esto es basura. He pensado en demasiadas cosas, menos en lo que realmente debería. Yo creí que a estas alturas ya tendría una decisión clara respecto a él, pero me siento más indecisa que nunca y no sé ni por qué. No pensé que me costara tanto lidiar con mis sentimientos. No pensé que alejarme de él fuera a dolerme tanto ni que mucho menos intentar no pensarlo sería algo imposible.
Apoyo mis codos sobre el escritorio y me cubro el rostro con las manos.
—¿Por qué no sales de mi cabeza, Elliot? —murmuro contra las palmas de mis manos—. Solo quiero dejar de pensarte por un maldito segundo.
Los pequeños golpes en la puerta me obligan a descubrirme el rostro. Tomo una inspiración profunda y me aclaro la garganta para hablar con voz clara.
—Adelante.
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¿Cómo ser mi amante? (+18) [COMPLETA]
RomanceÉl es arrogante, ella también lo es. Él es astuto, ella lo es mucho más. Él cree que es un experto en el arte de la seducción, ella le desmostrará que es mejor. Dos polos completamente iguales. Totalmente dispuestos a desafiar las leyes, porque no...