Narra Borja
- Perdóname... - murmuré hipando al teléfono. El contestador era mi sonido diario. Quería contactar con Raúl pero era imposible. Perdí la cuenta de cuantos mensajes le dejé. ¿Serían diez? ¿Noventa? No podía dar una respuesta clara. Colgué el móvil y me sequé torpemente las lágrimas de mis sonrojadas mejillas. Desbloqueé el móvil y envié un mensaje a David:
Borja
Necesito tu ayuda.
(Enviado 4:41)Volví a marcar el número, con suerte lo despertaba y me respondía enfadado. Pero me respondería. El pitido se hizo insufrible, colgué y tiré el móvil a la cama.
No me iba a responder.
Solté un gruñido. Estaba confuso, dolido y preocupado. Raúl me solía coger las llamadas estuviera enfadado o no. Pero, como bien dijo, se había terminado. Me negaba a creer que por nada cortara toda relación, pero así era Raúl: bastante dramático para según que cosas. Miré la hora, 4:50. El tiempo no pasaba, o pasaba extremadamente lento. Abrí el cajón de la mesilla dispuesto a fumar para hacer un poco de tiempo hasta que David se despertara, perezosamente cogí el mechero y el paquete y cerré el cajón. Lancé ambas cosas a la cama. ¿Valía la pena estar colocado un par de horitas y así disminuir el dolor emocional que sentía? Efectivamente. Cogí el primer cigarro y me lo puse en los labios. Tras acercar el mechero para encenderlo me quedé pensativo.
Hace unos meses
- ¿Seguirás fumando esto? - Preguntó Raúl jugando con el mechero que me había cogido.
- Sí. - Le respondí quitándole el mechero y encendiéndome el cigarro. Solté el humo ante un Raúl ligeramente enfadado y con una tierna mueca.
- Pero es malo Borja. - Dijo tras un suspiro. - No quiero que te pase nada.
- No me pasará nada. De verdad. - Seguí fumando.
- Pero... Cuando tu fumas no lo haces con dosis pequeñas. Te he visto liarte porros y cosas y pones mucha cantidad. - Respondió Raúl jugando con el borde de mi camiseta. Se le veía tan inocente, puro y preocupado que no pude evitar sentirme un poco mal.
- ¿Quieres que lo deje? - Pregunté. Dejó de jugar con la camiseta y me miró.
- No puedo obligarte a hacerlo, pero al menos disminuir la cantidad que pones. - Asentí brevemente - ¿Me lo prometes? - Raúl me miraba a los ojos. La promesa era seria.
- Te lo prometo. - Sonreí atrayéndole hacia mi y besándole con cariño.
Actualmente
- Las promesas se rompen, ¿Verdad Raúl? - Encendí el cigarro y me puse a fumar. Abrí la ventana y me dejé caer en la cama matrimonial dejando que entrara en el maravilloso mundo de las drogas. Seguí fumando y, en algún momento de la noche, puse música. No era nada escandaloso ni ruidoso, era música clásica. Algún pianista ruso, probablemente.
Tras unos largos minutos empecé a sentir la paz que tanto necesitaba. Estaba relajado. Muy relajado. El humo decoraba el techo de mi habitación, las suaves notas del piano flotaban por mi habitación. Y el sentimiento de soledad se apoderó de mi de nuevo.
Empecé a llorar.
Raúl era una persona demasiado importante en mi vida y la había cagado muchísimo con él. Necesitaba hablarle, disculparme y poder pasar tiempo con él. Pero no me cogía el teléfono, ni me respondía a los mensajes. No existía para él.
La noche siguió igual: lloros, música y marihuana. Un círculo vicioso del cual no quería salir a pesar de estar dañándome física y emocionalmente. Repentinamente mi móvil sonó, me lancé a él contestando rápidamente:
- ¡¿Raúl?! - Pregunté eufórico.
- No, David. - Respondió el susodicho. Me aguanté un gruñido. - ¿Qué ayuda necesitas de tu maravilloso y mejor amigo? Menos sexo, te lo doy todo. - Respondió con un toque de alegría. Hijo de puta.
- Echo mucho de menos a Raúl. - Murmuré hipando debido al lloro.
- ¿Otra vez con eso? Borja, borra su número. - Respondió.
- No puedo, necesito hablar con él. - La melancolía se hizo presente.
- Pero si no te habla, solo le hablas tú a él. - Dijo. Su voz era calmada pero sus palabras hacían mucho daño.
- Me tiene que responder. Tiene llamadas y mensajes mios diarios. Por fuerza lo hará. - Intentaba creer en mis palabras.
- Borra el número. Borja, nos conocemos. En nada despertarás en una cama después de follarte a cualquier persona. - Iba a decir algo pero me interrumpió. - Y no me lo niegues. Te gusta más el sexo que a un tonto un lápiz. - Hice un puchero.
- Trátame bien que estoy triste. - Le respondí.
- Borja, esa táctica solo le funciona a Guille. - Soltó una carcajada. Colgué enfadado. Los efectos de la marihuana empezó a bajar, y mis dosis de serotonina también bajaban exponencialmente.
Notas
Y capítulo nuevo :)
Todos los capítulos los escribo de camino a prácticas, cole o casa. Tengo como 45min de trayecto y aprovecho jaj. Información innecesaria lo sé.
Tbh, no me gusta este capítulo para nada. Pero lo necesito para que la narración tenga sentido jaj. Todo mal.Estoy como super triste pq soy insuficiente para todo el mundo y es una mierda. Pero pasan que cosas.
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🍒Cherry🍒 (Luzuplay)
Romance🌸Segunda parte de Fine Line🌸 El primer año de Universidad para Raúl fue una montaña rusa emocional: nuevos amigos, nuevas experiencias y, sobretodo, nuevos amores. Tras el último contacto con Borja, Raúl decide tomarse unas vacaciones e irse a Pa...