Narra Borja
Últimamente Raúl se cansaba demasiado tras el sexo y terminaba dormido casi todas las veces.
Y como no podía ser de otra manera, Raúl dormía en la cama boca abajo mientras yo reseguía su columna vertebral con las yemas de los dedos una y otra vez. Sabía que eso era de las cosas que más le relajaban y nunca era mal momento para cuidar un poco al menor.
Una vez noté que estaba profundamente dormido, salí de la cama, me puse unos bóxers y bajé a la cocina a por algo de comer.
Chiara estaba abajo hablando por teléfono y jugando con un bol de arándanos. Pasé por su lado yendo hacia la bandeja de la encimera para coger una galleta, me quemé ligeramente los dedos y me la comí de un mordisco.
- ¿Borja? ¿Podrías vestirte cariño? Vendrá visita. - Comentó levantándose.
- No habrán visto nada nuevo ni extraño. - Me encogí de hombros. - ¿Quién viene? - Pregunté cogiendo otra galleta de nuevo. Chiara se acercó a mi dándome un golpecito en la mano para que no me comiera la galleta.
- Vienen a montar la habitación de los bebés y luego mi hermana. - Asentí sin apenas escucharla hasta que repetí la frase en mi cabeza.
- ¿Bebés? - Repetí mirándole la barriga y luego a ella.
- Vienen gemelos. - Mamá se acarició la prominente y aparentemente dolorosa barriga. - Y deja de comer galletas.
- Espera. ¿Gemelos? Yo no estaba enterado de eso. - Chasqueé la lengua cogiendo otra galleta.
- Te lo dije, pero estabas muy ocupado siguiendo una salamandra con la mirada. - Chiara respondió. - ¿Raúl está bien? ¿Está cómodo? ¿Necesita algo? - Preguntó tras unos segundos de silencio.
- Está bien. Hoy iremos a cenar al Da Giacomo o algo así. - Ella asintió. - Y luego a tomar algo, supongo.
- Es un buen restaurante. Tu padre vendrá en un par de días. - Comentó desinteresadamente.
- Confío en tu criterio. - Respondí ignorando lo último.
- Borja, cielo, sé que no tenéis una buena relación pero... Él se arrepiente y quiere hacer las paces contigo. - Rodé los ojos. Siempre con las mismas tonterías.
- Llega veintidós años tarde. Creo que ya no vale la pena arreglar nada. - Miré a Chiara esperando una respuesta.
- Creo que eso deberías hablarlo con la psicóloga. - Contestó acariciándose la barriga. Chiara estaba preciosa en el embarazo y el imbécil de mi padre se lo había perdido todo.
- ¿A la que no voy? - Respondí sin pensarlo. Rápidamente me di cuenta de lo que había dcho. Bueno, en algún momento se tenía que enterar.
- Gracias por confesar lo obvio. Ya lo hablaremos, ahora ve a ponerte algo de ropa. - Dijo dando una palmada en mi hombro y yendo salón.
Suspiré volviendo a la habitación a ponerme uno pantalones. Raúl seguía dormido abrazado a un cojín, pero se había levantado para ponerse una sudadera mía, como no, ya que las ventanas estaban abiertas de par en par.
Suspiré cerrando la que le daba el aire directo y fui al armario cogiendo uno pantalones cualquiera. Me senté en la cama cogiendo el movil y respondiendo un par de mensajes de Sam y los chicos.
Suspiré con pesadez al ver la llamada entrante de Alexandre. ¿No podía estar sin llamarme?
Me levanté apartándome de Raúl para responderle, seguro que era una tontería de las suyas.
- Estoy ocupado. - Dije descolgando la llamada.
- Deja de odiarme que no te he hecho nada. ¿Cómo está Raúl? - Preguntó.
- Cómeme la polla. - Gruñí sacando un cigarrillo. - Está bien. Dormido. ¿Puedo colgar ya?
- Cuando quieras, pero no creo que a Raúl le haga mucha gracia. - Alexandre y su asqueross prepotencia. - ¿Seguro que está bien o es para que cuelgue? - Replicó chasqueando la lengua.
- Si estuviera mal tampoco te lo diría. - Puse el cigarro entre mis labios y lo encendí yendo hacia el balcón.
- Hombre, muchas gracias. - La ironía era clara en su voz. - Creo que a Raúl no le hace mucha gracia que fumes. - Suspiré con pesadez. Alexandre era inaguantable.
- Raúl me pide que le eche el humo en la cara. Así que cállate un rato. - Gruñí apoyado en la barandilla. - ¿Necesitas algo más?
- Os espero a los dos en dos semanas en París. - Alexandre colgó. ¿Quién se creía para obligarme a nada?
Seguí en la terraza fumando. Las visitas de Chiara habían llegado ya. ¿Se suponía que debía aguantar dos niños pequeños? Todo estaba saliendo mal.
Terminé el cigarrillo y volví a la habitación. Me tumbé en la cama y abracé a Raúl acercándole más a mi.
Actualmente era lo único bueno en mi vida.
Samuel había medio vuelto con Rubén, David y Guille estaban en una relación abierta y Frank y Alex ya no se dirigían palabra.
Y todo había cambiado en un lapso de tiempo demasiado breve para poderlo gestionar.
Raúl se pegó mas a mi y me cogió de la mano.
- Deja de desaparecer en la cama. - Murmuró con un bostezo.
- No quería fumar contigo al lado, ya lo sabes. - Susurré inspirando una gran cantidad de aire.
- No me molesta. - Respondió jugando con mis dedos.
- ¿Podemos hablar sobre lo del otro día? - Pregunté dejando un beso en su cabeza. - No quiero que te lleves una idea que no es.
Raúl suspiró haciéndose aparentemente más ligero en mis brazos.
- Ahora quiero que me des caricias y duermas conmigo. Ya hablaremos de eso. - Respondió durmiéndose.
Como quería a ese chico.
Notas
Hola :) descansad <3
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🍒Cherry🍒 (Luzuplay)
Romance🌸Segunda parte de Fine Line🌸 El primer año de Universidad para Raúl fue una montaña rusa emocional: nuevos amigos, nuevas experiencias y, sobretodo, nuevos amores. Tras el último contacto con Borja, Raúl decide tomarse unas vacaciones e irse a Pa...