Narra Borja
Tras haber acostado a Raúl, Sam me insistió en quedarnos para comer. Por suerte o por desgracia, no sabía casi nada de lo que pasaba entre ambos, Rubén y Samuel, pero podía intuír que Raúl sí.
Estaba tumbado en la cama de la habitación de invitados, era temprano y estaba empezando a amanecer. Me giré hacia Raúl, el cual seguía durmiendo abrazado a si mismo y a mi sudadera, preguntándome cuanto sabría del tema. Suspiré volviendo a mirar el techo.
La habitación estaba silenciosa, solo se oía la suave respiración de Raúl y, unos suaves murmullos o sollozos.
Salí de la cama poniéndome una camiseta, dejé la habitación intentando no hacer mucho ruido y me dirigí a la habitación de Sam. Al llegar, llamé suavemente y entré.
- ¿Sam? ¿Necesitas hablar? - Ajusté la puerta y me acerqué a él. Estaba apoyado contra el cabecero de la cama con su cara escondida entre sus manos. No respondió, por lo que me acerqué a él y le abracé como pude.
- Cambié la cama. - Murmuró tras un rato en silencio. - Y decidí cortar este lío con Guille. Seguramente... Seguramente vaya a terapia para lidiar con todo esto. Lo he hecho todo mal pero es que Rubén empezó a irse más de casa sin decir nada, solo necesitaba algo y eso me lo daba Guille. Soy una persona asquerosa. - Murmuró volviendo a llorar. Le abracé más fuerte.
- Yo... No puedo darte consejos sobre eso, pero Raúl sí. - Sam asintió. - ¿Sabes qué hacía yo en Milán para despejarme cuando pensaba en Raúl? Salía a correr, me ayudaba a no agobiarme tanto. Hace buen tiempo, vayamos a despejarnos.
- No quiero. - Respondió en voz baja. Rodé los ojos y tiré de su brazo hasta sacarlo de la cama. Sam me puso una mala cara. - No voy a permitir que te quedes aquí dentro llorando. Ponte la ropa para correr, te espero en cinco minutos.
- ¿Y Raúl? - Preguntó levantándose con una mueca.
- Voy a dejarle una nota. Ahora, cámbiate. - Salí de la habitación yendo a la de invitados en silencio. Entré y ajusté la puerta evitando molestar a Raúl demasiado.
Como el menor visitaba bastante a Samuel, había un pequeño escritorio con material de estudio. Cogí un post-it y le dejé una nota. Se lo pegué en la frente y empecé a ponerme la ropa de deporte que había cogido de casa. Salí de la habitación ya vestido y bajé al salón.
A los minutos bajó Samuel vestido. Le hice un gesto para irnos.
- Si no fueras tú, no hubiera aceptado. - Murmuró cogiendo las llaves y abriendo la puerta.
- Si, si, como digas. - Salí tras él y cerré. - ¿Tienes algún parque cerca? - Pregunté andando a su lado. Asintió y empezamos a correr.
Hacer deporte se había convertido en mi nueva terapia. Cuando me sentía agobiado, salía a correr hasta que terminaba agotado o más tranquilo, y solía funcionar.
La calle estaba bañada por un color rojizo debido al inminente amanecer. Sam y yo corríamos a un ritmo lento pero constante mientras hablábamos.
- No sé que nos pasó. De repente todo empezó a hundirse y ninguno traía flotador. Yo recurría más a Guille, pero no de forma sexual. Hasta que ocurrió, que fue cuando llamé. - Asentí dejándole seguir la conversación. - Rubén cada vez pasaba menos por casa. Salía por la tarde y volvía de mañanas. O no volvía. Me he planteado muchas veces vender la casa, buscarme un piso, contarle todo a Rubén y cortar. Pero soy un cobarde. - Murmuró.
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🍒Cherry🍒 (Luzuplay)
Romance🌸Segunda parte de Fine Line🌸 El primer año de Universidad para Raúl fue una montaña rusa emocional: nuevos amigos, nuevas experiencias y, sobretodo, nuevos amores. Tras el último contacto con Borja, Raúl decide tomarse unas vacaciones e irse a Pa...