XXXVII

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Narra Borja

Raúl seguía dormido, solo que ahora estaba vestido y en la cama.

La imagen del día interior se repetía: Raúl dormido abrazado a mi y yo acariciando su pelo.

Era una bonita rutina que me mataba psicológicamente.

Los minutos pasaban, el menor dormía profundamente y yo observaba el oscuro bosque desde la cama. Tenía varios mensajes por leer a los que no presté importancia. Si era algo urgente, llamarían.

Raúl se movió soltando mi cintura y tumbándose. Acaricié su mejilla y me tumbé mirando hacia el techo.

Miré la hora en el móvil, las 5:45. Suspiré levantándome y saliendo de la cama sin molestar mucho al menor. Bajé al salón dando saltitos por las escaleras y me tumbé en el sofá mirando el movil.

Alexandre
¿Estás tomándote las pastillas?
(Enviado 18:47)

Borja
No eres mi madre. Deja de preocuparte por mi.
(Enviado 5:48)

Y ahí estaba Alexandre. Siempre cuidando de los demás. Y desde que vino para el cumpleaños de Raúl, se había llevado muy bien con los amigos de este. Todos le idolatraban cuando era solo una persona más.

- ¿Vas a volver a la cama? - Murmuró Raúl apoyando en el marco del salón.

- No quería molestarte, me he desvelado y he decidido bajar. - Respondí en voz baja. Me levanté y subí de nuevo a la habitación con Raúl, nos tumbamos en nuestros respectivos sitios y le abracé dando caricias a su abdomen. Lentamente la respiración de Raúl iba calmándose hasta quedar, nuevamente, dormido.

[...]

Sin saber como, terminé durmiendo un rato. El lado de Raúl estaba vacío por lo que, probablemente, estaría desayunando.

Salí de la cama estirándome y bajé al salón pasando la mano por mis ojos. Raúl estaba en la terraza desayunando y escuchando música.

Típico de él.

Mi móvil sonó sacándome de la pequeña ensoñación que tenía con Raúl, respondí sin molestarme a mirar quién llamaba.

- ¿Quién? - Murmuré con un bostezo.

- Tómate las pastillas. - Insistió Alexandre. - Son por tu bien, Borja. No te las han recetado sin motivo. - Rodé los ojos apoyándome en la isla de la cocina. - Y deja de rodar los ojos y quejarte silenciosamente.

- Deja de fingir que te importo y sigue con tus cosas. - Respondí preparando mi desayuno. - No me tomaré esa mierda, estoy perfecto. - Remarqué las dos últimas palabras preparando el café.

- Perfectamente jodido estás. Vamos, es solo una pastilla. - Insistía el francés. - No me hagas comentárselo a Raúl, Borja. Sabes que te obligaría a tomártelas

- No te atrevas a decirle nada. No le digas nada. No tiene porqué saberlo. - Murmuré llenando la taza con leche y removiendo.

- Tómatelas y no me hagas llegar a esos extremos. - Respondió. - Ten un buen día. - Y seguidamente colgó sin yo poder decir nada.

🍒Cherry🍒 (Luzuplay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora