XVI

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Narra Borja

- Todo bien, sí. - Respondí sin ganas. - No, la casa está bien. - Rodé los ojos. - Chiara, no tengo dos años. Está todo bien. Te cuelgo. - Le colgué antes de que pudiera responder y me tiré a la cama con Marco.

- ¿Chiara? - Preguntó acomodándose encima mío. Asentí encendiendo un porro. Le di una calada y se lo pasé. Él lo imitó.

- Está muy pesada. Es muy pesada. - Solté el humo con calma. Estos eran los mejores momentos tras el sexo. Momentos que no con todo el mundo compartía.

- Está preocupada, no le des más vueltas. - Marco soltó el humo. - ¿Cuando vuelves a España? - Preguntó volviendo a dar una calada.

- No sé si quiero volver. No quiero enfrentarme a esa realidad. - Murmuré. El ambiente era extremadamente calmado. - Milán es aburrido, pero no hay realidades.

- Solo hay droga, ¿No? - Rodé los ojos dando otra calada. - Y sexo fácil. Sabes que no miento.

- No todo es droga y sexo. En Milán sí, pero porque no tengo nada que hacer. Mi vida no está ligada a esta ciudad. - Solté el humo y di otra calada.

- Tu vida está ligada a Raúl. Pero no quieres reconocerlo. Ese chico te está arruinando la salud mental, Borja. - Añadió estirándose.

- No metas a Raúl en esto, no tiene nada que ver. - Respondí ligeramente a la defensiva.

- Claro que sí. Vives pendiente de él. ¿Cuántas llamadas haces al día? Ya te respondo yo, demasiadas. - Suspiré con pereza. Odiaba las conversaciones sobre este tema. - Disfruta en Milán, cualquiera querría estar contigo. Pero te tengo yo. - Marco se puso a la altura de mi cuello y lamió mi cuello dejando una pequeña marca al final.

- Me tienes hasta que vuelva a España, cariño. A partir de ahí me verás una vez al año. - Respondí bostezando. - Descansemos por favor. Estoy muerto. Demasiado sexo. - Marco sonrió y se tumbó a mi lado. Apagué el porro e intenté descansar un poco.

[...]

Me desperté el día siguiente solo. Marco se había ido, como de costumbre. Miré mi móvil, 30 llamadas de Samuel. Ya podía ser importante. Resoplé y me puse unos boxers limpios. Llamé a Sam y, obviamente, respondió rápido.

- Cuando dejes de follarte a tu putita de Milán, contestame el puto móvil. - Estaba enfadado. No había hecho nada.

- No me grites, acabo de despertarme. - Murmuré abriendo las ventanas y saliendo al balcón. La habitación apestaba a sexo.

- ¿A quién le has dado el número de Raúl? Respondeme. Ahora. - ¿Por qué todo el mundo me nombraba a Raúl?

- A nadie. Nadie merece tener a Raúl en sus vidas. - Respondí apoyándome en la barandilla del balcón. - No sé que ha pasado, pero yo no he tenido nada que ver.

- ¿Seguro que no? Vaya, eres el único contacto entre Itália y Raúl. Pero, casualmente, tú no has hecho nada. ¡Qué curioso! - Añadió de forma irónica. - Deseo que no hayas sido tú quien ha pasado el número de Raúl.

- Te lo prometo. No quiero más problemas con él. Solo quiero paz. - Bostecé sonoramente. - ¿Ha pasado algo?

- Alguien ha llamado a Raúl diciendo que te dejase en paz o algo así. ¿Habéis hablado? - Cuestionó mi amigo.

-Si hubiéramos hablado no follaría. Respeto a Raúl, ya lo sabes. - Contesté sincero.

- Entonces es tu nuevo polvo, ¿No? De alguna forma ha conseguido el número y le ha hablado. ¿Y sabes que ha pasado luego? Raúl se ha sentido mal por estar en París y no poder disfrutar porque piensa mucho en ti. Y ha llorado. - Añadió enfadándose.

- Raúl siempre llora. - Remarqué. Me sentía como un niño al que le estaban riñendo.

- Raúl llora cuando siente de verdad. Tu nuevo juguetito le ha hecho daño. ¿Vale? Así que so... - Interrumpí a Sam.

- No le juzgues sin saber la verdad. Dudo que Marco haya hecho eso. No tiene sentido. - Cerré los ojos intentando aclarar los pensamientos que se arremolinaban en mi cabeza. Todo era un maldito lío.

Hace unos días

Narra Marco

- Borja, ¿Puedo hacer una llamada con tu móvil? Estoy sin batería. - Borja asintió pasándome el móvil, marqué el número de la persona y hablé con ella un poco.

Por mi mente cruzó una vaga idea.

- Perdóname, Borja. Esto es por tu bien. - Murmuré entrando a contactos y guardando el número de Raúl. - Espero que nunca te enteres de esto.

Volví con él y me senté en la silla.

- Bueno, ¿Por donde íbamos? - Sonreí tomando de mi taza de café.

[...]

Y esa misma tarde llamé a Raúl. Su voz y su tono era más intimidante del que me hubiera planteado nunca, pero ese no era el caso.

Raúl se enfadó. Me llamó puta y colgó. Bien, ahora solo faltaba hacer lo mismo con Borja.

Notas

Casi mil palabras tiene este capítulo :)

¿Qué os parece Marco?

Aunque a Cherry le falte muuucho tiempo, me gustaría saber si os gustaría alguna dinámica para cuando termine la obra. Acepto propuestas.

Por otro lado, al terminar esta historia, descansaré de historias largas y subiré historias más cortas (más información en mi perfil).

A lo mejor este finde termino Wolves :))

Y por fin estoy de vacaciones ole ole.

Nada más que añadir, disfrutad de este capítulo que yo me voy a dormir❤️

🍒Cherry🍒 (Luzuplay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora