LVII

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Narra Borja

- Siempre es Alexandre. - Gruñí dando vueltas por la cocina de Sam.

También se encontraba David, lo cual era bastante sorprendente, y de Frank no se sabía nada.

Solamente que dejó a Alex, la carrera y se mudó sin decirnos nada mas que un vacío "adiós".

- Todo lo que hace el francesito inútil es perfecto, mientras que lo que hago yo, está todo mal. - Bufé dejando el vaso de agua demasiado fuerte en la encimera.

- Tampoco pagues tu frustración con mi vajilla. - Comentó Samuel apartando el vaso de mi.

Rodé los ojos siguiendo mi camino circular por su cocina. Estaba harto de que Raúl siempre metiera al francesito en cualquier conversación.

- No creo que lo haya dicho a malas, si no mas bien para mostrarte como se... ¿Siente? - David tomó asiento en la mesa de la cocina y me miró. - Raúl es muy particular en eso, ya lo sabes.

Rodé los ojos, siempre era la misma excusa absurda.

- Estoy harto de escuchar eso, si le pregunto que le pasa conmigo dice que nada. Pero no me deja estar ni en sus ensayos de piano. - Me dejé caer contra la encimera y crucé mis brazos. - Es imposible saber que le pasa.

- ¿Dónde está ahora? - Miré a David y chasqueé la lengua.

- Con otro pianista practicando para un dúo que tienen. - Respondí agarrando el vaso de nuevo. - Práctica a la que nunca puedo ir, porque el otro pianista odia que haya gente mientras toca. Estúpido. - Dije en voz baja.

Sam y David compartieron miradas.

- ¿Te ha dicho que te quiere? - Preguntó Samuel acercándose a mi. Asentí con lentitud.

- Siempre lo hace, en cualquier momento. - Respondí con frustración mirando el vaso.

No entendía a Raúl, ni su actitud, ni el motivo por el cual siempre tenía que traer a Alexandre a todas nuestras conversaciones.

- Guille también me lo decía a mi y terminó tirándose a este. - Dijo David señalando con la cabeza a Sam. Rodé los ojos dejando que Sam me quitara el vaso.

- De verdad, os odio. - Gruñí y salí del piso con un golpe seco.

[...]

Me dirigí a casa de Raúl tras comprar la cena. Decidí andar un rato y pensar en mis cosas, lo necesitaba. Necesitaba tiempo para mi.

Miré hacia el cielo, los tonos rojizos y rosados del atardecer empezaban a darle a la calle una tonalidad cálida, aunque seguían con ese clima invernal, pero cada vez la proximidad de la primavera era mas notoria.

Entré y cerré, por toda la casa sonaban uno de los dos pianos que deberían estar practicando, pero no le di demasiada importancia. Fui hacia la cocina para preparar algo, pero el ramo rosa en uno de los jarrones me llamó la atención.

¿El chico del cual no sabía nada, solo que estaba encerrado en una habitación con mi no-novio, había traído flores a Raúl?

Todo estaba siendo surreal y parecía ser el único imbécil que no entendía que estaba pasando.

Rodé los ojos yendo hacia el estudio de Raúl, llamé a la puerta y entré.

🍒Cherry🍒 (Luzuplay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora